La llegada del Metro fue un buen negocio para todos. Los vecinos, se benefician a diario de un medio de transporte que, pese a algunos vericuetos, es altamente eficiente. A eso, debemos sumarle que el tránsito de personas en el centro de la comuna ha ido en constante aumento, beneficiando a los comerciantes del sector; la plusvalía de las casas, también ha tenido incrementos.
Otros que se benefician del alto número de personas que entran o salen de la estación Plaza Maipú (la que tiene mayor movimiento en la comuna) son los políticos; esos extraños seres envían a sus equipos a entregar todo tipo de regalos a las personas que por ahí transitan. Espejitos, bolsitas, caramelitos y otras cosillas, son obsequiadas. ¿En qué se parecen todos? Que siempre el nombre del candidato va en algún lado, como que no quiere la cosa.
Es martes 22 de octubre y el Metro Plaza de Maipú recibe oleadas de vecinos que vuelven a sus hogares. En el lugar hay varios equipos políticos trabajando. Veo a la gente del candidato UDI Pablo Zalaquett, y me sorprendo cuando entre el grupo diviso a Isabel, secretaria del concejal RN Marcelo Torres, trabajando activamente por la UDI. ¿Sabrá el concejal sobre ello?
Por otro lado en una pequeña mesa, y preocupados de que los calendarios no se vuelen producto del viento fuerte que, a esa hora, azota al centro de la comuna, están algunos funcionarios municipales repartiendo “cositas” de Michelle. Los Municipales están en paro (algunos llevan toda una vida parados) y el horario les permite darse esos lujos. Nada ilegal.
Leonor Benavides, ex candidata a concejala, está tomando la presión a la gente. Es la campaña de Roberto Sepúlveda a Consejero Regional. El otrora hombre poderoso de Maipú, hoy es funcionario público y sólo hace campaña los fines de semana. Atrás quedaron sus tremendos equipos, diluidos hoy. Sin ir más lejos, Gonzalo Torres su hombre territorial, es jefe de campaña de Mario Desbordes. Pero ahí esta “la Leo”, fiel al “doc”, intentando convencer al ciudadano que transita a esa hora por el centro comunal.
Pero quien está con el ráting más alto es el comando de Andrés Allamand y la razón es muy sencilla. El candidato está presente y se toma fotos con quien se lo pida. Tiene un equipo de fotógrafos con cámaras polaroid, por lo cual la oferta “le lleva” esperar unos minutos y llevarse inmortalizado el recuerdo de aparecer con un ex ministro y ex candidato presidencial.
De pronto una música irrumpe el bullicio de la Plaza. “Firme con Almendares, Firme con Almendares”, dice el jingle reciclado de la pasada campaña municipal. Raudo llega “el flaco”, que es como Allamand le dice de cariño al ex Alcalde de Cerrillos, devenido en candidato a diputado.
Almendares tiene oficio y no tarda un segundo en ponerse al lado de Allamand y comenzar a posar. Su equipo territorial reparte remolinos. Por el lado de Allamand, aparte de las fotos, va un diario de campaña en una bolsa para la feria.
Almendares llega con su equipo, donde destaca la figura de Margarita Vidal (“Amarguita Vidal le dicen algunos), quien torpemente mueve una bandera, pegándole a varios transeúntes (le hace un flaco favor a Almendares).
Por otro lado, un toldo le hace publicidad a Pier, Candidato a CORE del PRO y a MEO, quien viene a la baja según las últimas encuestas.
Pasan las horas y Allamand se sigue tomando fotos. Una militante de RN me confiesa que Margarita Vidal le resta a Almendares y que el equipo de Allamand no la soporta. También me dice que “ni cagando voto por la Evelyn”.
Un miembro del equipo de Allamand toma fotos con su celular a Isabel, la secretaria del concejal Torres. “Se las mostraré para que vea en lo que anda. No puede ser tan gil el Marcelo”, me confiesa con un dejo de rabia.
El sol cae sobre la comuna y el día se rinde ante la noche. La Plaza es un hervidero de gente y las calles se llenan de panfletos en el suelo. La música de Almendares –por fin- ha cesado. Un borracho le grita cosas a Allamand, pero un equipo de seguridad lo mantiene a raya. El público lentamente comienza a decaer y el horario del Metro pasa de “punta” a “valle”. Los equipos políticos y de publicidad comienzan a desaparecer. Hay que recuperar energías. Al otro día volverán a estar ahí, repartiendo “cosillas”, buscando ganarse la simpatía del siempre esquivo votante. En unos días se verá quienes lo consiguieron y quienes quedaron en el camino.
