La memoria colectiva es débil: el fervor de lo inmediato, la prensa, lo impactante, las emociones del espectador, todo aquello se diluye con el tiempo y dejamos de estar alerta, dejamos de estar presentes.
El 7 de noviembre del 2015, un grupo de 10 jóvenes asaltan con gran violencia y cobardía a dos vecinos maipucinos, afortunadamente uno alcanzó a arrancar, sin embargo, Nicolás Riquelme (27) fue víctima del irraciocinio de la decena delincuentes menores de edad: lo golpearon hasta dejarlo en coma, al borde de la vida. A los pocos días de estar en esa condición fallece, el 12 de noviembre del 2015. (Más información aquí)
Tres años han pasado del terrible hecho, el que paralizó a los vecinos, los que hicieron marchas y velatones, con el fin de pedir #JusticiaParaNico. Luego de la investigación, solo hubo dos personas -que en el momento del crimen eran menores de edad- de los cuales se lograron obtener un patrón con el cual asociarlos con el asesinato. Una solo estuvo 10 meses recluida, el otro fue declarado culpable con condena privativa de libertad por 6 años. (Más información aquí).
Ayer, 7 de noviembre 2018, su familia nuclear: papá, mamá y sus dos hermanas se reunieron en el Anfiteatro Los Apóstoles, ubicado en el Parque Tres Poniente, lugar en el que ocurrieron los hechos, con el objetivo de recordar a Nicolás.
Ricardo Riquelme, padre de Nicolás, me dice que no quisieron hacer una convocatoria abierta, que saben que podría haber mucha gente presente, porque Nicolás fue una persona que cosechó muchas amistades durante su vida: una persona “tan libre de maldad, tan humilde, tan bondadoso, tan carismático y talentoso”, como lo describe su padre, que nadie quedaba indiferente al conocerlo.
Sin embargo, querían conectarse los 5, en un acto íntimo «para que fuera mucho mayor el contacto contigo, para sentir tu presencia… en este lugar que fue testigo de tu injusta caída, hoy tenemos 3 años más de experiencia, tenemos más canas y más vivencias», dice su padre.
Desde lejos los miro, tratando de respetar la atmósfera que han creado, en ese momento siento como si a Nicolás lo hubiese conocido, siento su ausencia, a pesar de nunca haberlo conocido.
Ricardo Riquelme me entrega unas palabras que quiso compartir en aquel momento íntimo:
«Día 1095 (Miércoles – 07 noviembre 2018): Tres velas, tres corazones
Hoy es un día triste, Nico, y más que un día, es un mes absolutamente negro, pues cuando recién comienza a transcurrir el mes de octubre se viene a nuestras mente el fatídico mes de Noviembre, mes de la muerte de nuestras almas.
Rey, hoy se encuentran presentes en este lugar 3 corazones muy especiales: son 3 almas llenas de amor y que formaron parte de tu vida especial. Ellas fueron las principales testigos de tu alegría de vivir, de tu energía, de tus locuras…. de tu presencia de luz en tu paso por esta tierra : Constanza, Carlita y Magaly, te suenan ¿cierto?
Ellas han querido estar presentes hoy para recordar que tu paso por este mundo nunca será olvidado, aunque pase el tiempo tu recuerdo permanecerá intacto y es que es imposible, hijo, olvidar a un ser tan especial como tú, tan libre de maldad, tan humilde, tan bondadoso, tan carismático y talentoso.
A diario eres recordado, rey, de una u otra forma. Pareciera que tú mismo te encargaras de ponernos puntos de recuerdo para estar siempre presente: siempre con nosotros, con conceptos, con situaciones, con anécdotas vividas junto a ti… haciéndonos reír con tus locuras, con tus logros, con cada recuerdo dulce que viene acerca de ti…. y otras veces…… otras haciéndonos enmudecer por la tristeza de no tenerte.
Te echamos tanto de menos, Nico, no sabes cuan a menudo nuestros ojos se empañan, no sabes los esfuerzos que debemos hacer en nuestra rutina diaria para mantener nuestra compostura, para mantenernos con la cabeza erguida, con la frente en alto para poder continuar… en especial estos 3 corazones, tus mujeres, tus amores más puros en esta tierra…. ellas han llevado la parte mas difícil de tu partida, cada vez que pasan por tu habitación vacía… cada vez que se tropiezan con algún recuerdo tuyo, cada vez que observan tus múltiples fotografías que rodean ese hogar incompleto desde que no estas allí…
Si hubieran muchos Nicos que distinto seria todo en este mundo, tan carente de valores, tan carente de sentido común, tan carente de bondad. Donde cada día todo es más impersonal, más frío, más egoísta: menos humano.
Desde tu absurda partida nada ha cambiado en el mundo judicial, todo sigue irracionalmente igual. Los que defienden los derechos humanos quieren proteger a los delincuentes juveniles porque estos «niñitos» son víctimas de nuestra sociedad, o sea nosotros tenemos parte de culpa de su realidad.
Les quieren dar segundas, terceras e infinitas oportunidades de reinserción porque ellos no tienen la culpa de ser cobardes asesinos, en este sistema (que en realidad es una antítesis de sistema) no hay intenciones de proteger a los buenos y castigar a los malos, aún no hay aumento de pena para asesinos juveniles, porque no son un peligro para la sociedad, menos hay posibilidades de imponer y aplicar la pena de muerte para delitos mayores, porque es inhumano. Tampoco es legal la Ley de Talión en qué los familiares de las asesinados podrían darles el mismo tipo de muerte a los asesinos. Esto sí sería justicia.
Nico, quisimos hacerte este recordatorio de manera muy íntima, de solo el core de tu familia, para que fuera mucho mayor el contacto contigo, para sentir tu presencia… en este lugar que fue testigo de tu injusta caída, hoy tenemos 3 años más de experiencia, tenemos más canas y más vivencias.
Tus hermanas se abren camino en el mundo de la educación, están forjando su futuro día a día, luchando contra la adversidad y nosotros los viejos procurando proveerles todo lo necesario, protegiéndolas, mimándolas, con esa «mala» costumbre que tenemos de mimar a nuestros hijos, cuando en realidad ya son jóvenes. Pero tú sabes que no importa cuan grande sean, la vida que lleven o cuánto hayan logrado, ni con quien estén, para nosotros siempre serán nuestros bebés, incluido tú, hijo, que sólo estas en otro plano, pero sigues siendo nuestro chiquitito, nuestro rey, nuestro amado regalón.
Un abrazo al cielo rey, somos y seremos siempre tu familia terrenal
Nico siempre presente»