En mi comuna definitivamente algo está pasando. Es la segunda vez en el mismo mes que paseando en mi bicicleta me topo con un grupo de trabajadores a las afueras de una empresa, reclamando, protestando. Primero fue en la única clínica que opera en este populosa cuidad, la clínica Bellolio, institución que durante años ha cubierto la carencia hospitalaria del sector, sin por eso caracterizarse por una infraestructura a toda prueba o precios al alcance de todos. Hoy, luego de años funcionando sin competencia ni objeciones de sus trabajadores, las mismas palabras que el Dr. Bellolio –dueño del complejo- hacía suyas en sus intervenciones al personal empapelan la fachada de su edificio, esta vez dirigidas a él mismo. “Sublime ahora su lealtad”, “Tantos años juntos, recordamos… qué?”. Esto ocurrió a finales de julio en por Pajaritos a la altura de 5 de abril.
El segundo hecho que presencié fue el día 5 de agosto frente a una empresa de telecomunicaciones. Allí, se repetía una escena similar a la anterior. El mismo cartel con el sujeto barbudo de telón y con la firma al pie de un sindicato, el “Sindicato Stel”. El mismo ruido, el mismo descontento, pero distintos protagonistas. Una patrulla estacionada a las afueras de las dependencias acude a la llamada de una señora con piel de algodón que se sintió pasada a llevar por los desórdenes mientras transitaba por el sector. Los trabajadores explican la situación, se reúnen entre ellos, se organizan, se apoyan. En su rostro se refleja inquietud, desconcierto; ¿Y cómo no?, si irse a huelga no es algo que se haga todos los días, menos en Chile.
Pero estos trabajadores no parecen estar solos. Detrás suyo, está una organización llamada “Confederación Nacional de Trabajadores”, o CNT. Que no es la CUT, ni parece pretender serlo. Cuentan con una sede en la misma comuna y, a juzgar por las apariencias, se han tomado su trabajo muy en serio, organizando a los trabajadores, o al menos prestándoles apoyo. Llama la atención la figura de Clotario Blest, el místico defensor de los trabajadores, que junto a la consigna “Sólo la huelga nos da lo que el patrón nos niega”, decora el cartel que cubre la fachada de los edificios en huelga, huelga indefinida. Huelgas en Santiago.
Por Edgardo Figueroa, Traductor y vecino de Maipú