Mi sensación de la sociedad Chilena es a ser auto-flagelante y no ver lo que se ha construido y avanzado en décadas. Nos quedamos en las críticas y nos cegamos ante la probabilidad de retroceder; ante una sociedad que aparentemente siempre avanza; pero que sin darnos cuenta tenemos países latinoamericanos que han retrocedido, no por acción externa, sino que por sus propios gobernantes y políticas ideologizadas que no responden a los verdaderos problemas que la gente tiene, sino que sacian el apetito intelectual de una elite política alejada de la realidad chilena.
¿Qué importa si el colegio es municipal, subvencionado o particular? Lo importante es que en cada establecimiento los estudiantes puedan adquirir un conocimiento y educación de calidad, que los padres se sientan seguros con sus hijos en clases y que el costo vaya cada vez en descenso, y si es posible gratis, que cada niño pueda emprender en su vida con las armas de su esfuerzo y trabajo, con una cancha pareja que logre una igualdad de posibilidades.
Lo que parece lógico, y de sentido común, para el gobierno de Michelle Bachelet es un cuadro secundario ante el principal problema: El estado no tiene la participación suficiente en el mercado educacional, puesto que los privados han desvirtuado el sistema educacional, transformándola en un negocio, en donde quien tiene más puede acceder a mejor educación.
Sin embargo, en vez de mejorar la educación de los colegios más aproblemados, el estado pretende mejorar la calidad de la educación expulsando a los privados del sistema y expandiendo la gestión de los colegios municipales a los colegios subvencionados. Si, la misma gestión que tiene a los colegios municipales con un promedio SIMCE cientos de puntos más abajo que los subvencionado; mismo sistema que tiene a los colegios municipales con cada vez menos matriculas; mismo sistema que no puede resolver los problemas de drogas y delincuencia en las salas.
En vez de mejorarles los sueldos a los profesores, el estado con Bachelet desea comprarles fierro y ladrillos a los sostenedores a un costo de miles de millones de pesos; en vez de mejorar la infraestructura de los colegios municipales con mejores casinos, bibliotecas, canchas, etc., Bachelet desea pagarles la educación a los más ricos con un costo del doble que a los más pobres; en vez de crear más colegios con calidad de los Bicentenarios, el estado desea reconvertir la calidad de los subvencionados en la calidad de los municipales; en vez de incentivar la participación de los privados en educación con la creación de mejores colegios en áreas vulnerables, el estado desea extender la gestión municipal a cientos de colegios, cuando es el mismo estado quien posee a los colegios con peores resultados SIMCE.
Si bien nuestro sistema tiene falencias, y es innegable que nos falta mucho por avanzar, no podemos desconocer el enorme avance que nuestro sistema escolar tiene. Es casi contradictorio que los políticos de izquierda, que deliran con el modelo bolivariano de Venezuela y Bolivia o el Kirchnerista de Argentina, no deseen emular el sistema latinoamericano de educación y citen a los de la OCDE, países que tienen un modelo mixto, en donde se adapta a las necesidades de cada localidad, y para ello es esencial el trabajo que tienen los privados y las municipalidades, pues son estos quienes tienen una cercanía más directa con cada comunidad, y pueden crear proyectos educativos coherentes con cada necesidad. No así el estado quien con su mega estructura y burocracia, la única vía de realizar una política pública, y sobre todo en educación, es estandarizando a través de un modelo único para todos, lo cual, y por evidencia comparada, lo único a lo que ha llevado es a un gasto mayor con un resultado menor.
Chile ha participado en la prueba PISA, que mide el rendimiento de los estudiantes, tanto en matemáticas, ciencias como en Lenguaje, el sistema educacional chileno ha estado en el primer lugar dentro de Latinoamérica, por sobre el modelo de izquierda y estatista de Venezuela, Bolivia o Argentina. Respecto a la educación superior, las universidades chilenas han ido en considerablemente aumento en los rankings internacionales, en particular la Universidad de Chile y la Universidad Católica, en el reciente ranking ARWU, estas dos aparecen dentro de las mejores 500 universidades del planeta, junto a 1 de México, 1 de argentina y 6 de Brasil.
Hay que mejorar la educación pública, mejorar la infraestructura, construir más colegios Bicentenarios, aumentar el acceso a colegios de calidad a familias vulnerables, reducir la segregación en los colegios, y muchos temas más. Nuestro sistema tiene que mejorar, si, pero no desde una refundación y empezar todo de nuevo. No desde una lógica de querer una educación OCDE pero emulando el modelo Argentino o Venezolano, pues estos mismos países saben a dónde conllevan sus modelos, solo es cosa de ver las noticias internacionales. Hay que seguir el camino OCDE, y es por donde la esencia del sistema chileno va, solo necesitamos un reajuste, el cual claramente no es eliminar los colegios subvencionados.
Por Diego Álvarez Osorio
Presidente de la Juventud UDI de Maipú