Felipe Kast, Ministro de Planificación y Desarrollo, tiene varios elementos diferenciadores que lo alejan del clásico estereotipo de hombre de derecha. El hombre más joven del Gabinete de Sebastián Piñera, luego de estudiar en Economía en la Universidad Católica, partió a Cuba a estudiar Sociología y Economía Marxista.
Allá aprendió sobre la ideología de izquierda, y conoció a su esposa. Luego estuvo en Harvard, perfeccionándose en lo que es su gran obsesión: derrotar la pobreza.
Hoy sus esfuerzos están focalizados en mejorar la Ficha de Protección Social (FPS) la cual, determinó una comisión de expertos, es fácilmente adulterable. El hecho anterior es de extrema gravedad, pues las personas tienden a mentir respecto al número de personas que viven en un hogar, o su nivel educacional para obtener los puntos necesarios para calificar en los diversos programas sociales que tiene el estado. Eso provoca una tremenda injusticia, ya que personas que merecen los beneficios no los obtienen, versus otras que sin merecerlos, los consiguen.
Llego a su oficina ubicada en la entrada del Paseo Ahumada y me recibe una persona amable y con cara de mateo. Le pregunto por la facilidad con que la gente subdeclara cosas de cara a la ficha, y cómo en una sociedad que todo está online, no se chequean los datos. Me reconoce que eso es un punto complicado de entender, pero nos asegura que “la verdad es que no es tan fácil para el Gobierno llegar y hacerlo. Nosotros tenemos como desafío hacerlo de aquí a marzo”.
– Ministro, ¿por qué en los tiempos que corren, que todo está online, es tan fácil mentirle con datos al MIDEPLAN?
– Efectivamente ese es tal vez uno de los elementos más difíciles de entender ¿por qué a estas alturas con la sociedad de la información no se verifican los datos? la verdad es que no es tan fácil para el Gobierno llegar y hacerlo. Nosotros tenemos como desafío hacerlo de aquí a marzo, pero eso nos va a ahorrar mucho trabajo incluso en terreno, porque vamos a poder tener datos administrativos que son mucho más fidedignos, que los datos que normalmente recuperamos en terreno o respuestas con autoreporte.
– Actualmente la ficha de protección social ha sido aplicada a 3.6 millones de familias. ¿Usted sabe la distorsión que hay en los datos?
– Tenemos algunas estimaciones cuando comparamos la encuesta CASEN con la ficha, nos damos cuenta que hay distorsiones importantes. En la ficha, se reporta una persona menos que lo que observamos en la CASEN por lo tanto efectivamente se esconde a la pareja. Ese es el primer elemento y el segundo elemento que se subdeclara es la educación y el ingreso, por lo tanto si medimos pobreza por ficha en lugar de CASEN, nos encontramos con que la pobreza sube de un 15% que es el dato oficial a un 26% si le creyéramos a los datos de la ficha
– Una lectora que nos sigue en Facebook nos dice que ella piensa que en la Municipalidad de Maipú hay que ser amigo de un asistente social para obtener un buen puntaje en la FPS. ¿Qué está haciendo el MIDEPLAN para detener estas situaciones?
– Estamos haciendo tres cosas. Primero, estamos generando una unidad de la ficha al interior del ministerio de desarrollo social. El nuevo ministerio de desarrollo social va a tener un gran centro de operaciones para dedicarse a la ficha solamente. Eso es importante porque nos va a permitir también hacer la verificación de los datos administrativos. Cuando tú verificas esos datos hay menos espacios para que puedan discrecionalmente manipular los datos. Por otro lado vamos a tener a fiscalizadores en mayor cantidad. Hoy hay tres fiscalizadores a nivel nacional para tres coma seis millones de familias. Esa unidad va a tener la tarea de poder revisar y sancionar en aquellos casos en que efectivamente ocurra, y por último también vamos a tener un sistema de reclamos, donde aquellas familias que se sintieron que el encuestador no hizo bien su tarea, y por lo tanto sienten que el encuestador no hizo un trabajo adecuado, vamos a poder ir y tener contacto directo con las personas. No van a tener que pasar siempre por el Municipio para poder llegar al MIDEPLAN
– Una cosa es verificar los datos que entregan las personas pero, ¿qué pasa con aquellos que obtienen los beneficios y luego los venden?
– La verdad es que el tema de la venta o uso de beneficios es más complejo de hacer y creo que es entrar también en la intimidad del hogar, con una fuerza que nosotros encontramos que no corresponde. Si creemos que los beneficios, y en el caso de las mediaguas si nos correspondía verificarlo porque era un beneficio que tenía un fin específico. Pero cuando tu entregas subsidios o transferencias, la verdad que tú tienes que dejar que sea la libertad de las personas la que decida qué hacer con esos recursos. Si no, nos vamos a transformar en un gobierno interventor que llega a decidir todo por las personas y eso está lejos de nuestro querer
– En la última encuesta ADIMARK, usted aparece con un 31% de conocimiento, una cifra algo baja considerando que su Ministerio alcanza a muchos chilenos, sobretodo de menores recursos
– La verdad es que tenemos en MIDEPLAN, antes no aparecía siquiera en las encuestas. Teníamos una visibilidad bastante menor, es que tenemos muchos temas, pero para la ciudadanía no es fácil retener. Además el nombre MIDEPLAN no dice mucho. Ahora esperamos que con el nuevo Ministerio de Desarrollo Social, una vez que se apruebe, podamos jugar el rol que esperamos jugar y ese número efectivamente cambie.
– En medio de la campaña presidencial la concertación decía que si salía la derecha se reducirían los beneficios sociales. ¿Ha pasado eso? ¿Crearán nuevos programas o profundizarán los ya creados?
– Tenemos en el presupuesto un aumento del 20%, tenemos la creación del ingreso ético familiar, que es un programa nuevo que profundiza la red de protección social. Tenemos un aumento en los recursos de Chile Solidario, por lo tanto aquellos que planteaban que nosotros íbamos a cortar los programas sociales, han quedado en entredicho sus declaraciones, porque no se apegan a la realidad. Esperamos el próximo año dar un anuncio bien importante, contando la forma que va a tener el Chile Solidario. Nosotros esperamos tener el espíritu inicial, pero queremos reformularlo para lograr el objetivo para el que fue diseñado y desgraciadamente no se ha logrado eso con suficiente fuerza, que es derrotar la pobreza.
– En Maipú existe un sector rural llamado La Rinconada que no cuenta con agua potable ni alcantarillado, ¿qué hace MIDEPLAN para superar esas situaciones?
– Una de las cosas que estamos haciendo como Ministerio de Desarrollo Social, cada vez con más fuerza es tener mayor conexión y relación con los otros ministerios, ¿qué significa eso? que cuando tengamos situaciones como las que tú me planteas, como la de La Rinconada podamos tener una relación más fuerte con el MOP, con Vivienda y con la SUBDERE, por lo tanto se armó una comisión que ve el tema de la pobreza territorial ¿qué significa eso? es ver barrios que están en situación precaria para intervenir de forma territorial que no es lo misma visión individual de los ingresos de las familias, sino que es ver los barrios. Y eso justamente es parte las tareas que estamos emprendiendo. Esa parte la lidera vivienda, pero nosotros como MIDEPLAN participando fuertemente.
– Maipú es una comuna donde la mayoría de la población pertenece al estrato social C3, ¿qué programas tiene MIDEPLAN para esos maipucinos?
– Vamos a tener varias buenas noticias. La primera es que el comité de expertos en la ficha lo propone así, es que la salida de los programas sociales no sea abrupta, que sea suave. Eso significa que si tú estás en clase media, tú puedas acceder a ciertos programas, que no estés fuera del todo. Que tengamos el nivel de pobreza, pero que aquellas familias de clase media que tengan algún shock negativo por un golpe en su normal vivir, desempleo, un golpe de salud, algún golpe también que alguien pueda haber fallecido, que tengan la red de protección social, para que la vulnerabilidad, que es la nueva pobreza de Chile, también tenga una respuesta.
– La aprobación de la ciudadanía respecto al Gobierno en el tema de la reconstrucción post terremoto se ha venido a pique. En marzo de este año era de un 65% y hoy alcanza un 41%. ¿Qué ha sucedido?
– Mire, yo creo que nosotros nos dedicamos mucho tiempo, toda la atención estuvo puesta en el tema de los mineros, después la Concertación encontró un espacio para poder criticar en lo que es la reconstrucción. Y se ganó los espacios públicos de opinión en esa materia. La realidad lo que ha mostrado, si tu miras los números objetivamente, en este país, con lo grande del terremoto, acá no hay ninguna comparación con lo que se ha hecho en todas partes del mundo. En Colombia, con el plan Pastrana, se demoraron 3 años en levantar de nuevo las zonas en un terremoto mucho menor. Esto es una pelea comunicacional, política. Acá la concertación está haciendo críticas muy duras, con un afán político. Estoy seguro que la interpelación de la Ministra Matte, va a jugar a favor del gobierno porque va a tener la oportunidad de mostrar todo lo que ha hecho en estos ocho meses
– Su historia es bien particular. Es hijo de un ex Ministro de Pinochet y su padrastro, Javier Etcheverry fue Ministro de Lagos. ¿Qué rescata de cada uno de esos mundos?
– De mi padre rescato la pasión por superar la pobreza. Fue la primera persona que hizo un mapa de la extrema pobreza en Chile. Convocó a muchos profesionales jóvenes a dedicarse a este tema. Murió muy temprano, a los 34 años, y dejó una huella por lo menos en mi personam y de sus amigos, muy grande, de poner a la pobreza como primera prioridad nacional. Eso es muy rescatable y yo tomo eso como ejemplo. De mi padrastro, de Javier, que en la práctica también fue como mi papá por muchos años, gran amigo, valoro también su profesionalismo. Estuvo en el Servicios de Impuestos Internos, 10 años, después estuvo en el MOP de Ministro y después tuvo en el Banco Estado. Tiene un amor al servicio público bastante profundo. Siempre tuvo claro que en el sector privado podría haberle ido mejor. Pero siempre tuvo claro que el impacto y su vocación por lo público lo hacía mucho más feliz. Siempre optó por el servicio público. Y la verdad es que me enseñó una lección muy importante y que siempre me decía que hacer bien las cosas es la mejor estrategia política que uno pueda tener. En el fondo, el tener a los mejores equipos, el hacer las cosas en forma rigurosa, hacerlas bien e incluso sacrificando tener mejor labia, o capacidades de venderse a uno mismo, es la mejor forma de hacer política y la más rentable para los gobiernos.
– ¿Y considerando que usted es de derecha y su padrastro de concertación, no habían grandes discusiones?
– No de hecho, yo creo que coincidimos en muchas cosas. Incluso en el pasado, en materia de derechos humanos. Coincidimos también que en las cosas que le faltaban a la concertación, que eran muchas. No coincidimos en que votó probablemente por Frei, ahí yo discrepo. Creo que tenemos al mejor presidente de la historia en Sebastián Piñera, pero también Javier en ese sentido valora mucho lo que está haciendo el Gobierno y valora mucho el que al país le esté yendo bien y que el país esté en buenas manos.
– Su vida está llena de extremos. Estudio en Chile y luego en La Habana Sociología y Economía Marxista. También estudio en Harvard, es un país capitalista. ¿Qué sacó al limpio de cada uno de esos mundos contrapuestos?
– De Cuba rescato a mi mujer. De Harvard rescato evidentemente la buena calidad de la educación. Estuve cinco años allá y de Cuba rescato la humanidad, la calidad humana de su gente. Los cubanos son realmente muy acogedores, muy transparentes, son poco poseros, son gente que en el fondo te da el espacio para que tú seas como quieres ser y no te trata de moldear y decir tú tienes que ser así. Son muy frescos en el buen sentido de la palabra. Probablemente también en el mal sentido de la palabra (risas)
– ¿Cómo fue su vida en Cuba?
– Vivía con dos amigos, en un quinto piso sin ascensor. En un edificio que había sido construido por sus propios usuarios. Con micro brigadas. Me iba todos los días a la Universidad, estudiaba, estudié sociología y economía marxista. Me tocaba mucho conversar con profesores. Era mucha vida universitaria y evidentemente caminar mucho por la Habana que es una de las cosas más lindas que te puede pasar en la vida. Es una de las ciudades más hermosas.
– En una entrevista a la Revista Capital usted dijo que los jóvenes de su generación (el Ministro tiene 33 años) más que preocuparse del dinero, se preocupaban de pasarlo bien. ¿Lo pasa bien siendo Ministro?
– Lo paso muy bien y yo creo que esa respuesta tenía un contexto que quería profundizar también. No es sólo pasarlo bien, es desarrollarse en distintas esferas. Que la generación anterior vivió una época de un poquito más de subsistencia. Esta generación tiene un anhelo de que cada uno de los jóvenes, las nuevas generaciones se despliegue su creatividad y habilidades más allá de los moldes tradicionales. No todos encontramos o no todos encuentran en los moldes tradicionales la felicidad. Somos una generación más exigente en ese sentido y lo otro que también tenemos y aquí es un debate que está por verse. Es que tenemos una vocación política muy grande y debemos ganarnos los espacios para poder desplegar en esa arena, que está tan desprestigiada desgraciadamente las habilidades que tenemos como generación, somos muy generosos, somos muy pragmáticos. No nos gustan que nos cuenten cuentos, nos gusta que nos hablen con la verdad y sabemos que las cosas son difíciles de lograr, pero sabe que se pueden lograr si uno le hace empeño. No toleramos la injusticia, no toleramos el status quo, las respuestas fáciles, el no porque siempre ha sido así, no entran.
– ¿Después de Ministro tiene alguna aspiración política, Presidente de la República tal vez?
– No. Tengo una aspiración de seguir en política, desde lo que se hacer que es estudiar y actuar frente a la pobreza. No sé si va a ser desde otro lugar en el gobierno, desde algún centro de estudio o desde la universidad pero obviamente quiero quedarme en política pero no tengo tantas aspiraciones electorales.
– Cuba es conocida por sus programas sociales. ¿Vio algo allá que se pueda aplicar en MIDEPLAN?
– Yo creo que la medida que estamos aplicando a lo largo de todos los gobiernos, el dolor frente a la injusticia, yo creo que la compartimos con el mundo marxista y eso creo que es muy potente que un gobierno de centro derecha lo tenga tan metido en el alma y en su actuar. Y esa es la labor que tenemos desde este ministerio también, que es velar porque esa vocación por la injusticia social sea transversal y se manifieste cada día en cada momento, en cada concejo de gabinete y la verdad que no cuesta mucho porque con los ministros sociales que tenemos y con el presidente que tenemos nos ha dado un respaldo enorme y quiere que este ministerio que antes ni siquiera aparecía en las encuestas juegue un rol más importante.
– Joaquín Lavín se declaró hace unos años Bacheletista – Aliancista ¿usted se declararía Marxista – Piñerista?
-Yo creo que es un poco mucho, porque en fondo no soy marxista, nunca lo he sido ni espero serlo, pero si me declaro una persona con una vocación social muy grande que tiene pleno conocimiento de las injusticias que tiene nuestro país y que hay que mejorar. Y eso no creo que sea patrimonio ni del marxismo ni de nadie, sino que de la humanidad de cada uno, que sabe que tal vez yo tuve más privilegios de que lo tuvieron la gran mayoría de los chilenos y esa es una gran injusticia que no tiene porqué ser.