El tema de la seguridad se ha tomado, tal vez como nunca antes, la agenda de varios países del continente. Tras salir de una pandemia y con varias economías en recesión, en los últimos años el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele ha ganado popularidad, con un modelo que ha gobernado bajo un régimen de excepción que le ha permitido encarcelar a gran número de personas.
De hecho, en Chile, según un sondeo del Panel Ciudadano de la U. de Desarrollo un 79% de los encuestados declaró tener una buena percepción sobre el Presidente de El Salvador.
El miedo y la inseguridad, parecen ser factores que hacen que la ciudadanía se incline ante modelos autoritarios, que atentan contra algunas libertades individuales.
Ante ello algunos países han implementado modelos que van a contrapelo de lo que pregona el Presidente de El Salvador. Uno de ellos es Costa Rica, donde algunos casos van a parar a la justicia restaurativa.
El enfoque costarricense busca reemplazar la cárcel por procesos de reparación, y ha demostrado ser efectivo, con un 96% de participantes que no reinciden.
El Diario El País de España mostró, en su edición web el caso de Erenia Cerdas, una mujer costarricense de 38 años con una larga historia de adicción y desafíos personales. Tras ser arrestada por un delito menor, se benefició de la justicia restaurativa, que le permitió evitar la cárcel y participar en programas de rehabilitación y servicio comunitario. Este enfoque es parte de un cambio en el sistema penal de Costa Rica, que desde 2013 incluye una cláusula (77 bis) en el código penal que permite reducir las penas y ofrecer alternativas a la prisión, especialmente para mujeres en situaciones vulnerables.
La justicia restaurativa en Costa Rica se enfoca en hablar de conflictos en lugar de delitos, y de reparación en lugar de condena. Esto implica un proceso participativo que incluye al juez, el fiscal, psicólogos, trabajadores sociales, la víctima o representantes de la sociedad civil, y el ofensor. Los requisitos son que sea el primer delito del acusado, con una pena menor de tres años, y que todas las partes estén de acuerdo con este enfoque.
El modelo costarricense ha sido alabado por su enfoque progresivo y resultados positivos, en contraste con el enfoque de encarcelamiento masivo adoptado en otros países de América Latina, que ha llevado a altas tasas de reincidencia y sobrepoblación carcelaria. La justicia restaurativa en Costa Rica se presenta como un modelo más humano y efectivo para tratar ciertos tipos de delitos.
Los orígenes de la justicia restaurativa
La justicia restaurativa en Costa Rica representa un enfoque transformador en el ámbito de la resolución de conflictos y la administración de justicia. Este sistema, con raíces profundamente arraigadas en prácticas ancestrales, busca reparar el daño causado por el delito, enfocándose en las necesidades de las víctimas, los infractores y la comunidad, en lugar de centrarse únicamente en el castigo.
Orígenes Ancestrales
La justicia restaurativa en Costa Rica encuentra sus cimientos en las tradiciones indígenas de la región, donde la resolución de conflictos siempre ha priorizado la armonía y el equilibrio comunitario. Estas prácticas ancestrales enfatizan la importancia del diálogo, la reconciliación y la reparación, en lugar de la retribución. Las comunidades indígenas han utilizado durante siglos métodos como círculos de diálogo y mediación para resolver disputas, principios que ahora se reflejan en la justicia restaurativa moderna.
Implementación Actual
En el contexto actual, Costa Rica ha adoptado la justicia restaurativa como una alternativa y un complemento al sistema judicial tradicional. Este enfoque se ha implementado en diversos niveles, desde el sistema escolar hasta el penal. Los programas de justicia restaurativa en el país buscan crear espacios donde víctimas y ofensores puedan comunicarse de manera segura, facilitando un proceso de entendimiento mutuo y reparación del daño.
Beneficios y Desafíos
La justicia restaurativa presenta varios beneficios, incluyendo la reducción de la reincidencia, el fortalecimiento de la cohesión comunitaria y el empoderamiento de las víctimas. Permite que los ofensores asuman responsabilidad por sus actos y entiendan el impacto de estos en las víctimas y la comunidad. Sin embargo, enfrenta desafíos como la necesidad de una mayor formación y sensibilización en la sociedad y en los profesionales del derecho, así como la integración efectiva en el sistema judicial existente.
Hacia el Futuro
Costa Rica continúa trabajando en la expansión y consolidación de la justicia restaurativa, buscando una mayor inclusión en el sistema judicial y una aplicación más amplia en diversos contextos. Este enfoque representa no solo una forma de administrar justicia, sino también un cambio cultural hacia la resolución de conflictos basada en el respeto, la comprensión y la búsqueda del bienestar común.
Este modelo, que recupera y adapta saberes ancestrales, se perfila como un camino prometedor hacia una sociedad más justa y armónica en Costa Rica.