La navidad está cada vez más cerca y el espíritu navideño se siente en la comuna al visitar las ferias, los pasa calles e incluso la misma Plaza de Maipú. En esa línea, en LVDM quisimos salir a ver algunas de las casas navideñas más llamativas del sector poniente de la comuna.
La primera de ellas, queda en la calle Alfredo Silva Carvallo y es fácilmente reconocible por sus luces y adornos, pero también porque en la reja hay dos carteles pegados que invitan a los niños y niñas a dejar sus cartas para el Viejito Pascuero, asegurando que él y su esposa son «ayudantes de Santa».
«Es una herencia de mi papá, antes él hacía todo con sus manos, dibujaba pintaba, el árbol era una rama de un pino que adornábamos […] Me gusta que los cabros chicos vean, que gocen, que no pierdan el espíritu de creer en el Viejito Pascuero», asegura el responsable de esta idea.
Otra de las casas más llamativa del sector es una ubicada en 4 Poniente, cerca del supermercado Unimarc. Uno de los elementos que destacan de esta casa, son los colores azulados y la gran cantidad de luces que cuelgan para adornar el hogar. Karla, la responsable de adornar así la casa, comenta que sus motivos para hacerlo son que «la navidad te trae paz, te trae tranquilidad. También es el sueño cumplido de tener la casa propia y adornarla».
En Nueva San Martín encontramos a un Viejo Pascuero en trineo deslizándose por una de las casas, seguramente fiscalizando el buen comportamiento de los maipucinos…
Por último, pero no menos importante, una casa que destaca la importancia del pino navideño, donde además de lucir bien, suena con las melodías de los villancicos, lo que te transporta a la festividad. Maria Teresa, la dueña de casa, comentó: «A mi me encanta la Navidad y cuando era pequeña éramos tan pobres que nunca adornamos nada, entonces me gusta que la gente se contagie de la alegría de la Navidad, que es de paz, no de cosas materiales».
¿Por qué ponemos un árbol y lo adornamos?
La verdad es que no hay una sola respuesta, las teorías son variadas y muchas igual de verosímiles, pero una de las más aceptadas relata que cuando los primeros cristianos se trasladaron al norte de Europa y se encontraron con la cultura celta, donde celebraban el nacimiento del Dios del Sol, Frey, adornando un árbol en el solsticio de invierno, que simbolizaba el árbol del universo.
En este sentido, tal como fue la costumbre cristiana al evangelizar, decidieron adaptar la tradición dándole un sentido cristiano, plantando un pino que simbolizaba «el amor de Dios» y adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas como representación del pecado original y las velas la luz de Jesús.
Con el paso del tiempo estos adornos se fueron transformando y modernizando, hasta que llegaron a Estados Unidos, donde la navidad tomó el sentido consumista propio de la cultura capitalista, generando así todo tipo de adornos tecnológicos y llamativos que contagiaron la dinámica al resto del mundo.