En los últimos días hemos sido invadidos por estudios de la Cámara Chilena de la Construcción que señalan que la falta de terrenos disponibles para la construcción, es la principal razón que explicaría el alza desmedida en el valor de las viviendas.
Maipú es una comuna que está al debe en materia de planificación urbana sustentable, cuestión que debiese ser materia de preocupación tanto de las actuales como las futuras autoridades, ya hace un buen tiempo que comienzan a observarse brotes amenazantes de densificación, sin prever los impactos viales y ambientales que viene produciendo la creciente mancha de concreto.
Al ritmo que vamos y con la famosa expansión del área urbana, dentro de poco lo que conocemos por Rinconada de Maipú será una villa más de la comuna con cemento y casas.
Los Bancos y Fondos de Inversión adquieren edificios habitacionales completos, otras tantas unidades habitacionales son adquiridas y acumuladas por inversionistas menores, aprovechando por cierto los beneficios tributarios que les brinda el DFL2. Transformándose en rentistas, sin siquiera pagar un peso como “empresarios inmobiliarios”.
Por otro lado se anuncian modificaciones a la Ley de Arriendos, destacando como la buena nueva que, para lograr el desalojo del arrendatario “moroso”, el arrendador no tenga la obligación de enfrentar largos y costosos juicios de término de contratos de arriendo y posteriores órdenes de desalojo.
Un zapato chino
La situación es compleja. Por un lado, los precios se tornan inalcanzables para la gran mayoría de las familias. Esto causa que disminuya el número de propietarios y aumente el número de arrendatarios.
En paralelo avanza silenciosamente un proceso de apropiación de la ciudad. Si bien el número de propietarios de una unidad habitacional ha ido disminuyendo, comienzan a construirse edificios completos para ser destinados a arriendos.
Debido a esto, creo necesaria una modificación a la Ley de Arriendos, en donde el punto central no esté enfocado solamente en crear un procedimiento que facilite el desalojo de los arrendatarios. La ley debe además exigir condiciones dignas de habitabilidad y salubridad. Sumado a ello, se debiese crear un Registro Municipal de Arriendos, en donde quienes hacen de esta actividad un comercio habitual, paguen los impuestos que corresponda.
Las motivaciones para liberar suelos para la construcción de nuevas viviendas, no debe obedecer a una presión de los Bancos y desarrolladores inmobiliarios (como parece ser el caso hoy).
El derecho a la ciudad, a la vivienda propia, debe estar precedido por una oportuna política de desarrollo urbano que entre otras cosas, asegure la conectividad, diversidad en materia de viviendas, calidad en diseño y construcción, densificación sustentable, respeto por el patrimonio arquitectónico y cultural, todo ello bajo un principio irrenunciable de integración social.
Hay algunos ejemplos de comunas que siendo partidarias de aumentar el número de habitantes por hectárea, han sido capaces también de limitar las alturas, ya sea cinco, siete o doce pisos evitando de esta forma en que se produzcan verdaderos atentados urbanísticos como los Edificios que se han construido en Estación Central.
Si no hacemos algo al respecto, será Maipú la próxima comuna que saldrá en televisión debido a su alta tasa de densificación y –lo más triste de todo– ante la real posibilidad de perder vastos terrenos rurales que rodean la comuna, como es el caso de Rinconada de Maipú, para dar paso al frío cemento.