Muchos desconocen que Ernesto Guevara fue un joven médico antes de convertirse en líder de la revolución cubana.
Antes de llegar a Cuba, hizo un gran viaje por Latinoamérica en motocicleta, que lo trajo también de paso por Chile. La película argentina Diarios de motocicleta cuenta parte de esa historia.
Tras su participación en la Revolución cubana, su imagen se convirtió en un ícono de rebeldía. La fotografía de Alberto Díaz (Korda) dio la vuelta el mundo tras ser estampada en carteles en Francia el año 1961.
Pero según la bancada de la UDI esta sería la mitad de la historia. La otra mitad es que el «Che» Guevara sería un asesino que no merece un lugar en los libros de historia. Al menos no en los textos escolares.
Por eso en marzo de este año, el diputado Osvaldo Urrutia pidió que se vote para sacar la imagen del guerrillero de los libros de clase en Chile.
Junto a un grupo de diputados UDI quieren que los textos expliquen «los asesinatos cometidos por este personaje oscuro, para que nuestros niños y jóvenes no sean embaucados con falsas figuras heroicas, que no son valoradas en su real dimensión”.
Dicho en buen chileno, les parece que el Che está más inflado que empanada de queso. Además, acusan que el guerrillero habría mandado a realizar 79 fusilamientos.
La historia escrita con sangre
Sin embargo, los diputados olvidan mencionar que casi todos los países han conseguido su independencia gracias a sangrientas guerras.
Sin ir más lejos, la guerra de recesión de EE.UU. entre el Norte y el Sur fue de una brutalidad enorme, con más de 626.000 gringos muertos. Más que todos los que murieron en las dos guerras mundiales juntas.
Héroes chilenos como Bernardo O’Higgins, Manuel Rodríguez o José Miguel Carrera también aportaron con su cuota de muertos para asegurar la independencia de Chile.
Para justificar su idea, los diputados de Chile Vamos echaron mano a textos del Che como:
“Sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte”; “¡Esta es una revolución!»
Pero no hay que ir muy lejos para encontrar frases del tipo «vencer o morir». Un ejemplo de esta brutalidad fue la Guerra del Pacífico.
Un hecho recordado en el Perú fue el fusilamiento del coronel Leoncio Prado Gutiérrez tras la batalla de Huachamuco. Prado es considerado un héroe por su valentía al morir e incluso se ganó el respeto de los mismos soldados chilenos que lo mataron a sangre fría.
Esto sin contar los «repasos» de soldados heridos durante las más fieras batallas , como la toma del Morro de Arica, o la matanza de soldados chilenos en la Batalla de la Concepción.
Para qué hablar del mismo ejército que, de vuelta a casa, fue enviado a «pacificar» la Araucanía.
Patitas cortas
Para mala suerte de los diputados, esta semana fue rechazada la iniciativa. La diputada por el distrito 8 Carmen Hertz fue una de las defensoras del Che.
Como era de esperar, la diputada comunista dedicó varias palabras a sus colegas:
«Estas iniciativas tienen siempre algo de patéticas y bastante de ridículo”. Agregó además que «la UDI aprobó, aplaudió, propició y ha relativizado los crímenes que en nuestro país ocurrieron en los 17 años de dictadura”.
El marcador moral quedó empatado 1-1 y el tema se pasó a votar en la cámara esta semana. El resultado fue 62 a favor, 70 en contra y 12 abstenciones por cambiar la imagen del Che Guevara en los textos escolares.
Un fallo salomónico, considerando que aquí ningún bando se salva.
Esto pues ni derecha ni izquierda, ni liberales ni conservadores tienen las manos limpias, ya que no ha habido ninguna revolución sin una larga lista de muertos.
Desde la revolución francesa a la soviética, cada revolución ha dejado un reguero de sangre a su paso.
Por supuesto, la historia oficial nos enseña que siempre que se mata en nombre de la la patria está bien.
Quizás en un universo paralelo se vendan poleras de Jaime Guzmán en las ferias artesanales. O se fabriquen moledores de marihuana con la imagen de Augusto Pinochet o Cornelio Saavedra.
Por ahora tendrán que conformarse con seguir viendo al doctor en cuanto tazón, polera o gorro se venda. Por paradójico que sea, la imagen del Che Guevara ha sido uno de los productos de exportación más exitosos de la revolución cubana.
Un éxito en ventas que la derecha chilena todavía no ha podido superar.