En más de una ocasión la alcaldesa de Maipú ha tenido que enfrentar intervenciones o denuncias de vecinos de la comuna, donde se le ha escuchado decir que “son operadores políticos”.
El término “operador político” existe hace años, y tuvo mayor trascendencia cuando Sebastián Piñera, en su primer gobierno, lo usó para dar justificación a la enorme cantidad de despidos que realizaba su administración.
“Yo me resisto a un país que tiene tanta tolerancia con los operadores políticos en el sector público y tanta resistencia a los innovadores y a los emprendedores, por eso queremos (…) seguir avanzando en vaciar a nuestro gobierno de operadores políticos”, dijo a la prensa Piñera en su momento.
En Maipú la alcaldesa ha hecho uso del término, para referirse a un grupo de personas, que de forma sistemática aparecen en medios de comunicación nacionales y locales, además de usar redes sociales, para oponerse a varias de las acciones emanadas desde el municipio.
Lo cierto es que los operadores políticos son –a menudo- necesarios en áreas claves de un gobierno nacional o comunal. Y es que un operador político es una persona que tiene amplias redes en distintos partidos, y que es capaz de agilizar –por ejemplo- coordinaciones entre distintas reparticiones públicas, para apresurar procesos que –a menudo- la burocracia, hace que vayan de forma lenta.
Y así como hay operadores políticos en los gobiernos, también existen en los partidos. Un operador político de partido, es aquél que tiene amplios contactos con diversos grupos de militantes, y que puede –por ejemplo- cuadrar a los militantes, para obtener votos en una elección interna.
Desde ese punto de vista, el uso de la palabra “operador político” para referirse a sus enemigos, termina –de una u otra forma- siendo un regalo que Barriga hace a sus adversarios.
Los nombres se repiten y el grupo es reducido. Por ejemplo en el concejo municipal ordinario número 1077, Mauricio Llaitul reclamó por una supuesta discriminación a los pueblos originarios. Además actuó como vocero de un grupo de familias de allegados. Por su parte, Héctor Silva, polémico dirigente social, protagonizó un entuerto con los funcionarios municipales, y terminó detenido. Ese mismo día Ricardo Acuña, dirigente social de 4 Álamos, y quien aparecía en carteles publicitarios con el imputado ex alcalde Vittori, también se hizo presente, aunque guardó silencio.
El aterrizaje de Veolia, empresa que recolecta la basura en Maipú, fue caótico. En ese sentido, la prensa nacional hizo eco y en Chilevisión apareció Mauricio Llaitul, Héctor Silva y Ricardo Acuña. También en esa ocasión apareció Adriana Mena, Presidenta de la Unión Comunal Número 1, operadora vecinal del ex alcalde Vittori, quien lo acompañó en todas las audiencias del caso basura. Mena enfrenta una demanda por usurpación de caudales públicos y usurpación de atribuciones.
Teletrece también hizo una nota y de nuevo Ricardo Acuña y Adriana Mena actuaron como voceros. Resulta particularmente paradojal, que Mena, quien ha defendido a Vittori en el caso de la basura, cuestione el modelo de contrato que Maipú suscribió. Imaginen por un minuto que Veolia, que es la empresa que recolecta y dispone la basura, cobrara por tonelada. ¿No sería un motivo para reclamar que la misma empresa que recoge, sea la que pese la basura y luego cobre?
Para el tema de las patentes de alcoholes de diversos locales nocturnos, Héctor Silva y Fernando Carrasco, aparecieron tras realizar gestiones reservadas para ayudar a Pedro Acevedo, de espacio Don Oscar a conseguir la patente para la discoteque donde asesinaron a una persona. En la foto se ve a Silva, Germán Saldaño (productor de Don Oscar) y Carrasco.
Para fiestas patrias, Llaitul, Carrasco y Mena volvieron a la carga. Esta vez defendiendo el Cerro Primo de Rivera. En los videos de la televisión no se vio a ningún vecino. Eran los mismos de siempre, usando argucias (al cerro no le pasó nada malo), quienes buscaron atacar a la gestión municipal, tratando de que la fiesta no se realizara.
El día 13 de septiembre en el Consejo de Monumentos Nacionales, Llaitul, Mena y Carrasco se dejaron ver nuevamente. En pauta de prensa por El Pajonal, de nuevo Carrasco apareció en escena junto a su esposa: Isabel Fuentes, desvinculada desde el Municipio de Maipú.
Incluso cuando los concejales fueron a contraloría a pedir la destitución de Barriga, lo hicieron acompañados de Fernando Carrasco, Héctor Silva, Mauricio Llaitul y Adriana Mena.
Lo cierto es que el gobierno comunal de Cathy Barriga ha cometido errores. Sin embargo, es un grupo no superior a las 10 personas, las que de forma constante, están buscando fórmulas para oponerse. ¿El problema? Todos esconden apoyos al imputado ex Alcalde Vittori. El mismo que está acusado de robo y varios otros delitos en Maipú.
Llaitul está indignado pues se siente desplazado de una sede, donde estaba con su agrupación mapuche.
Carrasco y Fuentes enfrentan problemas, pues el Municipio pretende cambiarlos de la sede de la Unión Comunal Número 2, que es financiada por el Municipio y tiene una ubicación estratégica
Adriana Mena, fue una dirigente social, servil a Vittori. Hoy enfrenta una demanda, por diversos delitos. Su esposo era funcionario municipal y durante el gobierno de Vittori su sueldo subió de forma ostensible.
¿Un tip? A Carrasco le mantienen la sede. A Mena le recontratan el marido y a Llaitul lo dejan tranquilo en su sede, y le aseguramos que la oposición desaparece. Así de frágil es. Así de simple y.. así de triste.