Curry nació en Haití pero llegó a los tres meses de nacido a Chile. Su madre biológica no pudo hacerse cargo, sin embargo, el destino le tendría preparado una segunda oportunidad.
Sofía es una maipucina parvularia de 41 años. Dice llevar 15 años trabajando con niños con discapacidad, por lo tanto, ha tenido un vínculo cercano con la niñez y todas las maravillosas esencias que la infancia provee por naturaleza.
Tiene dos hijas “maravillosas”, de 9 y 18 años, y un esposo que es su partner si se trata de complementar tareas en el hogar y en sus vidas.
Sin embargo, a esta familia de cuatro integrantes, se les incluiría uno más, el “conchito”, que llegaría a alegrar sus vidas, gracias a un compromiso desde el corazón.
«Éramos voluntarios del Hogar La Paz, que acoge niños con discapacidad en estado de abandono. Ahí supe que había llegado un haitiano, pero se había ido con su mamá biológica. Al tiempo, volvió a llegar, mi hija mayor fue la primera en tomarlo, nos habían dicho que no lo hiciéramos al principio porque podía tener tiña, pero cómo no hacerlo. Al final, nos contagiamos los cuatro de la familia con tiña ja ja ja».
Sofía decidió en un comienzo hacerse cargo de buscar un médico, llevarlo a una consulta y ver cuáles eran las complicaciones del niño. Curry venía con un diagnóstico delicado que podía atentar contra su vida.
«Los primeros días en el hogar, Curry sufría durante toda la noche ataques de epilepsia que no lo dejaban dormir de forma fluida. Yo lo supe porque durmió abrazado a mí y pude contar 14 ataques mientras él dormitaba».
Según los diagnósticos médicos, se determinó que Curry tiene daño cerebral, una epilepsia severa y tetraparesia, esta última sería la causa del porqué el pequeño tiene complicaciones al caminar, sentarse o hablar, por ejemplo.
«Decidí acogerlo pero antes tenía que conversar en familia, debido a que es una decisión en conjunto. Todos accedimos y fue algo maravilloso. Curry se incorporó a la familia de inmediato y mi marido, mis hijas, tuvieron que adoptar un rol imprescindible».
Según cuenta, Sofía comenzó a tener una relación muy fuerte con Curry. A sus tres años, el apego maternal y familiar es fundamental para un niño, y aunque ella se preparaba mentalmente para no encariñarse al punto de que le hiciera daño, porque sabía que él tenía a su madre biológica y que lo ideal era que estuviese con ella, no podía engañar a su corazón. Estaba totalmente ilusionada con su negrito y si podía existir la posibilidad de adoptarlo, lo haría.
Un día, la mujer estaba manejando, cuando se percató que Curry intentó pronunciar algo. Un balbuceo logró llamar la atención de ella que esperaba con ansias el mensaje que el niño quería expulsar. Probablemente no se hubiera esperado nunca que en ese entonces él le dijera «mamá» por primera vez.
«Tuve que parar el auto, porque o sino podríamos haber chocado de la emoción. Empezó diciendo ‘ma… ma’, y después lo dijo de corrido, fue un momento de felicidad. Sobretodo porque nos habían dicho que nunca iba a hablar«.
Seis días después de ese tan inspirador momento, Curry le dijo «papá» al marido de Sofía. Sus lazos se volvieron infinitos, virtuosos y, por supuesto, de una relación de hijo confiando en sus padres.
Ho Curry tiene 5 años y está desde hace dos con Sofía y su familia. Ella cuenta que cuando llegan sus hijas, él comienza a mover sus pies de felicidad, a sacudirse por completo transmitiendo su energía.
«Mis hijas se comprometieron de la misma forma que yo y mi marido también ha sido alguien fundamental para nuestro hijo, porque él necesita permanente cuidado y también hay que trabajar y realizar otras tareas. Yo creo que él me enseñó a valorar el regalo de la vida, sea como sea. Apreciar la vida en la adversidad, porque quizá sin problemas todo sería más sencillo. Hoy Curry es la alegría para todos en la familia y si de algo me arrepiento es haberlo pensado tanto, siendo que tenerlo ha sido lo más hermoso para todos nosotros».
Actualmente la madre biológica de Curry dijo al Hogar que no podía hacerse más cargo de él. Por lo tanto, Sofía está tramitando la adopción permanente para que este niño pueda de manera legal ser uno más de esta familia. Porque si de amor y fidelidad se trata, Curry ya es parte de ese núcleo hace rato.
