Este miércoles, la directiva del Colegio de Profesores de Maipú se reunió con el alcalde Tomás Vodanovic con el objetivo de tirar las primeras líneas del trabajo en conjunto que se plantea «para fortalecer la educación pública».
En este contexto, La Voz conversó con el presidente del comunal, Mauricio Pavez, para conocer con mayor detalle los temas abordados, el contexto en el que se encuentra la educación en Maipú desde la perspectiva del gremio y cuáles son las expectativas con esta nueva gestión.
Para comenzar, ¿cuáles crees tú que son las cosas que dejó la antigua administración? Pensemos en positivas y negativas.
Bueno, de todas maneras fue una administración de más sombras que luces. Fue incapaz de entregar un proyecto serio para la Corporación en estos casi 5 años de gestión. Si bien podemos valorar algunas cosas, como el trato digno que hubo hacia el profesorado, que no hubo despidos y hubo algunos reconocimientos, fue una Corporación que careció de liderazgos y que se dedicó a administrar un modelo no en beneficio de los estudiantes, sino de una imagen propia, lo que conllevó a un desastre pedagógico.
Tenemos a más del 70% de las escuelas sin directores, no fueron capaces de levantar concursos públicos, no sabemos si hay o no un déficit en el presupuesto, se pidieron dos auditorías durante la gestión de Barriga y no hubo resultado, además de todo lo que ocurre con ese manto oscuro de cosas que pasaron con el señor Sergio Barrera y José Miguel Espinoza respecto de los jardines infantiles. Fue una administración que vino a pagar y a pagarse. Nosotros siempre lo hemos dicho, la Codeduc se transformó en una caja de pagadores políticos.
Tomando en cuenta la contingencia, ¿cuál fue tu reacción, en su momento, cuando supiste de la compra de los peluches con dinero de la Codeduc?
Creemos que esto fue como cuando lanzan un fuego artificial para que la gente mire hacia un costado, pero por el otro están pasando muchas cosas. Hay temas tan sensibles como estos: En un juicio, hace muy poco, un director que salió por no realizar una denuncia de acoso sexual y otras cosas indicadas en el sumario, la Corporación terminó pagándole $50 millones a este ex director.
Entonces, cuando dices, ‘sí, se gastaron $50 millones de pesos en los peluches’, pero, ¿cuánta plata se ha gastado la Corporación en indemnizaciones? Cuando empezamos a ver en lo que se ocupa el dinero, nos damos cuenta que el tema de los peluches viene a ser como un distractor para desviar la mirada respecto de lo que verdaderamente está pasando dentro de la gestión Municipal.
De todas formas, este tema en particular nosotros lo denunciamos en su minuto. Nos pareció impresentable, una vergüenza, porque si hay escuelas que no tienen vidrio y tenemos peluches, habla muy mal de cómo se están mirando las cosas, una visión más de lo corporativo que lo educativo en las escuelas, muy en el tono de Cathy Barriga.
A fines del año pasado se levantaron graves denuncias por el no pago de las cotizaciones previsionales de los profesores, incluso hubo amenazas de paralización, ¿en qué quedó eso? ¿cómo se resolvió?
En el pago de las cotizaciones sucede lo que se llama «la bicicleta», y lo que hacían desde la Codeduc era que declaraban el pago el día 12 y luego lo pagaban el 25, por lo que siempre había un desfase reflejado en nuestros certificados.
Esta práctica es completamente ilegal. Si a la Corporación le llega el dinero, ellos deberían pagar inmediatamente y no pagar con 10 días de diferencia, y va a ser trabajo de la nueva administración develar por qué se está produciendo esta situación, porque de momento no ha habido una explicación ni una solución.
Ya tratando de dejar un poco el pasado atrás y mirar hacia el frente, ayer tuvieron una reunión con el alcalde, ¿de qué hablaron, principalmente?
Fue una reunión de presentación, muy protocolar, donde nos pudimos conocer en nuestra sede, la cual ponemos a disposición de la comunidad, no solo de la Municipalidad. Conversamos sobre el estado de la educación en Maipú y cómo vamos a continuar con el trabajo en pandemia.
Se habló sobre la participación de las comunidades educativas en la toma de decisiones, sobre todo con esto del regreso a clases presenciales. Hay una concepción de que volver a la presencialidad será una acción muy mágica y automática y esto no es así. Por una parte están las condiciones sanitarias, de las cuales se hace responsable el Ministerio de Salud y Educación, pero por otro, las condiciones de infraestructura para recibir a los estudiantes y eso la Municipalidad lo debe proveer.
Con el Colegio de Profesores ayer propusimos que se instalara en cada una de las escuelas una mesa con apoderados, estudiantes, asistentes, profesores, directivos y miembros de la corporación para que pudieran elaborar un informe sobre el estado en el que se encuentran los diferentes establecimientos en Maipú. Nosotros, al día de hoy, no sabemos en qué estado están nuestras escuelas, si hay ventilación, si las puertas y ventanas están buenas, si las llaves están funcionando, cuál es el aforo que se va a poder tener, etc. Si le preguntas a un apoderado si tiene idea sobre cómo está su escuela, lo más probable es que no sepa.
¿Y cómo percibieron la recepción de estas propuestas de parte de la gestión?
Nosotros salimos bien esperanzados. Destacamos que, a diferencia de lo que hace el Ministerio de Educación como este meme de la máquina de escribir imaginaria, donde hacen como que anotan las sugerencias y solicitudes, creemos que este es un Municipio que no solo viene a escuchar, sino también a dialogar y construir de manera conjunta y no solo con el Colegio de Profesores, sino también con los asistentes, con los apoderados, con los demás profesionales. Nos quedamos con esas palabras y ojalá que eso se cumpla.
Cuando logremos esta simbiosis entre los estamentos de las escuelas y entendamos que entre todos podemos sacar adelante este barco, yo creo que vamos a poder tener un retorno, al menos, algo más consensuado y algo más seguro.
En el ámbito del proceso educativo mismo, ¿crees que los y las estudiantes han estado aprendiendo?
Bueno, lo primero que hay que decir es que tuvimos que implementar un nuevo método de aprendizaje, una cuestión que no se discute. Cuando el ministro de Educación señala que estamos ante un terremoto pedagógico, no hay que ser mago para entender que en la circunstancias que estamos, sin alumnos yendo a las escuelas, vamos a tener, evidentemente, una baja en los aprendizajes de nuestros estudiantes.
Todo el mundo sabía que eso iba a pasar y lo que importa ahora es plantear cómo nos haremos cargo de esta fosa educativa que está quedando, y para tener aprendizaje, lo primero es tener estabilidad emocional. Creo que los estudiantes sí han estado aprendiendo, no de la misma forma y al ritmo como se logra en la presencialidad, pero aquí el factor emocional ha sido crucial, porque una persona que no se encuentra emocionalmente bien no va a adquirir los conocimientos de la misma forma que otra persona que sí se siente bien, ¿cómo van a estar nuestros estudiantes si no se han visto las caras en más de un año?
Aún así, lo que indica la prueba de diagnóstico integral que hace la propia Agencia de Calidad, es que el 60% de los contenidos ha sido adquirido por nuestros estudiantes, lo cual no es ni bueno ni malo, pero es señal de que están aprendiendo. No le podemos pedir a un sistema nuevo que tenga los mismos resultados que la presencialidad.
En resumen, en lo que debemos trabajar juntos y ponernos de acuerdo es en cómo lo vamos a hacer para crear una escuela que sea más integradora y que sea capaz de recibir todas las dificultades de nuestros estudiantes para que emocionalmente estén bien y puedan retornar de la mejor forma.
¿Qué respondes a las críticas de ciertos sectores de apoderados que se suman a las presiones por volver a la presencialidad?
Yo entiendo la crítica del grupo de apoderados de la escuela del ministro Figueroa porque ellos tienen todas las condiciones para volver. Yo creo que en esos casos deberían dejarlos que vuelvan, pero el Gobierno está en un problema porque si lo permite, acrecienta la brecha. No puede decir, ‘ya, las escuelas con más recursos vuelven y las pobres se quedan en la casa’, eso sería nefasto.
Acá tenemos, por ejemplo, el caso de un colegio que tiene sus ventanas soldadas, ¿cómo puedes volver a clases con ventanas soldadas? a eso iba cuando hablamos del tema de las condiciones. Nosotros también queremos volver. Como profesores no ha sido más cómodo este contexto, al contrario, sentimos que nos consume más, pero realmente necesitamos asegurar las condiciones para todos y todas primero.
Si hay apoderados y apoderadas leyendo esta entrevista, ¿qué les dirías?
Les diría que estamos trabajando desde el día uno para poder atender a nuestros estudiantes. No los hemos dejado un día abandonados. Sin contratos, con cosas judiciales en la nebulosa, los profesores de Maipú y del país han estado dando lo mejor de sí para desarrollar una estrategia que, primero, contenga emocionalmente a nuestros estudiantes y, segundo, avanzar en los contenidos.
Esto va a pasar, y cuando pase nos y nos veamos las caras vamos a tener que ser los profesores, los apoderados los que vamos a tener que dar ya no el 100%, sino el 200% de nosotros para mejorar esta brecha, que ya decía antes, es más emocional que de carácter cognitivo. Juntos vamos a salir de esto para poder volver a compartir y desarrollarnos en comunidad, y por un nuevo país, a propósito del proceso Constituyente.