Prevengo al lector, que estoy con la ira incontenible de la evidencia siniestra por parte del Instituto Secular de los Padres de Schoenstatt. Acabo de recibir la noticia acerca de la denuncia por abusos sexuales y favorecimiento y promoción de la prostitución de menores, realizada en contra del sacerdote Marcial Parada.
Después de una investigación previa realizada en septiembre de 2020 realizada por la abogada Ximena Marcazzollo, por denuncias que venían desde el año 1993, 2018, 2020, y que concluye que los hechos son verosímiles, se envían antecedentes a la Congregación para la Doctrina de la Fe, solicitando en el ínterin el acusado la dimisión del sacerdocio con 87 años.
De esta manera, el acusado no obtiene condena, beneficiándose personalmente él y comunitariamente su Instituto, pues no entra en la lista de los condenados, sino de los que abandonan el sacerdocio libremente, para oprobio permanente de Schoenstatt. La puerta de escape que hoy tienen los denunciados y acusados de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica.
¿Pero quien es el sacerdote, ahora dimitido, Marcial Parada? Ingresó al Instituto de los Pallottinos, junto al obispo abusador Francisco José Cox, y al hoy acusado de encubrimiento y abuso, cardenal Francisco Javier Errazúriz, bajo el alero del fundador de Schoenstatt, padre José Kentenich, también hoy (como hacia fines de los años 40 y 50) acusado de abuso de consciencia, autoridad y sexual en contra de consagradas pertenecientes al Instituto Secular de las Hermanas de María.
Fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 1961, juntos a este grupo. Trabajó en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Quinta Normal. En los años 80 llegó a trabajar como vice rector del Santuario Nacional de Maipú. Allí, cometió diversas abusos sexuales en contra de adolescentes y jóvenes.
Prostituyó a dos de mis amigos, entregándoles dinero a cambio de favores sexuales, aprovechándose de la situación de vulnerabilidad y de pobreza. Ambos están muertos. Luego fue enviado a Paraguay el año 95 a un encierro forzado en un incipiente monasterio tras una denuncia que realicé el año 93.
Finalmente, lo enviaron a México, donde realizaba misas para niños, no obstante estar en conocimiento su comunidad de los abusos sexuales que realizaba. Pasó por el provincial Sidney Fones, Luis Ramírez, Mariano Irureta, Fernando Baeza (actual provincial que propugnó la impunidad), y por los generales, Francisco Javier Errázuriz (hoy cardenal), Michael Marmann, y Juan Pablo Catoggio (actual, también promotor de la impunidad).
No es el único sacerdote enviado a Maipú por estas conductas abusivas sexuales, también pasó Rodrigo Gajardo condenado a 61 días de presidio por abusos sexuales; Francisco Bazáñez también, con medidas por parte del instituto, y al menos hay dos denuncias por uno de los sacerdotes actuales que se encuentran en el Santuario de Maipú.
“¡Dios ha muerto! Dios está muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!!!”, grita el loco de Nietzsche en la Gaya Ciencia. ¿Hay aún un arriba y un abajo?, ¿Ya no estamos encadenados al sol?, estamos en una caída, en todas las direcciones. El referente de nuestras vidas actualizado por la Iglesia, se ha caído, ya no hay un arriba, ni abajo. No hay fuerza de gravedad que nos gobierne. Ya no tenemos en qué creer.
El comunicado del Instituto es escueto, señala que seguirán con el cuidado del perverso abusador sexual de menores. En contraste, nunca se han comunicado con quienes hemos denunciado, muy por el contrario a través de laicos que mantienen en su comisión de prevensión, han intentado encubrir los delitos y la iniciación de los procesos.
Es una afirmación falaz la de “Como Padres de Schoenstatt pedimos perdón a las víctimas y buscaremos, en diálogo con las víctimas, un camino de justicia y reparación por estos graves hechos y por el daño causado. Reiteramos nuestro compromiso con el desarrollo de ambientes sanos y seguros para todos los integrantes de nuestras comunidades de manera que no se vuelvan a repetir conductas abusivas”.
Emplazo directamente al provincial de los Padres de Schoenstatt, Fernando Baeza a un debate público sobre la forma en que combaten el abuso sexual, de conciencia y autoridad en su comunidad, y asimismo, al general Juan Pablo Catoggio.
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