Hace unos días, la Unidad de Oncología del Hospital El Carmen de Maipú realizó por primera vez una inmunoterapia para tratar el cáncer renal de una paciente.
La joven fue aceptada para el tratamiento luego de cumplir con una serie de requisitos que van desde “haber progresado a la intervención con drogas orales, es decir, que el tumor se haya hecho resistente a estos medicamentos, y padecer uno de los tumores que se benefician de la inmunoterapia”, según señalaron desde el HEC.
Además, la intervención pudo ser posible gracias al financiamiento del Comité de Drogas de alto Costo (DAC) de Fonasa, “un mecanismo de financiamiento que se encuentra en funcionamiento desde el año 2019 y que tiene por objetivo entregar cobertura a medicamentos de alto costo para personas con problemas de salud oncológico pertenecientes a establecimientos de la red pública de salud y que no cuentan con cobertura en las Garantías Explícitas en Salud (GES) ni en la Ley Ricarte Soto (LRS). La autorización de estas drogas es mediante un Comité Central”, señala el Ministerio de Salud.
El equipo de enfermería se sometió a una capacitación y el doctor a cargo fue Felipe Pinto, jefe de la Unidad Oncológica del Hospital El Carmen.
“Dentro de los arsenales terapéuticos que tiene la oncología moderna, aparece desde 2010 en adelante la inmunoterapia, que ha cambiado el paradigma del tratamiento de varias enfermedades; una de ellas es el cáncer de riñón. Es un recurso fundamental para el desarrollo del hospital y para el beneficio de la paciente”, señaló el doctor.
“A diferencia de las terapias tradicionales, la inmunoterapia se administra por vía periférica, lo que quiere decir que no requiere catéter, es mucho mejor tolerada y, como toda terapia oncológica, presenta efectos adversos, aunque manejables, como dermatitis o una leve inflamación de la tiroides”, detalla el HEC.
“Existe el paradigma de que los pacientes que se afectan o tienen efectos adversos, en general, son los que más responden y a los que mejor les va. O sea, uno espera que tenga alguno de los efectos adversos, porque sabemos que a ese perfil de pacientes les va mejor con la terapia que a quienes lo toleran sin que les pase nada”, agrega el doctor Pinto.
Según lo informado, la paciente quedará a cargo de un equipo médico que le realizará un control de seguimiento para evaluar cómo la paciente beneficiada va evolucionando durante el tratamiento, el cual se aplica cada dos o cuatro semanas, según las dosis que se suministren.