Unos dicen que las noches de balas, fuegos de artificio y bombas de ruido que las últimas jornadas se han sentido en el sector poniente de la comuna son por la llegada de drogas. Otros en cambio, aseguran que un velorio de un narco es el detonante de noches de nervios, donde conciliar el sueño se hace difícil.
En redes sociales, cada día son más las vecinas y vecinos que se quejan de una situación que se ha repetido en el tiempo, pero que hoy se hace más recurrente. Y es que hay que decirlo fuerte y claro: el narco reina en algunos lugares de Maipú, y la ausencia policial llena de incertidumbre a la comunidad.
Imagina que estás en medio de la noche y a metros de tu casa, en plena madrugada, estallan fuegos de artificio y bombas de ruido. Al rato, una bala se mete en tu habitación. Sientes el silbido del plomo y en el suelo aparece, aún humeante, una bala.
El relato del párrafo anterior no es literario. Cada noche se suben a las redes fotos de vecinas y vecinos que terminan con balas dentro de sus hogares. El trecho entre una bala que termina incrustada en una pared, y la que termina incrustada en la cabeza de alguien, es demasiado corto.
«El Reinado Narco»: Noches de balas sin presencia policial
Sin embargo “el reinado del narco” en las poblaciones, no depende exclusivamente de él. Además de tener “soldados” que lo siguen y lo cuidan, el cóctel incluye siempre la ausencia del Estado, Municipio y las policías.
A esta redacción han llegado varias quejas, pues en medio de las noches de balas, la gente llama a quienes son los encargados de mantener el órden público. Por zona, es la 52 Comisaría de Maipú la responsable, sin embargo, las patrullas no aparecen y el silencio policial abre paso a la especulación.
¿Por qué los carabineros de la 52 Comisaría de Maipú no acuden a los llamados de las vecinas y vecinos? No hay respuestas para ello. Desde el Municipio aseguran que están pidiendo reuniones con el Ministerio del Interior. Igual que lo hizo Barriga, Vittori, Undurraga, Sepúlveda y Silva. Los resultados, lamentablemente, siempre terminan anunciados en conferencias de prensa, con promesas que no se cumplen.
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Y luego viene la realidad. Una en que la violencia hace lo suyo y donde las autoridades prometen intervenciones que no llegan, mientras cientos de vecinas y vecinos viven encerradas en sus casas, esperando que el estado, municipio y policías sean capaces de proveer un mínimo de paz, que les permita hacer sus vidas y dormir tranquilos.
Foto de Karolina Grabowska en Pexels.
