Editorial: Extraditar a Julian Assange es herir de muerte al periodismo de investigación

A esta hora en Londres cientos de personas se congregan en las afueras de los Tribunales Reales de Justicia. Con banderas, pancartas y gritos piden la libertad del periodista y hacker Julian Assange.

La suerte del fundador de Wikileaks, a quien Estados Unidos está pidiendo extraditar para juzgar por 17 delitos contra la Ley de Espionaje y uno por intromisión en una computadora, está en manos de los Magistrados Victoria Sharp y Jeremy Johnson.

Pero la historia comenzó antes

CableGate: Los secretos del Gobierno de USA publicados en la prensa gracias a Julian Assange

El año 2010 recibió de Chelsea Manning, analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, una serie de documentos clasificados, incluyendo cables diplomáticos, que Assange compartió con periodistas de The New York Times (USA), Der Spiegel (Alemania), The Guardian (Gran Bretaña), Le Monde (Francia) y El País (España).

Más de 250.000 cables fueron analizados por editores de los medios. En ellos aparecían actuaciones del gobierno estadounidense desde 1966 a 2010 y se probaba que diplomáticos de ese país habían efectuado comentarios poco halagadores sobre líderes mundiales, o la injerencia y negociaciones secretas del país norteamericano en varios conflictos mundiales.

El Cablegate fue una revelación sin precedentes en cuanto a la escala y el alcance de la diplomacia global y provocó debates intensos sobre la seguridad nacional, la transparencia gubernamental y la ética en las relaciones internacionales. También llevó a una discusión más amplia sobre el rol del periodismo y las plataformas de filtración en la era digital.

La política exterior de USA quedó desnuda y publicada en medios internacionales, lo que ocasionó una persecución sin precedentes contra Assange.

El 12 de junio de 2012 Ecuador, presidido por Rafael Correa, le entregó asilo al Assange en su embajada en Londres. Ahí se mantendría hasta el 11 de abril de 2019, cuando el presidente Lenin Moreno decidió quitarle el asilo.

De ahí el adelante Estados Unidos ha insistido en extraditarlo. En caso que los jueces rechacen el recurso de la defensa de Assange, en pocas semanas podría ser llevado a USA.

Organizaciones de la sociedad civil, editores de prensa de todo el mundo se unen para pedirle al Gobierno encabezado por Joe Biden que desista de la extradición pedida bajo la administración de Donald Trump. La ley invocada para inculpar a Assange es la de Espionaje, diseñada para juzgar a espías en la primera guerra mundial y que nunca se había utilizado en contra de un editor.

En La Voz de Maipú creemos que la persecución a Assange debe detenerse. La señal que se está entregando al mundo es que publicar cosas ciertas puede ser peligroso y atenta, a nuestro juicio, contra la libertad de prensa.

Los medios de todo el mundo enfrentamos a menudo demandas de personas que buscan silenciarnos. En La Voz hemos sido requeridos ante la justicia por alcaldesas y otras autoridades. Sin embargo, a Assange lo busca un gobierno de uno de los países más poderosos del mundo.

Es por ello que es importante lo que está en juego. Al dividir la filtración con periodistas de todo el mundo, Assange se aseguró que datos privados de personas, no fueran expuestos. Así, la tesis inventada por el gobierno de Trump que dice que las acciones de Assange pusieron en peligro a ciudadanos norteamericanos, tienen más de cortina de humo, que de ciertas.

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