Opinión: Maipú agoniza (o el triste espectáculo de la gestión Barriga)

Por más que toneladas de carteles publicitarios, peluches varios y animadores de quinta perifoneen en la Plaza de Maipú que la comuna renace gracias a la alcaldesa Barriga, los que conocemos el territorio sabemos que, más allá del eslogan, lo que se nos cuenta es una promesa vacía.

Por más que el celular nos alerte dos o tres veces al día que el Municipio de Maipú está transmitiendo una de las tantas fiestas, malones u otras formas que Barriga y compañía han encontrado para dilapidar los recursos, los que conocemos Maipú, sabemos que estamos sumidos en un despilfarro. Sabemos que la gestión no sólo es mala, sino que también inoperante.

Cuando leemos que la justicia está embargando dineros que deberían ir a los alumnos de escuelas municipales, debido a la política idiota de despedir a diestra y siniestra a cientos de trabajadores que tuvieron el pesar de caer en una lista negra, manufacturada por aquellos que encontraron en la delación su forma de mantener sus trabajos y que entregaron, de forma recatada y en silencio a Barriga o su marido diputado, cuando la primera todavía no asumía el cargo, sabemos que Maipú no renace.

La gestión de Barriga es una condena pues al son estridente del baile, con el regalo de autos de por medio y con entraditas para el circo para el populacho, quieren hacernos creer que nos están haciendo un favor. Nos están fabricando una falsa realidad y están desvirtuando los objetivos que debería perseguir una gestión municipal.

Porque mientras se lanzan peluches al aire, a una muchedumbre que colecciona a “renacín o smapina”, hay niños pasando frío en sus escuelas municipales. Porque mientras Japaz, el calvo asesor de Barriga, menea las caderas al son de una cumbia, hay gente que se inunda en el pueblito de La Farfana, pues sus casas son precarias.

Hay música día por medio y celebraciones por doquier. Las empresas se frotan las manos cada vez que Barriga, que más parece una “influencer” que una alcaldesa, los sube a su Instagram. En el otro extremo la biblioteca agoniza y el catálogo de libros es precario. “Porque no hay plata”. Y es que en Maipú no hay dinero para las cosas relevantes, para aquellas que nos nutren como seres humanos; para esas que nos llevan a hacernos preguntas que para el poder resulta incómodas.

Hay que decirlo. Barriga tiene a la prensa comunal comprada y silenciada. Medios de comunicación tales como Revista Mi Gente, Solo Maipucinos, Maipú Ciudadano, Maipú Querido, entre otros, son cómplices en la creación de una burbuja que algún día explotará. No cuestionan nada. No escriben sobre juicios o fracasos de la gestión. Hacen un periodismo de rodillas, traicionando a sus audiencias y entregándole a Barriga el bálsamo que significa el ruido de sus cámaras, tomándole muchas fotos.

Barriga tuvo todo para hacer un buen gobierno local. Su equipo inicial entendía de política y quiso armar un relato. Pero Andrés Japaz, su asesor más cercano, la encerró en una mentira constante, donde todos le dicen que van bien, que la gente la quiere y que los que reclaman son operadores políticos.

Esta gestión va de mal en peor y la falta de inteligencia de quienes la encabezan la van perfilando a un derrumbe estrepitoso. Si hoy la administración municipal no está de rodillas, se debe única y exclusivamente a que las fuerzas políticas de centro izquierda han sido sumamente condescendientes y que los concejales han demostrado poca astucia.

Por mientras Maipú agoniza, de forma lenta. El volumen de la música no deja escuchar las quejas. En silencio y en la confianza que dan los mensajes que se autodestruyen en telegram, varios de sus cercanos cuestionan a Barriga. Pero nadie le dice nada. Porque tienen miedo. Porque los que hablaron ya fueron despedidos.

Porque más allá de las sonrisas y el tono de voz “dulcecito para la TV”, lo cierto es que Barriga ha demostrado que el cargo le queda absolutamente gigante. Porque cuando las luces de la TV se apagan, aparece la Barriga que sólo conocen quienes padecen el relacionarse con ella: prepotente, muy insegura y con una falta de cultura y conocimiento de administración municipal que la llevan siempre cometer más errores.

Esto está recién comenzando. Lo peor está por venir y el gran damnificado será Maipú

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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