Tras un viaje caluroso y acontecido, en el que incluso me equivoqué en el primer intento y llegué a un sector de Maipú equivocado, me bajé de la micro, esta vez caminé en la dirección que indicaba el mapa, y a lo lejos puedo ver una pequeña figura con un casco. Ese niño fue el que me indicó que, al fin, estaba llegando a mi destino.
Me acerco y veo a niños de todas las edades, estaturas y vestimentas, desde un pequeño de menos de un metro, hasta un campeón metropolitano de bmx, pero todos comparten el momento, todos disfrutan montando su bicicleta.
Se trata de Maipú Sobre Ruedas, un club maipucino de ciclismo gratuito , que desde marzo está constituido legalmente bajo el amparo del Instituto Nacional de Deportes (IND), en el que se desarrolla y enseña la disciplina del Pump Track. Esta es una modalidad deportiva que consiste en un circuito cerrado en el que se debe superar las curvas, montículos y saltos aprovechando los impulsos que se generan, para marcar el menor tiempo posible.
“Maipú Sobre Ruedas finalmente nació de una necesidad que teníamos distintos ciclistas y apoderados de la comuna que teníamos que ir a practicar el deporte a otras comunas y necesitábamos ampliar el ciclismo dentro de Maipú, entendiendo también que hay hartos exponentes buenos dentro de la comuna”, me dice, entre los gritos de los niños y los sonidos de las llaves mecánicas en los pernos de las bicicletas, Gonzalo Velarde, presidente de la agrupación.
Mientras conversamos noto que, a pesar de lo fuerte que pega el sol y del poco tiempo que llevan haciendo las clases, hay alrededor de 15 niños siguiendo las instrucciones de su profesora; estirando y calentando, para ser más específico. Y es que es así, hoy, a un mes de su comienzo son cerca de 17 los que asisten cada sábado desde las 10 de la mañana hasta las 12 PM a la escuela.
“La escuela es gratuita, no tenemos un financiamiento externo. Finalmente los profesores, en base a su conocimiento entregan estas técnicas y experiencias que han adquirido a lo largo de sus años en el ciclismo, los chiquillos dan sus horas, su tiempo libre para esto, es un voluntariado”, destaca Gonzalo.
En medio de la conversación, el presidente del club me menciona la importancia de que los niños entiendan que deben usar sus implementos de seguridad, lo que se condice con la imagen que veo: una fila de bicicletas apoyadas una al lado de la otra en el suelo, cada una de ellas con el casco de su dueño encima.
Bueno, si no contamos una que quedó tirada unos metros más allá. Siguen siendo niños…
Hernán Alvarado, apoderado de dos gemelos (12) que participan en Maipú Sobre Ruedas se refirió a su experiencia acompañando a sus hijos: “Han mejorado caleta la técnica, están motivadísimos, además de que el profe está bien vinculado a ellos, incluso se juntan en la semana a andar en bicicleta”.
Aquí no ponen límites de ningún tipo, mientras se tengan ganas y una bicicleta, se puede asistir a sus clases. No importa la forma de la bicicleta, ni la edad que tengan, es un espacio abierto.
“Cualquier ayuda siempre es bienvenida, nosotros buscamos entregar algo a la comunidad, si nos pueden ayudar con hidratación o implementos para los niños, bienvenido sea”, dice Gonzalo, para posteriormente agregar: “Queremos invitar a los ciclistas de la comuna de Maipú, esto es de la comunidad para la comunidad, con muchas ganas los vamos a estar esperando todos los sábados”.
Nos movemos unos metros todos en conjunto, apoderados, estudiantes, profesores y veo por primera vez el circuito. La comunidad debe cuidar y respetar el espacio, pues está en muy buenas condiciones. ‘Esperemos que siga así’, pensé.
“La idea es seguir motivando a los chiquillos, que los papás sigan viniendo. Se ve un proceso positivo, donde cada vez están bajando más los tiempos, con la motivación de todos, los sábados, estamos pagados. Me siento extremadamente orgulloso del club y de que mis cachorros estén bajando los tiempos”, Declaró Francisco Campillay, uno de los profesores del club.
La experimentada competidora y profesora, Evelyn Acevedo expresó: “Esta ha sido una muy buena instancia para que los niños se conozcan, creen comunidad y compartan en torno al deporte. Nosotros vamos midiendo sus tiempos y los comparamos con los tiempos que hacen ellos mismos, sin compararlos con los otros, porque hay que recordar que son niños, esto tiene que ser una instancia de entretención y seguridad”.
Comienza la última parte de la jornada. Los niños se forman en una fila y mediante un cachipún deciden quiénes irán primero en la competencia contrarreloj. Luego de decidirlo, salen de a uno, dándolo todo por hacer el circuito en el menor tiempo posible al compás de los gritos y ánimos de sus compañeros y profesores. Es tan solo un entrenamiento más, pero la cara de ilusión y la emoción que transmiten los niños al terminar la vuelta te hace pensar que están compitiendo en el mundial.
Así es Maipú Sobre Ruedas.