Estudio revisa la evidencia sobre el papel del estrés oxidativo inducido por el sobrepeso y la obesidad como un factor crítico para la progresión de la enfermedad renal crónica (ERC).
Un metaanálisis basado en 247 estudios mostró que los individuos con sobrepeso (25 ≤ IMC <30) tenían un 40% más de riesgo de enfermedad renal (riesgo relativo = 1,40; intervalo de confianza 1,30-1,50), el que aumenta en los pacientes obesos (IMC ≥ 30).
A partir de estos números se hace evidente que la prevención y el tratamiento de la obesidad pueden tener un efecto importante sobre la incidencia y progresión de ERC, con un beneficio añadido en la prevención de sus importantes costes y comorbilidades.
La ERC se clasifica en 5 etapas y se define por una reducción sostenida en la tasa de filtración glomerular estimada (eGFR, <60 ml / min por 1,73 m2) durante tres o más meses, que se acompaña de anomalías estructurales o funcionales de los riñones según el análisis de orina, biopsia o imágenes.
Existe poca información sobre ERC en Chile. Según la última Encuesta Nacional de Salud, un 3.4% de la población chilena presenta la enfermedad en etapas 3 a 5. Sin embargo, y debido a que la ERC suele ser asintomática en las etapas iniciales, los especialistas creen que se ha subestimado su diagnóstico.
«Se presume que la prevalencia de la ERC en la población chilena, considerando todas sus etapas, podría alcanzar un 12%, valores similares a los reportados a nivel mundial, y los cuales aumentarían a un 35% en pacientes sobre los 70 años» señala el Dr. Cristián A. Amador del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chile, uno de los autores del estudio.
Uno de los problemas de la ERC es que en etapas avanzadas (4 y 5) se requiere de alguna terapia de reemplazo renal, tales como diálisis o trasplante. En este sentido, Chile ocupa el segundo lugar a nivel latinoamericano con mayor prevalencia en este tipo de terapias.
El 2017 el Ministerio de Salud (MINSAL) estimó que cerca del 23% del presupuesto del sistema de Garantías Explícitas de Salud (GES) se destina a servicios asociados a diálisis, lo cual favorece sólo al 0.2% de los pacientes atendidos en el mismo sistema.
«De hecho, la ERC en etapas 4 y 5 se catalogó como problema de salud GES Nº1, reflejo de lo necesario que es concentrar los esfuerzos en favorecer la prevención de la progresión de la ERC» complementa el investigador.
En este sentido, las líneas de investigación, campañas de salud y aspectos comunicacionales se han enfocado fuertemente en estos temas, como analiza el Dr. Cristián Amador, «todas las proyecciones indican que los índices de sobrepeso aumentarán y que diversas situaciones crónicas también lo harán. Este escenario podría ser peor aún producto de las consecuencias, aún no conocidas del todo, en pacientes que padecieron COVID-19».
Dado lo complejo de la situación, distintas iniciativas se han impulsado con la finalidad de combatir los factores de riesgo modificables que se asocian a la obesidad; entre los cuales se incluye el sedentarismo y la malnutrición por exceso. Por ejemplo, el programa Elige Vivir Sano o de manera más específica en temas renales, la Sociedad Chilena de Nefrología y la Fundación ProSalud Renal han impulsado un programa que aborda aspectos relacionados con el cuidado integral de los distintos tipos de pacientes renales: pacientes en diálisis, diabéticos, trasplantados, hipertensos, etc.
«Desde el punto de vista investigativo, nuestro laboratorio se encuentra desarrollando dos proyectos FONDECYT que abordan temas relacionados con la ERC. Actualmente, nos encontramos participando de una Iniciativa Científica Milenio con una propuesta en nefrología que busca realizar investigación básico-clínica, la cual incluye estudios de Machine Learning y epidemiología renal. Esperamos en los próximos meses tener buenas noticias al respecto» finaliza el investigador.
Link al estudio: https://doi.org/10.3390/antiox10030404