Inédito: Mesa de Pueblos Originarios elige a dos mujeres mapuche para representarlos en la Municipalidad Maipú

Una ceremonia que se llevó a cabo el pasado viernes sentó un hecho inédito en el país: dos mujeres pertenecientes al pueblo mapuche fueron electas por grupos de pueblos originarios de manera autónoma para representarlos en la Oficina de la Municipalidad de Maipú.

Este es un puntapié inicial para comenzar a dar curso a una serie de medidas de reconocimiento y justicia a los pueblos originarios, según el alcalde Tomás Vodanovic. De acuerdo con la Fundación Futuro, al 2017 Maipú era la segunda comuna con mayor cantidad de población mapuche en el país.

El pasado viernes 14 de enero, cerca de las diez de la mañana, varias personas se han reunido en la piscina municipal para la ceremonia.

Bajo tímidos rayos de sol que toman fuerza con el tiempo y que solo son aplacados por la sombra de frondosos árboles, caminan autoridades municipales, vecinos y representantes del pueblo mapuche. Más al costado, varias filas de sillas y un escenario equipado con parlantes están a disposición de la ceremonia que pronto iniciará.

Lo que se celebró fue que luego de once años de existencia de una Mesa de Participación de Pueblos Originarios, se dio inicio a un proceso autónomo en que los propios pueblos escogieron a dos personas para hacerse cargo de la oficina de los nativos.

«Lo más importante fue darles espacio para que ellos tomaran la decisión respecto a los tiempos, los mecanismos, el procedimiento. Porque así lo dice el Derecho Internacional Indígena. Se habla mucho de autonomía en los pueblos y nunca vemos esa autonomía a nivel local. Yo creo que esta es la primera vez que vemos autodeterminación a nivel local. No tenemos conocimiento de que en otras comunas de Chile se haya dado un proceso de estas características. Es un hecho inédito», dice Beatriz Vega, asesora técnica de la Oficina de Pueblos Originarios.

Las dos personas electas son Mariela Sandoval y Stephanie Troncoso, jóvenes mujeres mapuche quienes llevarán adelante el proceso de reconocimiento de las demandas de los pueblos originarios que habitan en Maipú. Según datos proporcionados por la Fundación Futuro, Maipú es la segunda comuna con mayor cantidad de habitantes mapuche en Chile. Sin embargo, durante la ceremonia, varias autoridades comunales mencionaron que Maipú ocuparía el primer lugar en cantidad de habitantes mapuche a nivel nacional.

Entre pifilcas y cascahuillas, el lonko Juan Huenupil y la papai María Curinao se arrodillaron bajo un gran árbol de generosa sombra para hacer la rogativa.

Junto con unas cuatro personas más, las autoridades mapuche hablaron simultáneamente durante varios minutos en mapudungun mientras refrescaban unas hojas de laurel en un vaso de agua como acto ceremonial. Casi todos los asistentes mapuche se arrodillaron, mientras que varios no mapuche también se hicieron parte del rezo. Las cámaras y celulares no tuvieron participación durante la ceremonia.

Al concluir, Juan Huenupil comentó que rogaron por la salud y bienestar de los asistentes y por el comienzo fructífero de un trabajo en conjunto con la municipalidad luego de años de desconocimiento de las demandas de los pueblos originarios por parte del Estado de Chile. Las cámaras volvieron a encenderse y el protagonismo se tornó al escenario.

Quien subió luego al palco fue la representante electa por los pueblos originarios, Mariela Sandoval. Allí destacó el proceso constituyente y valoró la integración de pueblos originarios, agradeció el compromiso al alcalde Vodanovic e hizo un llamado a transformar las dinámicas de la relación humana con la naturaleza. «El ser humano tiene que estar en equilibrio con la naturaleza. El desarrollo humano nunca puede sobrepasar la naturaleza», añadió.

Además de este proceso, desde el municipio se firmó un comodato para ceder al pueblo mapuche de Maipú parte del Parque Municipal de Cinco Poniente por un período de 15 años. Hasta antes de este contrato, el uso de ese parque estaba supeditado a lo que determinara el gobierno municipal de turno.

«Creemos que es una reivindicación y un acto de justicia mínimo poder entregar este terreno para que ellos puedan realizar sus distintas actividades y ceremonias. Y por otro lado, la posibilidad de que los propios pueblos pudiesen elegir quiénes iban a ser sus representantes y los líderes que van a desarrollar el proceso de trabajo desde la Oficina de Pueblos del municipio», comentó Vodanovic.

El lonko Juan Huenupil cuenta que el comodato se viene solicitando hace varios años, pero que todo se quedaba en el compromiso. «Si tenemos el comodato, podemos hacer muchas cosas que tenemos programadas: hacer plantaciones, tener plantas medicinales, rescatar nuestra cosmovisión«, afirmó.

Por su parte, Pedro Huenul, integrante de la directiva de la Asociación Indígena Comunidad Mapuche de Maipú, cuenta que llevan más de 15 años como comunidad haciendo Nguillatun We Tripantu en el parque.

«Siempre estábamos en constante duda de que la nueva administración nos podía sacar. Pero con esta gestión, nos ganamos el comodato y tenemos 15 años más sin pensar en que nos van a quitar el espacio. Eso está firmado. Ahora solo falta que nos entreguen el decreto», menciona.

En el lugar, además, existe una ruca y un trabajo de forestación de árboles nativos mapuche mediante una donación de cerca de 40 especies, entre las que se cuentan Canelos, Quillay, Boldos, entre otros. «Yo creo que en diez años más vamos a ver los frutos de esos árboles porque son pequeños, pero están creciendo», concluyó.

Las actividades ceremoniales y religiosas que se desarrollan en el parque, no son de exclusiva participación del pueblo mapuche. Hasta allí puede llegar cualquier persona que esté interesada en integrar las diversas actividades que se llevan a cabo durante el año. «Hicimos un palín al que fueron más de 80 personas. En el Nguillatun recibimos a más de 300 personas. Y así tenemos que hacer muchas actividades, tenemos hartos proyectos», cuenta Pedro Huenul.

La actividad concluyó cerca del mediodía. La representante Mariela Sandoval repartió bolsas con alimentos a los presentes: sopaipillas, jugo y frutas. El escenario comenzó a desmontarse, algunas autoridades se fueron a sus labores mientras otros se quedaron conversando.

El sol tomaba su punto más alto haciendo reflectar los detallados ornamentos y joyas de las mujeres mapuche, una luz de esperanza que comienza a gestarse.

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Martín Espinoza Buzeta
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