Actualmente las cifras relacionas a niveles de contaminación a nivel mundial no son esperanzadoras, en este contexto, es que la industria gastronómica se ha hecho cargo de este problema, apoyando desde su área y promoviendo cada vez más la sostenibilidad en sus productos y restaurantes.
En el marco del Día de la Gastronomía Sostenible, celebrado el pasado 18 de junio, los chefs a nivel mundial cada vez le prestan mayor atención a como erradicar los niveles de contaminación desde su ámbito de acción, buscando contribuir a que los valores globales vuelvan a estar dentro de lo estable.
Según la ONU, la Gastronomía Sostenible es sinónimo de una cocina que tiene en cuenta el origen de los ingredientes, cómo se cultivan, cómo llegan a nuestros mercados y, finalmente, a nuestros platos. Todo esto, desde el alero de la sostenibilidad, que implica realizar una actividad (por ejemplo, la agricultura, pesca o incluso preparación de una comida), sin desperdiciar nuestros recursos naturales y poder continuarla en el futuro sin perjudicar el medio ambiente o la salud.
En este contexto, Diego Prado, titulado de Gastronomía de Duoc UC, y quien actualmente se desempeña como Jefe del Departamento de investigación y desarrollo (I+T) en el restaurante Alchmist de Dinamarca, destaca los esfuerzos que se pueden realizar en la materia.
“Sin duda la gastronomía cumple un rol fundamental para poder cambiar y el escenario actual en el que se encuentra el mundo. Si se potencia una gastronomía sostenible con conciencia, es decir con todos los procesos que esto implica, se puede cambiar toda la cadena de valor”.
La cocina al vacío ha marcado la tendencia para permitir sintonizar con los requerimientos de la sostenibilidad. Las virtudes que entrega en términos de cocción y el uso mínimo de agua, conversan de buena manera con todas las condiciones nutricionales que entrega, además de permitirles a los cocineros, planificar con semanas de antelación las porciones y productos que necesitaran.
“Me ha tocado asesorar a varios restaurantes que quieren abrir sus propias áreas de investigación y desarrollo, es algo que está en constante crecimiento, pero por el momento se presenta como un problema, ya que no hay mucha gente especializada en el tema”, concluye Prado.