Ayer se cumplieron 60 días de la mayor revuelta social en Chile. Justamente, Maipú fue uno de los epicentros de la violencia desatada que se vivió por más de un mes, y uno de los más afectados por este estallido social fue el comercio del centro.
Entrevistamos a distintos locatarios de calle Monumento para saber cómo les ha ido. Hablamos con gente de distintos rubros, desde farmacias independientes, pasando por peluquerías, zapaterías hasta growshops. Todos PYMES locales, y dueños de sus negocios.
No todos quisieron hablar con sus nombres, pero sí quisieron aportar con su opinión.
En general, la mayoría reconoce que lo peor ya pasó y ven un pequeño repunte en las ventas. Sin embargo, admiten que la están pasando mal. Su mayor reclamo: seguridad. Piden con urgencia más apoyo policial y municipal en el sector.
Para nuestros entrevistados, los primeros 40 días fue lo más difícil. Durante ese tiempo, algunos de ellos vieron bajar sus ventas bajar hasta en un 80%. Los menos tenían ahorros que los ayudaron a sobrevivir, pero la gran mayoría ha tenido que apretarse el cinturón y tomar medidas como despedir personal o tomar créditos.
Guardias nocturnas para cuidar locales
Uno de nuestros entrevistados son los socios de las Farmacias del Carmen, un grupo de emprendedores que llevan 3 meses ubicados en calle Monumento. Reconocen que lo más duro ya pasó, pero piden más presencia policial.
Los socios cuentan que han visto un repunte en ventas, pero que todavía fata mucho para compensar todo lo perdido. Piden también difusión del centro de la comuna, pues mucha gente teme venir debido a la inseguridad por asaltos o enfrentamientos entre manifestantes y Carabineros. Nos cuentan que están atendiendo a hasta las 8 de la noche, y piensan tener un turno especial para Navidad y Año nuevo.
Sin embargo, para todo esto necesitan seguridad.
«Si nosotros pagamos un gran porcentaje de impuestos dentro de la comuna, ¿cómo el centro de Maipú no tiene una garita de Carabineros o una pareja fija? No hay nada que presione para que los delincuentes la piensen antes de actuar», comenta uno de los socios.
Misma opinión tiene la dueña de una clásica zapatería del sector. La vecina admite que se defienden como pueden, y que hay una deuda de parte de la Municipalidad de Maipú en dar mayor apoyo a los locatarios del centro.
Nos cuenta que en esta cuadra de calle Monumento entre Chacabuco y 5 de abril tienen contratados a 4 guardias privados para cuidar los locales por las noches. Aún así no es suficiente, y hay gente que se queda aquí en la noche para asegurar que no destruyan ni asalten los locales.
Uno de estos vigilantes es su propio nieto, quien ha tenido que quedarse hasta las 3 AM en alerta ante cualquier problema que pueda haber.
Otra de nuestras entrevistadas es Carolina de Sex Shop Sexy Vapy, quien inauguró su emprendimiento el mismo día que explotó el país. Tuvo la partida más difícil que pudo imaginar, pero se ha mantenido a flote con harto empeño. También cree que la seguridad es clave:
«Teníamos como fecha de inauguración el día 19 de octubre, y justo el día después que partió todo. Nos afectó en cuanto al horario, no podíamos tener todo el día abierto, días con venta nula. Ahora recién principio de diciembre han repuntado las ventas. Falta más seguridad en las noches, porque muchos vecinos se organizan para proteger sus locales, su fuente de sustento. Sobre todo en las noches para poder dormir tranquilos».
Más criterio, menos bombas
Dos nuestros entrevistados nos piden ayuda para difundir los horarios de atención. Dicen estar atendiendo hasta las 7 de la tarde, pero que mucha gente no viene por desconocimiento. Creen que después de las 2 PM está todo cerrado, y no es así.
Varios también coinciden en lo complicado que es el uso de las bombas lacrimógenas. Entienden que Carabineros hace su trabajo, pero saben que el uso de gases ahuyenta a la gente del centro, afectando al comercio.
Piden que exista más criterio al momento de utilizar este tipo de bombas y mayor discriminación. al momento de actuar.
Otra petición que se repite es contar con una caseta de Carabineros en el sector. Creen que una presencia policial fija puede ayudar a mejorar la seguridad, ya que el centro son manzanas bastantes limitadas con entradas y salidas fáciles de vigilar.
Confían que una mayor presencia de personal policial ayudará a que la gente se sienta más segura, partiendo por ellos mismos, que deben estar todos los días pendientes de manifestaciones y asaltos.
Piden ayuda mientras resisten uno de los momentos más difíciles en su carrera comercial, con arriendos que no perdonan y ojeras de los turnos nocturnos que utilizan para cuidar sus locales.
Piden se los considere como parte de la economía de la comuna, y poder recibir la ayuda que necesitan para no tener que cerrar sus cortinas. Según nos cuentan, ya hay al menos dos que no podrán seguir
Esperan poder agotar todas las instancias para seguir aportando desde sus emprendimientos al futuro de nuestra comuna.