Carmen Contreras, maipucina clasificada en los Panamericanos en Escalada Deportiva: «Chile no tiene la infraestructura para entrenar»

Como ya muchos deben saber, entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre, Chile será escenario del mayor evento deportivo internacional, los Juegos Panamericanos Santiago 2023, donde deportistas de todo el mundo se encontrarán y competirán en las más diversas disciplinas, y Carmen Contreras será una de ellos.

Oriunda de Venezuela, de madre venezolana y padre chileno, se radicó en nuestro país y específicamente en Maipú junto a su familia en 2015, cuando tenía 11 años, y para entonces ya tenía muy claro su pasión por la Escalada Deportiva.

En conversación con La Voz de Maipú, la maipucina profundizó acerca de su carrera, las dificultades que ha debido pasar para llegar a donde está y, a pesar de todo, lo gratificante que ha sido alcanzar importantes metas, todo antes de su viaje a Estados Unidos para prepararse antes de las competencias, ya que Chile carece, a solo semanas del evento, de un muro de escalada adecuado para entrenar velocidad.

¿Cuándo y cómo fue que partió tu gusto por este deporte?

Comencé a escalar a los cuatro años en Venezuela, luego de que mi hermana comenzara a escalar después de un cumpleaños que le celebraron. Fue ahí que conocimos el deporte y claro, a mí me llevaban con ella a entrenar y primero me sentaban a un costado, pero yo era muy hiperactiva y me metía. A todos les encantaba y les hacía mucha gracia porque yo era muy pequeña, pero me enamoré del deporte y comencé a practicarlo a nivel de alto rendimiento cuando llegué a Chile.

Aquí la escalada competitiva estaba menos desarrollada. Yo me acuerdo que en Venezuela, desde los 6 años ya estaba compitiendo. Teníamos clasificatorias y finales, donde incluso a esa edad se vivía todo el proceso de la aislación, que no puedes comunicarte con nadie. Estaba establecido el sistema de puntuación de medalla, había un ranking y todo eso. En ese tiempo también ya habíamos visto cómo la selección venezolana salía a los Panamericanos y a otros campeonatos mundiales y claro, cuando llegamos aquí hacían como pequeños escolares y a nivel nacional algo de competencia, pero todo estaba centralizado en Santiago.

Eso nos llamó mucho la atención porque en Venezuela había un muro por región y siempre nos la pasábamos moviéndonos para competir, Guárico, Caracas, o de donde yo era, Lara. Acá no había tanta cultura competitiva, el deporte sí se conocía y si era famoso principalmente el boulder, pero del resto no. A mí me impresionó que yo competí la primera vez y no tuve la fase final, solo las categorías más adultas tenían la fase de finales y era como extraño.

¿Alguien a quien has admirado que se desempeña en esta disciplina?

En Venezuela siempre admiré mucho a una escaladora que de hecho es velocista, a lo que ahora yo me dedico. Se llama Lesly Romero, quien está nacionalizada por España. No es la única venezolana que está nacionalizada por otro país.

Cuando fui creciendo se formó un grupo, que es como el grupo de mi hermana (Alejandra, también escaladora clasificada). Ellas se llaman la sudaqueras como por chiste porque está Leslie que es la venezolana; hay un ecuatoriana que se llama Andrea Rojas, también es velocista y otra a quien idolatro mucho; Valentina Aguado, una Argentina y Ale que es la chilena. Este grupo que me lleva como dos generaciones por delante no está muy lejos, pero tampoco está cerca y siempre las he admirado a las cuatro, incluyendo a mi hermana.

¿Cuándo tomaste la decisión de dedicarte a esta rama específica que es la velocidad?

Fue difícil y realmente no fue en una línea recta. Por ejemplo, en 2016, la escalada se admitió en los Juegos Olímpicos y se habló de que la modalidad olímpica iba a ser el combinado que es boulder, dificultad y velocidad. Todos competían en un mismo día con una puntuación distinta a la que uno acostumbraba a competir por separado, entonces era normal que todos estuviesen entrenando las tres modalidades.

Hubo un Panamericano clasificatorio a Tokio 2020 que fue en febrero de ese año y ese fue como mi primera competencia adulta con el combinado claro, porque al principio no había que preguntarse. Yo siempre fui muy buena en velocidad y en dificultad que eran dos cosas opuestas, pero a mí se me daba las dos. Ahí quedé en el puesto 10 de América.

Después vino la pandemia y recién en 2021 volví a competir, pero después de que en Chile se tardó demasiado en retomar la vida normal realmente los entrenamientos y todo mi nivel decayó drásticamente. Antes de la pandemia era la mejor en mi categoría y la segunda mejor de Chile en adulto, teniendo 15 años, pero llegué en 2021 y todos me estaban ganando. Yo dije ‘qué pasó’ y fue difícil. Pero el peor año yo creo que fue en 2022, cuando volvieron los campeonatos. Ahí obtuve los peores resultados de toda mi vida.

Y ahora en 2023 volviste con todo.

Fue después de un trabajo bien duro. En 2022 toque fondo deportivamente en un suramericano que se hizo aquí en Chile donde quedé segunda en dificultad, que era mi fuerte de toda la vida, y yo dije ‘no, esto no puede volver a pasar’, entonces ahí me puse a entrenar.

Yo quería este año clasificar en velocidad a los Juegos, pero el entrenamiento de escalada tenía que seguir concentrado en boulder y en dificultad porque en Chile la velocidad no está desarrollada y tenía que seguir posicionándome en el ranking nacional, entonces realmente fue muy difícil.

Tenía tres jornadas de entrenamiento diario: entrenaba de 7 a 10 de la mañana, luego tenía que entrenar como de 2 y media a 6 de la tarde, y luego llegaba a un gimnasio cerca de mi casa y entrenaba como de 8 a 10 de la noche. Llegaba a mi casa destruida, muerta, fue realmente agotador, pero cumplí el objetivo. En el último nacional de 2022 gané en mi categoría, entonces eso ya me metió dentro del ranking y cuando ya estuve dentro, no me podían decir nada, no me podían sacar.

Desde enero de este año me puse a entrenar mucha velocidad, pero manteniendo dificultad y boulder porque tenía que seguir posicionada en el ranking nacional entonces eso era como el problema de que aquí no existe ranking nacional de velocidad. Tenía que estar en las modalidades que no compito para que me permitiesen competir.

carmen contreras maipucina
Carmen Contreras, escaladora velocista clasificada a los Juegos Panamericanos.

Entiendo que por lo mismo, ahora debes viajar a Estados Unidos para poder prepararte como corresponde, cuéntanos un poco sobre eso.

Voy a un lugar donde sí se concentra bastante la escalada nacional allá en Estados Unidos. Aquí quiero señalar que todos los viajes que he realizado han sido autofinanciados, con la ayuda de mi familia. Para una gira europea anterior hicimos una rifa y hubo mucha gente que quiso aportar, que le daba lo mismo el premio porque había una comprensión de que la velocidad no fuese una prioridad para la Federación y, por tanto, no hubiese financiamiento.

Entonces cuando vimos que el muro de velocidad todavía no estaba construido acá en Chile, el que se supone que sí lo iban a construir para que pudiéramos prepararnos, mi papá dijo ‘no importa de dónde saquemos el dinero, pero tienes que irte a entrenar’. Es lo mismo que pensaron también los papás de mis otros dos compañeros que también son velocistas y están en la misma, clasificaron a los Juegos, y todavía están tratando de reunir el dinero para viajar y encontrarnos allá.

¿Cómo ha sido el tema del sustento económico? Sabemos que es complejo cuando no se trata de fútbol masculino…

Antes de la gira que comentaba fuimos a la Municipalidad de Maipú a pedir ayuda, pero no nos dieron la beca. Anteriormente, en 2019, me dieron una beca en la Municipalidad de San Miguel [donde se ubicaba anteriormente el centro de entrenamiento ]. Con el tema de las municipalidades depende mucho del gobierno que esté de turno.

He recibido apoyo en dos ocasiones, si no mal recuerdo, de parte de la Federación, pero no se ha tratado de un sustento estable que me haya permitido participar tranquilamente en las competencias anteriores.

Un gran tema para los deportistas es el desafío de compatibilizar la vida social y académica con los entrenamientos, ¿cómo te ha ido con eso?

Cuando llegué y entré al colegio en 2016 bueno, obviamente los primeros meses fueron complicados, pero básicamente por toda la vida social y yo no conocía nada. Me notaban un acento extraño y Chile todavía no estaba acostumbrado a recibir tanta migración. Ahora ese mismo colegio en el que estudié, que es el Greenland School, sé que hay más de un venezolano ahí, pero al principio fue difícil.

Desde ese mismo año comencé a competir internacionalmente y el colegio siempre me brindó mucho apoyo con el hecho de la falta a clases y todo eso. Estoy muy agradecida con ese colegio porque fue el primero que me recibió aquí en Chile. En 2022 tomé la decisión de salirme de ese colegio para estudiar en uno deportivo, en el C-DAR, básicamente por los tiempos, porque ya sabían la locura en la que me iba a meter con tres sesiones diarias de entrenamiento y porque se podía sacar tercero y cuarto medio el mismo año.

El próximo año pienso entrar a la universidad a estudiar nutrición en la Universidad de Chile. Entré este año, pero tuve que congelar de una vez el primer semestre por el tema de los viajes y la clasificación y no tuve ningún problema.

¿Estrañas Venezuela? ¿Te hubiese gustado haber llevado esa bandera en lugar de la chilena?

Yo me sentí feliz representando a Chile. Nunca he representado a Venezuela, estando allá era muy pequeña, entonces no es una experiencia que yo haya vivido realmente y a veces sí, como que me pega la nostalgia estando ahora más grande y más de alguna vez me digo que me hubiese gustado, pero me llusta llevar la bandera de Chile y con ella quiero brillar como deportista.

¿Algún mensaje para otras deportistas o pequeñas que estén pensando en serlo?

Si es algo que te propones y que realmente quieres, hay que seguir aunque el cielo esté gris, aunque haga frío, aunque haya dolor, aunque haya cansancio, hay que seguir, porque eso no siempre va a durar de esa forma. A veces uno no recibe el apoyo que quiere o el que necesita, pero tarde o temprano va a llegar y el objetivo se va a dar con mucha perseverancia. Así es el deporte o en realidad cualquier disciplina, lo académico o lo artístico, ahí muchos ‘sube y baja’, realmente hay más bajas, pero siempre hay que seguir porque tarde o temprano se va a dar.

¿Qué mensaje le dejas a las autoridades?

Para empezar, dijeron que iba a haber un muro de escalada terminado tal fecha y eso no se cumplió. No se trata solo del dinero para invertir en viajes y competencias, sino también en infraestructura para poder entrenar. Creo que todas las autoridades, la federaciones y el mismo Gobierno de Chile debería estar al tanto del potencial que tenemos los chilenos en sus disciplinas, ver la comparación que tenemos con otros países y preguntarnos qué estamos haciendo mal. Porque los medalleros como los Juegos Suramericanos o Juegos Panamericanos países como Venezuela, que realmente tienen crisis económicas grandes y crisis sociales, siguen ganándole a Chile, y aquí hay muchas personas que tienen toda la disposición y tienen el sueño de llevar la bandera, pero realmente el país no da ni las gracias. Creo que es algo que se tiene que tomar en cuenta y tomarle el peso.

Desde La Voz le deseamos a Carmen Contreras el mayor de los éxitos.

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Barbara Espinoza

Directora y Editora en La Voz de Maipú . Periodista UC. Fiel creyente del derecho a la información y el rol social y fiscalizador del periodismo.

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