Numerosos son los comentarios que han cuestionado a este humilde medio de comunicación local por su aparente obsesión por “descalificar” una y otra vez la figura de Cathy Barriga. Durante su gestión: que las joyas, que el viaje a Corea del Sur, a Argentina, que el auto dorado, que el matinal en la copa, que sus constantes cambios de administradores, que las ausencias en los concejos. La lista es bien larga.
Pero es importante volver a recordarle a quienes nos siguen fielmente que una de las tareas principales que tiene el periodismo es la fiscalización y apelación al poder. Así, como lo ha repetido incansablemente Mónica González, Premio Nacional de Periodismo, “ese periodismo que hoy escruta al poder y lo fiscaliza en nombre de los ciudadanos, para los ciudadanos y no para sacar provecho”.
Decenas de veces se escuchó a Barriga reclamar al viento una persecución de parte de los periodistas, quienes “solo se preocupaban de informar y destacar lo malo, y no lo bueno”, pero parece que ella nunca logró entender la diferencia entre periodismo y relaciones públicas, para lo cual tenía un abultado departamento de Comunicaciones.
Desde el momento en el que salió electa alcaldesa de Maipú debió comprender que se había transformado en una líder en la cual más de 30 mil personas que habían votado por ella depositaron su confianza bajo la promesa de una comuna que renacería, y en una sana democracia eso significa estar disponible para rendir cuentas ante la comunidad las veces que sea necesario.
Y desde entonces las denuncias no tardaron en llegar. Aunque en muchas oportunidades las situaciones podían parecer un tanto jocosas y superficiales, el o la periodista no toma la decisión de abordar un tema simplemente porque “qué gracioso los peluches”. Se revisan las boletas, los contratos, las licitaciones, y si se confirma que la gracia costó $50 millones de pesos con cargo a la caja de la Educación Municipal, mientras existen otras necesidades que evidentemente deberían ser prioridad, no dudamos en darlo a conocer.
No porque Barriga fuera mujer, no porque tenga lazos con la UDI, no porque nos cayera mal ella, ni su esposo, ni su suegro, no porque no nos gustara su forma de vestir y no porque no tuviéramos algo mejor que publicar. Se trata de que cada maipucino y maipucina tiene el DERECHO de conocer, opinar y juzgar cómo se administran los recursos que le pertenecen.
Y si la autoridad se equivoca dos, tres, cuarenta, cien veces, de las cien veces la opinión pública debe enterarse y con los mayores detalles posibles, de tal forma que tenga las mejores herramientas para tomar decisiones informadas a la hora de poner a prueba a sus líderes políticos: en las urnas, tal como ocurrió el pasado 15 y 16 de mayo.
Siempre está la esperanza de que quien suceda un cargo lo haga de mejor forma que la persona anterior y aunque Cathy Barriga dejó la vara bastante baja y probablemente seguirá dando qué hablar, esto no se trata solo de ella. Desde La Voz de Maipú seguiremos comprometidos con seguir fiscalizando e informando sobre lo que se haga y lo que no en esta nueva gestión.
Desde nuestra parte creemos que se trata de ser un grano de arena para terminar con las lógicas que avalan la corrupción y las malas prácticas a expensas de las necesidades de nuestros vecinos y vecinas, más aún en el contexto de un Chile que, esperamos, se mantenga bien despierto.
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