A las 11 de la mañana de la jornada del día miércoles las Asambleas Populares de Maipú se tomaron las dependencia de la Unicef. Esta organización social está a cargo del Comité de Vivienda de la San Luis y del Comité de Vivienda de 4 Álamos, las que fueron protagonista de la manifestación.
Javiera Miranda, vocera de las Asambleas Populares, dice que la toma fue para denunciar una serie de hechos y exigir soluciones a sus demandas.
Los dos problemas a los que la organización quiere darle pronta solución: es el asunto de la guardería del sector y el tema de vivienda que tiene los respectivos comités.
Problemática de la guardería
Según Javiera Miranda, la Municipalidad de Maipú les cedió una sede en comodato al Centro Cultural «Pueblo y Conciencia», centro que pertenece a las Asambleas Populares, la que funciona como guardería de lunes a viernes. Las personas que trabajan cuidando a los niños eran de la misma organización y el municipio les pagaba un sueldo con la figura de gestores culturales.
Sin embargo, de un momento a otro los trabajadores dejaron de rendir cuentas a las Asambleas Populares, que era un acuerdo que tenían, esto sobre los avances y los programas que se tenían con los niños. «Los convocamos a asamblea para que ellos se acercaran a conversar, ellos se negaron y en la última reunión ellos terminan siendo expulsados de la organización«, afirma la vocera de las Asambleas Populares.
Luego de esa decisión, a mediados de junio, según Javiera Miranda, personas de las Asambleas Populares fueron a la sede, pero se encontraron con las guardadoras y sus esposos dentro de esta. Quienes desde allí atacaron a los que venían llegando.
«Las guardadoras nos golpean desde la calle, salen desde adentro con piedras, con palos y con cuchillos. Uno de ellos sale con un cuchillo y trata de apuñalar a una compañera. Nosotros logramos salir de esa situación y resguardar a los vecinos, pero terminamos con dos personas en urgencias», dice la vocera.
Frente a esto la organización puso una querella por intento de homicidio y denuncias por daños físicos. Todos estos antecedentes fueron presentados a la Municipalidad de Maipú, ya que según la organización «lo más evidente es que esas personas no pueden hacerse cargo de niños, por las agresiones que realizaron. Supongamos que a nosotros se nos esté ocurriendo inventar todas estas cosas, pero frente a la duda hay que tomar decisiones preventivas, hasta que se termine la investigación y se determine que son culpables», dice Javiera Miranda.
Javiera comenta que el municipio se niega a desvincular laboralmente a estas personas, porque son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Lo que para las Asambleas Populares es exponer a los niños a gente que no está apta para cuidarlos.
Problemática de viviendas
Respecto al tema de viviendas las Asambleas Populares de Maipú necesitan una mesa de trabajo en la que estén presente la Municipalidad de Maipú y el Serviu, para buscar soluciones respecto al uso de suelo del terreno, que según Javiera Miranda, se le ganó a la Pocuro.
Además, «en negociaciones anteriores, se había comprometido en asumir los costos de las áreas verdes. Por supuesto después desconocieron la negociación, que ellos jamás se comprometieron a nada», afirma la vocera de la organización social.
Soluciones a través de la movilización social
A partir de estas demandas las Asambleas Populares de Maipú se han movilizado para que se tomen en cuenta sus demandas. Han cerrado las calles y han irrumpido en el Concejo Municipal para llamar la atención, instancias en las que no han sido bien recibidos.
«La Unicef es un organismo que sirve como garante en ciertas negociaciones, respecto a los acuerdos y ser mediadores. La otra parte para tomarse la Unicef es que es un territorio inmune, hay una serie de protocolos que ellos tendrían que tomar para que fuésemos desalojados», afirma Javiera Miranda, cuál fue la razón de la toma de Unicef.
La vocera de la organización afirma que pretendían quedarse varios días, sin embargo, «la oficial de Naciones Unidas a cargo en Chile se contactó con el ministro de interior y él se comunicó con las distintas partes, el municipio y el Serviu, para que nos diera una reunión para empezar a trabajar en las demandas y como garante estuviese la Unicef», dice.
Contactadas las partes, fue a media noche que desocuparon las dependencias de Unicef, para ir a reunirse con la municipalidad y el Serviu. La reunión duró hasta las 2 de la madrugada.
«En esta mesa claramente no pudimos resolver todos los temas que hay que trabajar, pero al menos tenemos la garantía de Naciones Unidas, que es intermediario, que de algún modo ha presionado a las partes para poder encontrar las mejores soluciones», dice Javiera Miranda.
A lo que se llegó con esta reunión fue acordar asambleas quincenales donde estarán presente todas las partes, más el garante de Naciones Unidas para trabajar el tema de vivienda. En cambio, con el tema de guardería Unicef se comprometió a entrevistar al equipo técnico que trabaja allí, además, de los niños y sus familias, para conocer la realidad y tomar las medidas necesarias según el caso.