Hace algunas horas llegó hasta La Voz de Maipú un audio grabado por una de las personas que atendió a Abel Acuña, el vecino de Maipú que falleció en la exPosta Central, tras haber sufrido un paro cardiorrespiratorio en plena Plaza de la Dignidad.
El relato señala que -a juicio- de la paramédico, la historia de Abel podría haber terminado de forma diferente. La profesional de la salud, indica que Carabineros «no nos dio chances».
Tras varias horas intentando confirmar la veracidad del audio, diversas fuentes del área salud, confirmaron a La Voz de Maipú, que el audio fue grabado por alguien que estuvo en el lugar. ¿Qué fue lo que pasó?. Acá te dejamos la transcripción textual.
Es verdad. Estoy para la cagá, me duele todo. No puedo ni hablar porque tuvimos que gritar mucho, la gente estaba muy alterada. La adrenalina del momento y todo. Sobre la declaración que sale de los estudiantes, de la USACH parece que es, que dice que el paciente salió del paro, en realidad no fue así. El paciente estuvo todo el tiempo en gasping, lo más probable es que estaba fibrilando. Tenía un DAI antiguo, había tenido un infarto anterior y al parecer hizo un compromiso de conciencia espontáneo. Cuando llegamos nosotras lo que nos dijeron, se reanimó al paciente, se hizo lo mejor que se pudo. Se pidió el móvil. El móvil no se demoró nada. Yo creo que con suerte estuvimos ahí unos quince, veinte minutos, no más. Y ese cabro no sobrevivió por culpa de los carabineros. Por culpa de los pacos. No nos dieron chance, no nos dieron chance de a lo mejor este desenlace, del paciente hubiera sobrevivido si Zapata cuando llegó hubiéramos podido intubarlo en el lugar, si era necesario desfibrarlo en el lugar, ponerle un acceso venoso ya que nosotros en ese momento no andábamos con acceso venoso y poder haber hecho un traslado tranquilo. Pero en el momento que empezaron a desplegar a la gente, no quedaba nadie más que nosotros, y los funcionarios que se quisieron quedar con nosotros protegiéndonos con los escudos. Nos tiraron perdigones, nos dispararon las lacrimógenas al lado. Nos tiraron gas pimienta, el zorrillo pasó, nos tiró todo. Nos dieron con todo.
Yo me acuerdo que reanimaba y reanimaba. No miraba hacia arriba porque sólo escuchaba gritos. Reanimaba, reanimaba y reanimaba. El guanaco tiraba desde abajo, desde la tierra mojaba. Ni siquiera fue un rociador por último. Trataba de abrirle el acceso de vía aérea al paciente para el costado para que no aspirara esa hueá porque yo creo que hasta aspiró porque el guanaco de lleno nos dio.
Yo me acuerdo que reanimaba y reanimaba. No miraba hacia arriba porque sólo escuchaba gritos. Reanimaba, reanimaba y reanimaba. El guanaco tiraba desde abajo, desde la tierra mojaba. Ni siquiera fue un rociador por último. Trataba de abrirle el acceso de vía aérea al paciente para el costado para que no aspirara esa hueá porque yo creo que hasta aspiró porque el guanaco de lleno nos dio. Quedamos mojados de pie a cabeza, el Zapata también. B
Bueno, la Cinthia quedó con un perdigón en el tobillo. La Isa aturdida porque le llegó todo el chorro en la oreja. Se sentían los perdigones como pasaban mientras estábamos ahí. El Ibarra se paró en el móvil, tocó el ganso, tocaba la sirena, estaba desesperado porque él estaba arriba del móvil, tratando de salir al tiro, y estaba desesperado porque veía como a nosotros nos atacaban y nos atacaban. Levantaba los brazos, gritaba que por favor pararan que era solamente personal de salud y no cedieron. Siguieron, siguieron y siguieron hasta que nos fuimos al móvil. Hasta en el móvil sonaba el chorro de agua cuando pasaba… Fue complicado. Claramente ellos no le dieron chance al cabro de vivir. O sea, el cabro no fue un trauma, no fue que se cayó del caballo como se dijo al principio, y eso. No le dieron chance de vivir. Tenía una patología médica, ¿le podría haber pasado esto en cualquier lado? Sí, pero le tocó ahí y podría haber sido un procedimiento más limpio y mucho mejor. Porque nosotros cuando pasamos, no era la parte donde estaban los disturbios, no era donde estaban los encapuchados. Era una parte muy tranquila donde la gente estaba compartiendo, de hecho habían familias completas. O sea, a pesar de que estábamos al lado del caballo, no era en ese momento el lugar que estaban tirando piedras o donde estaban los encapuchados.