Gladys Yagual, hermana del migrante calcinado en Maipú: «Sea quien sea el culpable, no encubran y que salga todo a la luz»

El 18 de octubre de 2019 es la fecha que la historia sindicará, como el día en que Chile vivió un estallido social. Al borde de la historia, y apenas cinco días después, un ciudadano de nacionalidad ecuatoriana desaparecía en Maipú. A miles de kilómetros, Gladys Yagual, su hermana, iniciará una búsqueda y pedirá respuestas. A 1 año de su muerte, lo que abundan son las preguntas abiertas. Pero esta historia comienza antes.

Tenía 22 años y se llamaba Maicol Yagual. Era maipucino por casualidad; el día 28 de septiembre de ese año, había llegado a trabajar al hogar de ancianos «años dorados» en nuestra comuna.

Yagual había iniciado una nueva migración. La primera fue desde Ecuador a Antofagasta, donde reside su madre, y Gladys: su hermana. La segunda fue a Maipú, donde una oportunidad laboral le abría las puertas a juntar algo de dinero para cumplir su sueño: estudiar cuidados de ancianos.

Pero el sueño quedó trunco. El 23 de octubre era su día libre, y su celular quedó sin responder. Su familia no podía establecer contacto con él. Aunque lo atribuyeron a que hacía extensos turnos, para ganar más dinero.

Fue facebook la red social que encendió las alarmas en Antofagasta. Un posteo de compañeras de trabajo de Yagual, daba cuenta de su desaparición. Gladys Yagual, no tiene los medios para viajar a Santiago y comienza a difundir el facebook la imagen de su hermano extraviado.

Quiere encontrarlo. Piensa en su hijo pequeño, quien adora a su tío. Piensa en Maicol, quien es misionero de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o como los conocemos en Chile: mormón.

El 28 de octubre la familia de Maicol interpuso una denuncia en la Tercera Comisaría de Antofagasta. Necesitaban explicaciones. Querían una investigación. Albergaban la esperanza que apareciera en medio de todo el contexto del estallido social.

Gladys pensaba en que se había pegado en la cabeza, en medio de la revuelta. Se repetía esa historia, intentado aferrarse a un relato que le diera esperanza. Pero estaba lejos de Maipú y cada hora se teñía de desesperación.

La esperanza -para Gladys- comenzó a extinguirse el día 26 de octubre. En el Supermercado Alvi que estaba en la Plaza de Maipú apareció un cuerpo calcinado en extrañas circunstancias. Dos días antes el supermercado había sido saqueado e incendiado. En virtud de lo anterior, llegaron bomberos y carabineros; los primeros apagaron el fuego y los segundos periciaron el lugar.

Nadie -al parecer- vio que en la entrada principal del supermercado había un cuerpo humano calcinado. El hallazgo lo hizo la cruz roja de Maipú, quienes encontraron el cadáver calcinado, y dieron cuenta a carabineros.

El 4 de noviembre Gladys logró viajar a la capital de Chile. Y no fue gracias a la embajada de Ecuador en Chile. Lo hizo gracias a una chilena residente en Ecuador, que leyó sobre el caso y no dudó en transferirle el dinero para movilizarse.

En Santiago se alojan en una iglesia. Y lo buscan por todos lados. El cuerpo encontrado en Alvi -aún no está en sus radares- así que la búsqueda continúa sin tregua.

“Carabineros llegó a la iglesia e investigaron y nos dijeron que había un cuerpo que se encuentra en el Servicio Médico Legal como NN. Nos dijeron que estaba calcinado, pero yo le decía al teniente Valdés, no tiene nada que ver con Maicol. Me dice mire es que igual cuando hay una investigación hay que descartar todas las posibilidades: nosotros hasta el último momentos decíamos: no, como va a ser Maicol y nos dijo ahí que había que descartar toda posibilidad de que sea o no sea Maicol”, nos cuenta Gladys

El examen en el Servicio Médico Legal se realiza el 4 de noviembre y Gladys conversa con un funcionario del lugar. El cadáver no tiene dentadura y el trabajador del SML le dice que el cuerpo parece el de un hombre mayor. Gladys respira aliviada: Maicol tenía 22 años y todos sus dientes.

Por ello madre e hija siguen buscando. Porque ese cuerpo del SML «no puede ser el de Maicol». Pero para ambas no hubo ayuda, hubo burocracia.

“Nos decían: mire siéntese aquí y la vamos a ayudar. Le respuesta de todos era, si usted ya hizo la denuncia en Antofagasta debe esperar que Antogafasta determine cuál de los 2 coge la investigación (PDI o Carabineros). De ahí nos fuimos, pero antes de irnos nos fuimos a la Fiscalía de Maipú. Entonces ahí hablamos y le explicamos el caso y les dijimos: mire, nosotros llevamos casi dos semanas aquí y no nos dicen nada. Y se tiran la pelota el uno al otro. Me dan direcciones y vamos hasta donde conocemos», rememora Gladys.

Sin recursos ni redes de contacto. Sin ayuda y sin resultados del examen resistieron dos semanas en Santiago y debieron volver a Antofagasta. Gladys, nos contará varios meses después, que desde el norte grande, volvió a Facebook. Compartía la foto y pedía ayuda a grupos de ecuatorianos en Chile.

El 3 de diciembre Gladys recibió la noticia que no quería escuchar: el cuerpo encontrado en el Alvi de Pajaritos correspondía a su hermano. Gladys recibió un papel detallado, lleno de tecnicismos que no fue capaz de comprender. El 11 de diciembre volvió a Santiago y buscó un abogado. Desde el SML la llamaron, y ella acudió con la esperanza que todo fuese un error. Pero no. Le explicaron en persona lo que no había entendido en el papel.

Gladys Yagual, un año después

Gladys Yagual conversó con La Voz de Maipú.

A Maicol Yagual lo sepultaron el 9 de enero en Antofagasta. Fue un proceso largo, pero sobretodo doloroso. A días que se cumpla 1 año desde su desaparición, volvimos a hablar con Gladys.

Queríamos saber el avance del caso, pues la muerte de Maicol Yagual ha tenido escasa repercusión mediática. Tal vez por su condición de migrante. Quizás por que su familia no tiene medios, o vive lejos, o -como tantos migrantes- carece de redes de contacto.

Razones más o razones menos, volvimos a hablar con Gladys.

¿Has sabido nuevos antecedentes? ¿O sobre la teoría que dice que no murió en el incendio del Alvi?

La verdad ha pasado un año y no nos dicen nada, pero se sigue la investigación porque es lo que me dijo el abogado. Me mandaron a pedir unos documentos, que me llegaron el martes. Son una partida de nacimiento legalizada mía y de él. 

Hay una denuncia hecha, pero no tengo más detalles porque el abogado no ha podido contactarse conmigo. El abogado me está ayudando.

¿Recibiste ayuda del consulado de tu país?

No, nadie nos prestó ayuda. Imagínese uno extranjero y sin ayuda. Para traerlo hasta acá fue duro. Por el costo del pasaje y porque tenia que tener los papeles.

¿De parte de carabineros o del gobierno alguien se ha acercado a dar una explicación o palabra?

No, el único apoyo que nos dieron fue el apoyo psicológico para mi hijo desde la fiscalía.

¿Cómo has estado, tu familia y el sobrino de Maicol?

Este año ha sido muy duro para nosotros. Con el tema de que no podemos visitarlo. No podemos ir al cementerio ni nada de eso. Mi mamá quedo imposibilitada de la pierna porque en el transcurso de saber si el cuerpo era de el, mi mamá comenzó a sufrir desmayos por hipertensión. Se cayó de la escalera y quedo con su pierna mal.

Mi hijo está super mal. Siempre llora y recuerda a su tío. Yo no puedo asimilarlo. Tengo la esperanza de que ese no es el cuerpo de mi hermano. Porque yo no vi su cara, no lo vi. O por lo menos decir esta su pasaporte ahí o que era la hebilla de su cinturón o sus zapatos. Solo vi el cuerpo por medio de una foto. No vi nada más. No me muestran cámaras dónde se vea que está él. No hay absolutamente nada.

¿Qué esperas a un año de la muerte de tu hermano?

Lo que yo busco la verdad, sea o no sea el cuerpo de él. Quiero una explicación de la fiscalía, la cual no nos han llamado, no nos han citado para hablar. Eso debería ser así. Somos su familia directa. Él no dejó hijos, ni esposa. El dejó a una madre, una familia.

¿Qué esperas después de esta larga investigación? Ya sea de la justicia o alguna reparación desde el Estado por lo que tu familia ha pasado.

Mire. Ni todo el oro del mundo me va a devolver la vida de mi hermano. Es la perdida mas dura que hemos tenido en mi familia. Hablar de algo monetario, estaría mintiendo. Yo lo que espero es que salga a la luz la verdad. No confío desde el momento en que mi hermano desapareció, que fue su lugar de trabajo. Desde ahí nadie lo vio. Me gustaría que se abra una investigación desde ese punto. Yo no le estoy echando la culpa ni a carabineros ni a nadie porque no me consta nada.

Pido que se haga una investigación cautelosa, que se fijen en los mínimos detalles sobre con quién habló, o qué paso. Usar las cámaras de las calles. Si a él lo encontraron en un supermercado, es un sitio público, en pleno centro de Maipú. No me cabe en la cabeza que no haya una respuesta, una persona que lo haya visto o una foto.

¿Qué pasó cuando fueron al lugar de trabajo de Maicol?

Ellos decían cosas que no concordaban. La señora nunca más me hablo. Al principio decía que él era un niño bueno y cosas así. Después todo cambió. Hubo algo que me llamó la atención: Una de las compañeras de él decía que la señora sobre explotaba a mi hermano y que estaba muy cansado físicamente. Cuando fui ella estaba ahí y se escondió. Son cosas que a mí me llaman mucho la atención. Ella no pagó el tiempo que Maicol trabajó ahí porque fue su esfuerzo. Era un buen muchacho y siempre voy a decir eso. Conozco la calidad de hermanos que yo tengo, porque tenemos una buena madre que nos forjó en un buen ambiente con calidad de vida, respeto hacia los demás y con valores.

Sea quien sea el culpable, no encubran y que salga todo a la luz.

Este artículo se enmarca dentro del Especial 18 de Octubre (1 año después) realizado por La Voz de Maipú. Puedes ver todos los temas haciendo clic acá

El presente artículo y entrevista fue realizado por Marlene Valladares, Emilia Sánchez y Nicolás Aravena

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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