Hace solo unos días, muchos se alegraron al leer o escuchar que SMAPA, la empresa sanitaria que provee de agua potable a la comuna de Maipú y otras cercanas, anunciaba que se congelarían sus tarifas por cinco años.
Si bien resulta difícil estar en contra de una medida que, al menos en teoría, beneficia directamente a miles de vecinos, no podemos evitar preguntarnos cuáles serán las consecuencias a mediano y largo plazo de esta decisión, y a quién beneficiará y afectará en definitiva.
SMAPA es una empresa municipal, y mas allá de sus orígenes y particularidades legales, en términos prácticos, es de los vecinos de Maipú, o al menos así debiera ser.
Entonces, ¿quién pierde si esa empresa resulta ser inviable en su actual estructura o condición legal?
El año 2019 la Contraloría General de la República emitió un lapidario informe acerca de la administración financiera de SMAPA que terminó incluso con una denuncia al Ministerio Público que aún no arroja resultados definitivos. El mismo año recién pasado fueron múltiples los problemas de gestión de la empresa que afectaron incluso la atención de sus clientes, y en ese contexto, no fueron pocas las voces que hablaron de una venta o eventual privatización de la sanitaria municipal.
SMAPA no ha realizado las inversiones necesarias para garantizar su operación eficiente en los próximos años, su facturación y el cobro de las cuentas tiene un desorden administrativo que escapa de lo que se pudiera calificar de negligencia y mas parece producto de una decisión consciente, sus funcionarios no tienen las condiciones mínimas para desarrollar adecuadamente su labor, y sus clientes están empezando a notar estos problemas a diario.
Resulta, por decirlo menos curioso, que con esos antecedentes, se considere apropiado o prudente que las tarifas se congelen por un periodo no menor de tiempo, y, por tanto, cabe preguntarse, con qué recursos se harán las inversiones largamente postergadas o cómo se cubrirán los déficit financieros por el desorden en la facturación y cobranza. A menos claro, que la idea sea precisamente que la empresa toque fondo y llegue a un estado tal en que sea inviable mantenerla en su condición de municipal, y surja como gran solución: su venta.
¿Es posible que una empresa pública sea deficitaria?
la respuesta es claramente afirmativa, en todo el mundo podemos encontrar servicios públicos que operan con pérdidas, transporte público y sanitarias suelen ser los ejemplos paradigmáticos, pero en la mayoría de esos ejemplos existe una decisión política, una definición de Estado, que implica asumir que, en aras de brindar un servicio de calidad y de carácter universal a los ciudadanos, bien vale la pena mantener una empresa de carácter público aunque no sea capaz siquiera de cubrir sus costos de operación.
Pero, en nuestro país no existe ese modelo de Estado, ni política ni institucionalmente es posible sostener esa estrategia, por lo que una empresa pública que no sea económicamente viable, tiene un futuro muy claro; la privatización y la pregunta es ¿quieren los vecinos de Maipú y las otras comunas abastecidas por SMAPA que ésta sea privada?