Ayer al medio día se realizó la audiencia de control de detención y formalización de investigación contra Claudio Crespo Guzmán, exoficial de Carabineros que habría sido el responsable de las graves lesiones cometidas a Gustavo Gatica el 8 de noviembre de 2019 en una de las manifestaciones del estallido social.
La jueza Marcia Figueroa, del 7° Juzgado de Garantía de Santiago finalmente determinó la prisión preventiva luego de estimar que el teniente coronel llevó a cabo los hechos con la intención de «infringir dolor», tomando en cuenta como agravantes que el imputado fue instructor de Fuerzas Especiales y que en la ocasión disparó sin obedecer la normativa de uso de armas antidisturbios.
Cabe señalar que Crespo ya había sido desvinculado en junio de la institución luego de que se comprobara la manipulación de las imágenes grabadas con su GoPro, específicamente por haber descargado los videos en su computador sin avisar como indica el protocolo.
Fue en el mismo mes que Amnistía Internacional acusó que Carabineros pretendía ocultar la presencia del también llamado «G-3», presentando una serie de imágenes que fueron grabadas durante las manifestaciones y que constatan el actuar del exoficial.
«Ni siquiera se tomó su declaración en el sumario sobre el caso, a pesar de que era uno de los mandos a cargo del operativo y que disparó 170 cartuchos de 12 balines cada uno ese mismo día”, señaló Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional, en aquella oportunidad.
En una entrevista realizada por El Desconcierto, Gustavo Gatica contó que desde que salió de la clínica, el foco estuvo puesto en la rehabilitación más que en lo judicial, pero de todas maneras mantenía la esperanza de que se esclareciera el caso.
«Igual siento que de alguna manera estaban intentando encubrir a esta persona, G3, y que también se acusaron solos al no poner su nombre en el sumario. Eso me hizo pensar, desde el principio, que Carabineros y él sabían desde un comienzo», expresó el joven.
Gustavo ya aprendió a leer y a escribir en lenguaje braille, ya se adaptó al uso de su computador y un celular inclusivo y piensa retomar sus estudios en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.