Jenny Adaros, más conocida como Lady Garfia: «Ser mujer con discapacidad y madre es mi contenido»

Conoce a Jennifer Adaros, conocida como Lady Garfia, una comediante maipucina reconocida por su sentido del humor y su prótesis en la mano izquierda. Descubre cómo comenzó su carrera y cómo ha influido su discapacidad en su comedia. Entrevista exclusiva con La Voz de Maipú.

Jennifer Adaros, reconocida ante el público como Lady Garfia, es mujer, madre y maipucina de toda la vida, además de comediante, y su destacado sobrenombre no se debe a otra cosa que a la prótesis que forma parte de ella en su mano izquierda tras un accidente en su infancia.

Hace unas semanas, antes de cerrar el 2023, la Municipalidad de Maipú le entregó el tradicional reconocimiento “Orgullo Maipucino”, dada su emergente pero ya connotada carrera en el mundo del humor, y en este contexto La Voz de Maipú conversó con ella para profundizar en cómo ha sido este caminar.

¿Cómo fue el inicio de tu carrera de comediante? ¿Qué te llevo a seguir esa línea?

Fue todo muy fortuito. Yo me había dedicado a ser mamá, tenía dos guagüitas. Cuando una tenía casi dos años y la otra cuatro cuando reconocí que necesitaba hacer algo que me distraiga del rol de mamá «veinticuatro siete». Fue para hacer algo distinto.

Entré a un taller de comedia en 2019 y mi profe, la Bernardita Ruffinelli, me empezó a invitar a shows, otros colegas de la comedia también me empezaron a invitar, y todo como un hobby hasta ese momento, y pasado el año me di cuenta que parecía que esto era en serio. Vino la pandemia y me fui sumando a todos los lives para no perder el ritmo. Era otra cosa, nada que ver con lo que uno hacía en el escenario, en el vivo, en el bar.

En resumen, mi llegada a la comedia fue muy fortuita. A nadie le sorprendió mucho, porque siempre hubo una veta media artística, pero llegué de casualidad.

¿De dónde salió el nombre Lady Garfia?

Fue de un gran amigo. Francisco me fue a ver la primera vez que me presenté en un bar por el cierre del taller. Yo me presentaba como Jenny Adaro y me dice, ‘tú debes tener otro nombre, algo más bacán como Lady no sé qué… Lady Garfia’. A Francisco se le ocurrió el nombre.

Yo no lo usé hasta que, en octubre del 2019, participé de un show que se llamaba American Horror Comedy. Estaba Teniente Dan, otro comediante que es maipucino, estaba un chico de Argentina, otra amiga también de Maipú, Rufinelli y yo. Ahí había que ponerse un nombre y nace oficialmente Lady Garfia. ¿Sabes qué? Es mucho mejor que la gente diga Lady Garfia, a decirle mi nombre como ‘Jenny ya, pero con dos N’.

¿Cómo ha influido tu discapacidad en esta carrera? ¿Desde el principio pensaste incluir esto en tus rutinas?

Es súper heavy, porque para mí nunca fue tema. Yo jamás entré a la comedia para terapiarme o para ser influencer de los discapacitados en Chile. Mi rollo era salir de la casa y no ver a mi familia por un par de horas, escapar un rato. Cuando llegué al curso, inevitablemente empezaron a salir chistes que tenían que ver con mi gancho.

Yo me reía de eso hace muchos años. La comedia me ayudó a visibilizar el ‘veamos quién es más discapacitado’. Yo hago un chiste es como: ¿quién se puede aprovechar los cordones con una mano? La gente me dice yo no. Entonces le digo, ‘Bueno, quién es más discapacitado ¿tú o yo?’

Es como la encrucijada de cómo miramos la discapacidad y como nos reímos a través de eso, dejar de tener una mirada más invalidante del otro y que naturalicemos esto. Pero es un camino que empecé a recorrer después. O sea, al principio había que aprovechar porque esto es lo que me diferencia de los demás.

Después se fue transformando en un discurso muy político también. Ser mujer con discapacidad y madre es mi contenido. Por lo tanto, es mi acto político hablar de eso en un espacio de humor.

Todo lo que hacemos es político. No es político partidista, sino tu forma de ver la vida. Yo creo que la comedia y el Stand-Up tiene mucho esa visión. Tiene muchas caras y eso es entretenido. Naturalizar a las personas en situación o condiciones como existen. Hay que incluir, por supuesto que sí. A mí me parece que es la comedia también es una forma de inclusión.

¿Cómo fueron recibidos estos chistes?

Al principio, mi humor era súper negro, entonces provocaba la risa, pero con culpa absoluta. De ahí fui yo flexibilizando ciertas cosas. Siempre giro en torno al humor negro, es mi humor y es el humor de mis hijos y es el humor de mi compañero e inevitablemente somos una familia de humor negro. Pero creo que al principio la gente le cuesta porque yo nunca me he parado en un escenario desde la ternura.

La gente se va soltando y lo va disfrutando. Hay ciertos grupos, de 40 para arriba, que les causa muchísima risa el humor más negro. A lo mejor los más chicos también, pero vienen de otra cultura de súper respetar al otro. De los temas que yo hablo son maternidad, discapacidad, la familia, vasectomía, así que no es una jerga tan joven o adolescente.

¿Cómo evalúa el desarrollo actual de la comedia en Chile?

Yo creo que la comedia va en crecimiento. Cuando yo entré hace cinco años estaba| empezando el boom de los locales de comedia. Creo que el humor es una forma de canalizar la rabia, la impotencia como forma de sátira. Ya que no logramos nada de otra forma, bueno, riámonos, que era un poco lo que decía el otro día Valverde en Olmué. Viene Carter, habla de nosotros, ¿y nosotros no podemos reírnos de él?

Yo estoy totalmente de acuerdo con ese discurso, creo que nosotros sí nos tenemos que reír de los poderosos en todo sentido. Siempre es bueno tirar una patadita y reírse de los de abajo, pero los de arriba son el primer objetivo.

Al final el bufón hacía reír al rey, pero se reía de él, y el rey se reía porque le parecía gracioso. Entonces yo creo que tiene que haber un poco de eso. Estoy súper de acuerdo con que hay humor transversal, ojalá para todos los gustos, hay algunos que les pega más y otros que pegan menos. Pero la comedia es una cuestión súper personal. No es lo mismo actuar para unos profes en un colegio que actuar en el bar, en una empresa, en un mall. Son super distintos.

¿Qué esperas para el futuro?

En mi caso, trabajar en una rutina sólida para presentarme en algún escenario más grande. No solamente festivales televisivos, en distintas localidades que muchas veces son más bacanes que las que aparecen en la tele. Que la comedia vaya creciendo. Soy de meta súper a corto plazo. Onda, si llega eso, cualquier festival va a ser un regalo y hay que aprovechar, nada más.

Para mí, la Teletón fue eso. Salí en un horario súper complejo, era a las seis de la mañana. Imagínate hacer reír a esa hora, cuando uno sabe que baja la audiencia porque la gente está durmiendo. Por lo menos a mí, me ayudó harto. Ahora hay mucha gente que me cacha de la Teletón. Me dicen ‘Si, te vi en Teletón, te vine a ver a tu show, me gustaste’.

Pero bueno, seguir preparándome para que, si llega alguna oportunidad, hacerlo lo mejor posible. Sobre todo, para uno que es mujer, súper complejo el escenario para las mujeres en general, no porque no sean buenas. Yo tengo compañeras que son increíbles y que llevan años en esto. Pero tienes cuatro hombres y una mujer en Olmué, que es una buena amiga, la Monce que le fue muy bien. Uno como mujer también tiene esa presión, que te cuestionen si eres graciosa o no.

Yo sé lo que soy, sé que en el escenario soy súper graciosa. Lo veo no porque yo lo diga, porque la gente se caga de la risa y lo pasa bien. Después me dicen, ‘oye, Jenny me reí mucho’. Uno tiene que prepararse como emocionalmente para todo.

¿Qué recuerda del pasado de la comuna?

Todo. Pajaritos estaba lleno de hoyos y de árboles. Me acuerdo que, donde vivo ahora, veníamos a elevar volantines. Me acuerdo ir a la Cuesta Barriga, mis viejos decían ‘vamos a tomar once afuera’ y hacían oncesitas con termos, sandwich y todo. Muchos recuerdos, mucho, mucho.

Siempre he estado acá. Tengo a mi hija en el mismo colegio donde yo estudié de primero básico a cuarto medio. Se ve ese proceso de lo gigante que está la comuna. También trabajé acá como trabajadora social, yo sé perfectamente la realidad. Por ejemplo, yo era trabajadora en micro emprendimiento, entonces compartí con muchas mujeres de la salud de Inca de Oro, de Quinta Vergara.

Toda esta zona la conocía perfectamente, la necesidad, el tema de la delincuencia, que siempre ha estado. El narcotráfico, que son tres o cuatro tipos que tienen a toda la gente atemorizada, pero hay súper buena gente. Ahí se sacan la cresta todos los días y no tiene para salir porque es un país súper desigual. Eso es muy triste.

Eso va generando cierta molestia, y a veces también me ha jugado. Pero la verdad que a esta altura, uno tiene que adecuarse a todos los escenarios. Creo que uno puede decir lo que tenga que decir con chiste, que es lo que me toca a mí decir.

¿Cómo ves tú la comuna actualmente, su desarrollo, la gente?

Yo creo que la comuna agarró una buena onda. Por lo menos conmigo la gente es buena onda cuando me ve en la calle. Que ganas de que se hicieran más actividades. Por ejemplo, hace poco me invitaron de la comuna de San Miguel de un centro cultural que hace comedia Stand-Up gratis para su gente.

Van los vecinos a verte y había 70 personas. No van a salir de vacaciones, pero tiene un lugar donde va a haber comedia todos los jueves un ratito una hora. Eso lo encontré la raja. Entonces siempre van a faltar espacios, pero creo que se está tratando de generar un ambiente de ser orgulloso del lugar que habitas. Se está retomando un poco esa onda.

No digo que no haya menos delincuencia, porque es algo que va creciendo en todo el mundo, pero sí encuentro que hay más buena onda y cosas concretas. Hoyos, aquí en mi calle ya no se sale el agua y yo me acuerdo de que estuvimos cuatro o cinco años que no venía a nadie a arreglar.

Se ha trabajado en eso, yo voy con mi hijo al parque que hay atrás y hay unos juegos bacanes, hay una iluminaria y la gente ocupa los espacios. Eso es bacán, eso es hacer vida en comunidad.

¿Qué significó para usted el reconocimiento Orgullo Maipucino?

Si, fue bonito, fue una sorpresa. Me la habían comentado un día cuando estaba de vacaciones. Encuentro que es algo bacán que se reconozca, porque de alguna forma, el maipucino es súper heavy, como que se siente maipucino. Y todo lo que ha pasado ahora, como con la Cathy Barriga, yo vi un Maipú súper gris, desolado, donde la gente de sus barrios no se no se pescaba. El viejito que siempre que fue presidente la Junta de Vecinos estaba chato. Yo creo que ahora la gente se está empezando a mover.

Por mi parte, fue un sentimiento bacán, bonito. Más que te reconozcan por hacer humor. Yo siempre digo soy de Maipú en todos mis chistes. Había chicos y chicas paraolímpicas, estaba la María José Quintanilla que es como emblema. Me parece que está bien, hay que hacerlo porque es un incentivo, pero dejaría el mensaje de que también reconozcamos a la gente mayor que se ha sacado la cresta.

Amaru Torrealba
Amaru Torrealba

Practicante de Periodismo en La Voz de Maipú. Estudiante U. de Chile. Viejo chico certificado y fan de todo lo nerd. Experiencia en medios digitales y redes sociales. Manejo de inglés al derecho y al revés.

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