Historia de Maipú: «El Paco Chocolate» y los primeros Carabineros de la comuna

En nuestros intentos permanentes por dejar escrita -y online- la historia de Maipú, hoy les presentamos un texto que aparece en el libro «Brochazos y Pinceladas de un Maipucino antiguo» escrito por el cronista local: Guido Valenzuela falleció el 31 de octubre de 2021

Valenzuela fue un cronista que se dedicó a recopilar relatos orales del Maipú de antaño. Sus libros son, en ese sentido, un material indispensable para los amantes de la historia local.

Los primeros carabineros

Los primeros policías en el sector de Maipú fueron Pío Álvarez y Jorge Ogás, en 1912. Para 1940 arribó como jefe de retén el sargento Laurencio Hinostroza y ya en 1948 la unidad estaba formada por el capitán Ismael Llona, el capitán Raúl Rojas, el carabinero Jose Alamiro Castro, el sargento Guillermo Cabezas, el cabo Lizama, el carabinero José Escobar, el cabo Mihueque y el carabinero Cáceres (a quien apodaban cabeza de tarro).

Se trasladaban en un furgón cerrado Ford, al que la gente llamaba la Cuca. Uno de sus principales dolores de cabeza era el clandestino de la tía Celia, que estaba ubicado en la calle Hermanos Carrera con Centenario. Lo allanaban y le requisaban todas las medidas y chuicos que tenían para vender, y a los cinco minutos ya estaba funcionando nuevamente. 

El carabinero Leopoldo Soto llegó como peluquero a la comisaría y su jefe, Raúl Aravena, lo mandó al colegio las Ursulinas, para que cuidara la entrada. Por más de catorce años estuvo cumpliendo esa labor, y las niñas del establecimiento lo querían mucho, al igual que las monjas encargadas. Para el Día del 

Carabineros lo llenaban de regalos.

Carabineros de Maipú

Conversando con Sotito, dice que las ex alumnas,la mayoría ya profesionales, hoy lo reconocen cuando lo ven en la calle y lo agarran a besos, agradecidas por sus servicios. Muchas le presentan a sus hijos y él se emociona mucho.

Madre Paula directora del colegio Las Ursulinas agradeciéndole al carabinero Soto

A otro uniformado, el capitán Rojas, cuando llegó a Maipú su esposa le encargó una batea para lavar la ropa. La compró y le encargó que la fuera a dejar al “Humito”, un asiduo “cliente” de la comisaría al que conocían todos en el cuartel por su afición al vino. Grande fue la sorpresa del capitán cuando en la tarde llegó a su casa y la batea todavía no la llevaban. Lo que sucedió fue que el Humito pasó por la picada Donde Sotelo y le bajó la sed, por lo que vendió la batea para comprar vino. Como resultado del enojo del capitán, el Humito terminó barriendo la comisaría por varios meses.

El «Paco Chocolate»

El carabinero José Vicente Escobar Latorre, llamado cariñosamente el “paco chocolate”, por el color oscuro de su piel, después de hacer su servicio militar fue designado en la subcomisaría de Maipú, donde quedó como ordenanza del capitán Llona. Siempre hacía pareja con el cabo Mihuiqui y recorrían las calles poniendo orden con sus lumas, a las que eran muy aficionados, según los comentarios de la época.

También le gustaba el futbol y era el aguatero principal del club de su barrio, el Hermanos Carrera. Cuando salía de ronda y pillaba a algún grupo jugando a la pelota, se unía a un equipo y participaba del partido. Si perdía, dicen las malas lenguas, después volvía en la Cuca y se los llevaba a todos presos.

Foto del Paco Chocolate
Foto del Paco Chocolate

Había un maipucino que no era muy bueno, Isaías Peñaloza, famoso por sus asaltos. Su mayor enemigo era el carabinero Escobar, que lo tenía de casero para arrestarlo hasta que se acogió a retiro, en 1968

Resulta que cuando ya estaba fuera de la institución policial, llegó a su casa el mentado Isaías Peñaloza con dos cuchillos, un sable y un cordel, según él para amarrar y cortar en pedacitos a su ex archienemigo carabinero.

Pero al delincuente le salió el tiro por la culata, porque don José estaba con sus hijos y entre todos agarraron al atacante y lo amarraron con el mismo cordel, A puros palos lo llevaron a la comisaría para que –nuevamente- lo dejaran detenido. 

El “paco chocolate” falleció el 12 de septiembre de 1979.

Textos e imágenes: Guido Valenzuela

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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