Análisis: El factor Christian Vittori en las Municipales 2021

La figura del exAlcalde de Maipú: Christian Vittori, no deja indiferente a nadie. Quien por cuatro años dirigiera los destinos de la segunda comuna más habitada del país, tuvo una gestión municipal que terminó en medio de un escándalo mayúsculo.

El denominado «Caso Basura», en el cual la Fiscalía -entre otras cosas- acusa a Vittori y un grupo de exConcejales de la comuna de haberse asociado ilícitamente, para favorecer a una de las empresas que recolectaba la basura en Maipú, terminó con Vittori sentado en el noveno juzgado de garantía de Santiago, escuchando la lectura de cargos, e intentando zafar de prisión preventiva.

Vittori durante la audiencia del caso basura

Con las elecciones municipales de 2016 a la vuelta de la esquina, el partido político en el que históricamente militó Vittori, no estuvo de acuerdo en llevarlo a la reelección. Por ello, el exAlcalde no dudó en renunciar a su militancia, para intentar conseguir un segundo periodo, en calidad de independiente.

La decisión de Christian Vittori, fracturó profundamente a la Nueva Mayoría, pues varios militantes de partidos de ese conglomerado, decidieron apoyar la aventura independiente emprendida por el alcalde de Maipú, dejando en un estado de abandono al candidato oficial de la DC, y que había sido validado por medio de una elección primaria: Freddy Campusano Cerda.

Las Municipales de octubre del 2016 encontraron a las fuerzas de centro izquierda de la comuna, representadas por cinco candidatos diferentes: Christian Vittori (independiente), Freddy Campusano (DC), Claudia Mix (Poder Ecologista y Ciudadano), Sandra Uribe (Independiente) y Valdemar Sanhueza (Unión Patriótica), aparecían en la papeleta, disputándose los votos. En el caso de la derecha, la única opción era Catherine Barriga Guerra (luego se cambió el nombre a Cathy).

Y fue esa dispersión de votos, la que permitió que Barriga fuese electa alcaldesa. Con 35.203 sufragios (36,26%), la exConsejera Regional ganaba la elección. Christian Vittori, con todas las acusaciones encima, obtuvo 30.615 votos (31,45%). Más atrás quedaba Campusano con 17.040 sufragios (17.50%) y Mix con 11.004 preferencias (11.30%).

Sumados los votos de Campusano y Vittori (47.655), es fácil proyectar que fue la incapacidad de llegar a acuerdos entre ambos exCamaradas, la principal razón para que Barriga obtuviese la alcaldía.

Christian Vittori y Freddy Campusano en el 2021

Hoy las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina, y los apellidos Vittori y Campusano, vuelven a aparecer sobre la mesa. Ante la incapacidad de los partidos políticos de fijar una primaria legal común en la comuna (y en todas las demás) para terminar con un nombre en la papeleta, desde la derecha, se vuelven a frotar las manos.

Campusano repitió los pasos del exAlcalde y abandonó la DC. Lo hizo -eso sí- para irse al PRO de Marco Enríquez, partido donde aparece inscrito para la alcaldía de Maipú.

En el caso de Christian Vittori, hoy día mantiene la misma situación judicial que hace cuatro años atrás: sigue imputado por los mismos delitos, pero no hay aún un fallo que lo declare culpable o inocente.

Y es en ese resquicio donde las cosas parecen complicarse.

Hoy todos los militantes de partidos políticos de centro izquierda de la comuna, hablan que cada conglomerado deberá elegir su candidato (con primarias, a dedo o por sorteo). La fórmula da igual. En lo que todos coinciden, es en la necesidad de levantar un proceso de primarias ciudadanas, que termine con un candidato o candidata única en la papeleta de abril de 2021.

Freddy Campusano sigue siendo funcionario municipal
Christian Vittori y Freddy Campusano terminaron peleados el 2016. foto archivo LVDM

Todos saben que la opción de derrotar a Barriga, o el candidato que la UDI disponga para la comuna, pasa -necesariamente- por evitar al máximo la dispersión de votos.

Sin embargo, todos se complican ante la misma pregunta: ¿Y si Vittori va como candidato independiente de nuevo?

Técnicamente, casi todos coinciden -en voz baja- que la gestión de Christian Vittori al mando del municipio, fue mejor que la realizada por Barriga. Aunque, rápidamente señalan, que Vittori no puede volver a ser candidato.

Y lo cierto es que se equivocan. Vittori, al igual que en 2016, no cuenta con impedimento legal alguno para presentarse a una elección. De hecho, todo parece indicar que intentará competir en un proceso de primarias ciudadanas (si lo hubiera) en Maipú.

¿Bajo qué argumento se le podría dejar fuera?. En Chile, existe la presunción de inocencia y Vittori, sigue teniendo todos sus derechos ciudadanos intactos. Aunque a algunos eso les cause incomodidad.

Entonces no es baladí señalar que Vittori podría terminar compitiendo (e incluso ganando) una primaria ciudadana en la que podrían estar desde el PC hasta la DC, pasando por los partidos del Frente Amplio. ¿Si ganara una primaria sería apoyado por los candidatos derrotados?.

O a lo mejor, al no ser primarias legales, inventan una regla que impida que el exAlcalde participe. Sin embargo, esa regla, correría para esa primaria y la posibilidad de que Vittori se inscribiera -una vez más- como independiente para las municipales de 2021, seguiría intacta.

La inscripción del exAlcalde, sería fatal para las aspiraciones de cualquier candidato o candidata única para enfrentar a la derecha. La historia, aunque todos saben cómo termina, podría calcarse a lo sucedido en 2016.

Es por ello que hoy el exAlcalde, a pesar de estar sumergido (o concentrado en su defensa), entiende perfectamente el poder del que sigue gozando. No tiene opciones -a lo mejor- de ganar una elección, pero tiene la fuerza para -de pronto- arruinársela a un bloque político.

A sabiendas del inusitado poder que tiene, en tanto puede transformarse en un candidato bisagra, hoy espera pacientemente que los tiempos avancen. Sabe que pronto, en los próximos meses, tendrá que emerger a la arena política, ya sea para inscribirse en primarias ciudadanas, o como candidato a la alcaldía en calidad de independiente. O tal vez, a solas en algún restaurant, negociar cara a cara con el candidato /a único de la centro izquierda, las condiciones de su bajada.

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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