Un grupo de adolescentes camina por el sector del Parque El Rosal a las 4:30 de la tarde, cuando los enfrentan dos sujetos: «Entreguen todo lo que tienen, pasen los teléfonos y las zapatillas».
Amenazados con cuchillos y una pistola, a los jóvenes no les quedó otra que entregar. Todo frente a una caseta de seguridad de la municipalidad.
Tras llamar a Carabineros de la 25 Comisaría de Maipú, el consejo de los funcionarios dejó a los vecinos sin palabras: los niños no tenían por qué andar solos en la calle.
Situaciones como esta son pan de cada día en la Villa Santa María de La Farfana. Una delincuencia fuera de control que se arrastra desde hace años, y que ha llevado a los vecinos a convertirse en verdaderos policías para enfrentar a los asaltantes.
Tienen cuatro grupos de Whatsapp donde casi 1000 vecinos están todo el día atentos a autos extraños, revisando patentes, esperando el próximo mensaje que traerá la mala noticia.
Una de esas malas noticias vino el año 2015, cuando ocurrió un asalto con intento de violación de una menor de 13 años. Los delincuentes arrastraron a la menor hasta una camioneta con la intención de abusar de ella. Gracias a la intervención de vecinos, quienes llamaron a Carabineros, la situación no pasó a mayores.
Unas semanas más tarde, más de 200 vecinos salieron a protestar por la ola de robos, motochorros, portonazos y asaltos. Ese mes llegaron a tener seis asaltos en menos de dos semanas.
Después de la marcha, el gobierno municipal de la época prometió un retén móvil y se comprometió con los terrenos para una nueva subcomisaría.
Finalmente, el retén nunca llegó.
Sí se cumplió con el terreno para la subcomisaría, la cual se inauguró con bombos y tambores. Solo con un detalle: a la misma hora que se cortaba la cinta y tocaba la banda de Carabineros, estaban asaltando el supermercado del sector.
Son las trágicas coincidencias de un sector que la ha pasado mal. Tras terminada la entrevista, nos envían el relato de una vecina, cuyos hijos fueron apuntados con un arma por desconocidos en un auto mientras paseaban por el sector. A 300 metros de la Parroquia donde estábamos reunidos.
La paciencia se agota otra vez. Este sábado 3 de agosto hay un llamado para salir a la calle a manifestarse.
Sector ABC1 en la mira
La Voz acudió a la invitación de vecinas, vecinos y presidentes de juntas de vecinos, quienes confiesan que se han convertido en auténticos «investigadores amateur». Nos piden mantener sus nombres en silencio por miedo a represalias.
Los vecinos saben que son un sector predilecto para la delincuencia. Una razón sería la condición de «ABC1» del sector, lo que atraería en mayor medida la atención de asaltantes, quienes han tomado la zona como un lugar preferente de botines.
Efectivamente, en la Villa Santa María muchos de las casas del sector pagan contribuciones. Esta es una causa de enojo para muchos vecinos, quienes exigen que parte de ese dinero se pueda destinar a mayor seguridad.
Acusan que las casetas de seguridad no disuaden a los delincuentes, que Seguridad Ciudadana culpa a Carabineros, quienes asimismo los culpan de vuelta.
Sobre todo, les duela la falta de presencia de las autoridades.
Han intentado en varias oportunidades juntarse con la Alcaldesa Cathy Barriga sin respuesta. Pero esto no es nuevo. «La alcaldesa no nos recibe«, señala una vecina con molestia.
Curiosamente, el ahora diputado Joaquín Lavín León fue parte de las reuniones de seguridad el año 2015, pues junto a su esposa, Cathy Barriga, eran vecinos del sector de Alto Jahuel.
Cuentan los vecinos que en una reunión realizada en el Liceo Bicentenario de Niñas Lavín increpó duramente a las autoridades de la época por la situación. Ahora que se cambiaron de casa no han vuelto a dar señales de vida, comentan con decepción los vecinos.
Incluso una de las vecinas intentó contactar vía Instagram a la alcaldesa, increpándola ante la desesperación que están viviendo. La vecina acusa que el mensaje misteriosamente desapareció.
Situaciones extremas: mordazas, puñaladas y fuegos artificiales
Dentro de los testimonios que exponen los vecinos, hay casos dramáticos. Todos solicitaron mantener su identidad en reserva. El microtráfico también asola el sector, y hay miedo a represalias.
Una vecina cuenta que solía hacer crossfiit en el sector del parque. Un día estaba junto a unas 20 personas practicando el deporte cuando dos automóviles se suben al parque a toda velocidad, rodeando la multitud. Los sujetos rápidamente se bajan de los autos y encienden una carga de fuegos artificiales, al tiempo que percuten balazos al aire. Los vecinos atónitos miran como el cielo se enciende con la luz de los fuegos. Era la señal de que había llegado droga al barrio. El grupo dejó de salir a practicar deporte.
Otro caso es el de una vecina que fue asaltada en su hogar. La noche del 3 de marzo de 2015, estando durmiendo en su cama se despertó de un golpe de una cacha de pistola sobre su su cabeza. En medio del mareo, oyó gritos y vio el rostro de dos jóvenes que la amenazaban con tijeras parados sobre su cama. Los agresores la amarraron de pies y manos por la espalda, para luego amordazarla y tapar su rostro con una camisa. No satisfechos con esto, usaron un bate de beisbol que uno de sus hijos colgaba en la pared y le dieron un palo en la cabeza. Luego del asalto, la vecina logró zafarse lo suficiente para salir dando saltos a la calle, donde un vecino le prestó ayuda.
Luego de esta experiencia, renunció a su trabajo y estuvo un año en tratamiento. Esa semana asaltaron 6 otras casas.
El 16 de mayo nuevamente dos adolescentes caminaban cerca al sector del parque. De pronto, dos desconocidos les piden cigarros, y –ante la negativa– los persiguen. Finalmente, los asaltan y uno de los jóvenes cae al piso de una puñalada. Desesperado, su amigo lo iba arrastrando mientras pedía ayuda, pero se percató que él también había sido apuñalado. La adrenalina no le permitió darse cuenta que tenía una herida en el estómago, y que debido al esfuerzo se había desgarrado la piel, dejando parte de sus vísceras a la vista.
Al final de la entrevista, una de las vecinas nos lleva a recorrer el barrio, y nos muestra el preciso lugar donde ocurrió este último caso, en la intersección de Nalcahue con El Rosal.
Nos cuenta que varios días después del hecho todavía era posible ver las manchas de sangre.
Una marcha que complica
Uno de los presidentes de la junta de vecinos presente es optimista en medio de todo. Cree que el cambio de comandancia en la 25 Comisaría puede traer aires nuevos. Sin embargo, resiente la situación, y asegura que si estuviera en su poder se harían cargo ellos mismos de los delincuentes. “Estamos aburridos, si pillamos un asaltante estamos al límite de molerlo a palos y dejarlo encintando a algún poste”. “Nuestro nivel de investigación y preparación es muy alto, solo nos falta tener la esposas para apresar a los delincuentes”, agrega.
En el supermercado del barrio, los “mecheros” son personajes habituales. Un vecino cuenta que tras presenciar uno de estos robos, vio como una familia se organizaba y hasta cronometraba a los “ayudantes” del robo hormiga. Tras mirar a la cajera sorprendido, ella le respondió que se quedaran tranquilos, que esto pasaba siempre.
Piden un retén móvil de punto fijo, es decir, que se cumpla la promesa que se les hizo el 2018 luego de que un vecino fuera asaltado y otro baleado al salir en su defensa. Están en campaña de volver a convocar a los medios, y exigen la presencia inmediata de las autoridades en el lugar, partiendo por la alcaldesa Cathy Barriga.
Al final de esta edición, nos comentan los vecinos que les llegó información de que habría una campaña para que la alcaldesa Cathy Barriga sería convocante de la marcha. Esto ocasionó la molestia de algunos vecinos, quienes señalan enérgicamente que esta manifestación nace desde la comunidad y no tiene color político.
Coincidentemente y el mismo día, el diputado Joaquín Lavín ha hecho llegar un documento a distintos vecinos mostrando interés en el incumplimiento de la construcción de la comisaría.
Si bien la comunidad agradece la preocupación miran con recelo apariciones de última hora. Invitan a todos a sumarse a la manifestación, pero temen que el sentido de estas jugadas desvíe toda la culpa hacia el gobierno central y desestime eventuales responsabilidades de la municipalidad o los representantes locales de todos los colores políticos.
Existe molestia y los vecinos aseguran no se quedarán de brazos cruzados. El próximo sábado a las 3 PM se tomarán las calles del barrio para salir a marchar, eso sí, dejarán al menos a una persona en la casa. Temen que tras volver de la marcha encuentren la casa desvalijada.