Son muchos los maipucinos y maipucinas que conocen a Carolina Baeza. De pronto no todos saben su nombre, pero la han visto llegar con una carta a la mesa, o preguntar animosa ¿qué tal está su café?. Baeza es propietaria de la Cafetería del Ángel, ubicada en el Edificio Centro de Maipú, cuyo slogan es “sabores y recuerdos”.
Baeza nació en Llay Llay pero a los 15 años, nos comenta, arribó a Maipú. Su padre se cambiaba de trabajo y la adolescente ingresaba a estudiar al Liceo Pedro Poveda. Carolina comenta que “desde los 13 años trabajé en temporadas de verano, para ayudar a mi familia. Cuando salí de cuarto medio estudié Secretariado Gerencial en INACAP y al egresar conseguí trabajo en el área”.
También trabajó en el Colegio Alberto Widmer de Pajaritos, donde se desempeñó por ocho años como profesora de Educación Técnico Profesional en el ramo de Administración y Comercio.
Nací en Llay Llay y a los 15 años llegué a Maipú por cambios de trabajo de mi padre e ingrese al Liceo Pedro Poveda. Comencé a trabajar desde los 13 años en temporadas de verano para ayudar a mi familia y al salir de 4 medio estudie Secretariado Gerencial en Inacap y al egresar trabaje para el holding Paullmman. Después de 3 años, ingresé al Colegio Alberto Widmer (de Pajaritos) y me desempeñé como profesora de Educación Técnico Profesional en Administración y Comercio por 8 años. Por cierto, se tituló como profesora técnico profesional.
Pero Carolina es inquieta y del colegio se fue como capacitadora de programas SENCE, en la Fundación Cristo Vive y en la Fundación CEFOCAL del Hogar de Cristo en Maipú.
Casada y con dos hijos, Carolina se siente orgullosa de su familia. Sin embargo, corría el año 2014 y quería independizarse. “Comencé a diseñar una idea de negocio y es así como en Junio de 2015 abro las puertas del emprendimiento que mucha gente conoce y que es la Cafetería del Ángel. Ese espacio me ha permitido desarrollarme en otra faceta que es completamente distinta a cuando trabajas de forma dependiente. Si bien el emprendimiento puede darte muchas flexibilidades y das rienda suelta a tus ideas y sueños; así también hay momentos en que te cuestionas si tomaste la decisión correcta. Puede parecer un paradigma que emprender cuesta, pero es una realidad en nuestro país”, sostiene.
La invitaron desde Renovación Nacional para inscribirse como precandidata a concejala. Quizás por su historia de vida, o tal vez porque siente que puede aportar; lo cierto es que se inscribió.
– ¿Te costó mucho iniciar la cafetería?
– Instalar la Cafetería del Ángel, como espacio y como marca, ha sido un trabajo arduo y de mucho esfuerzo. No obstante, me siento muy contenta con la recepción que ha tenido de parte de toda la gente pues valoran que haya decidido instalarme en Maipú y no en otra comuna. Y de verdad que lo hice porque considero que a Maipú le hacían falta espacios como este, que los vecinos no tuvieran que trasladarse a otras comunas”, cuenta.
– Trabajaste en varias fundaciones ¿tienes aún el bichito de lo social?
– Sí. Eso nunca se pasa. En el café hemos desarrollado diversas campañas sociales, bien piolas como dicen los lolos, pero no por ello menos exitosas. Hemos apoyado causas en hogares de niños, una escuela que resultó afectada por el incendio en el Sur (cerca de constitución) entre otras actividades.
– ¿Cuál es la idea de la cafetería del ángel?
– He querido que ese espacio sea un punto de encuentro para mostrar a jóvenes talentos de Maipú y es así como hay tardes de música en vivo, ya sea cantando o tocando algún instrumento. En un par de ocasiones hemos hecho una muestra de música clásica con voces del Teatro Municipal, que también son de nuestra comuna.
– Me imagino que el café te sirve como un espacio para conocer clientes y sus problemáticas…
– He conocido a mucha gente, a sus familias. Sus problemas a veces los he hecho míos y los he apoyado generando redes o apoyo entre mis conocidos o entre los mismos clientes. El cariño y lo mismo que la gente te va devolviendo, me hizo plantearme la idea de ocupar un sillón en la concejalía. A veces te cuesta creerte el cuento, pero fue mucha la gente que me motivó a tomar la decisión. Y la sincronía del universo hizo que en una oportunidad me ofrecieran la posibilidad de postularme como candidata y así, hoy ya estoy en este camino, si bien estamos en la etapa de pre-candidaturas me siento contenta y muy segura de la decisión porque el apoyo que he recibido ha sido mucho más de lo que esperaba.
– ¿Qué te motiva a buscar ser concejala?
– Mis principales motivaciones son aportar con mi experiencia de mujer, profesional, mamá, emprendedora y sobre toda vecina de esta comuna. Desde una óptica actual, me motiva apoyar el emprendimiento porque considero que todavía hay mucho por hacer en ese campo. Yo he recibido mucho apoyo en asesorías de estudiantes de la U. de Chile, DUOC, INACAP, y creo que esa posibilidad que yo tuve hay que compartirla para que otros emprendedores se fortalezcan. Hay que fortalecer el manejo de las RRSS que es la forma de mostrarse y de vender y para ello hay que capacitar. Hay que potenciar los liderazgos de «las emprendedoras», hay que apoyarlas en un amor propio para que puedan sacar adelante su idea de negocio.
– El emprendimiento es todo un tema. ¿Qué otro tema te urge para Maipú?
– También me preocupa la salud en Maipú. Yo tengo a mi mamá afectada por fibrosis pulmonar y he visto de cerca la realidad de la salud publica. Quiero aportar de menos a más, quiero partir por la realidad de nuestra comuna tratando de que se fortalezca la red de salud municipal y también escuchando a los funcionarios de la atención primaria. Considero que hay que atender mejor, hay que preocuparse por el abastecimiento y todo lo que implica el trato al usuario, pero no hay que descuidar a quienes están en la trinchera, ya sea en la ventanilla de atención o en el box. Conozco esa realidad de cerca y me preocupa.
– ¿Algo más por decirle a los vecinas y vecinas?
Sí, como soy madre de 2 adolescentes, y uno muy cerca de cumplir la mayoría de edad, y por la experiencia de haber trabajado con jóvenes, tengo interés de escucharlos y conocer qué esperarán de alguien que pueda representarlos como concejala. Creo que es responsabilidad de nosotros, los más adultos, de motivarlos a participar de procesos cívicos como una elección o de encuentros más amplios como conversatorios para ver cómo sueñan o imaginan su comuna.
