Phanio Saintelus: «El racismo en Maipú está más evidenciado con las personas de color»

Desde ya hace 20 años que Chile viene cambiando, recibiendo a miles de migrantes que vienen de países vecinos y desde otros lares de Latinoamérica, los cuales le han cambiado el rostro a nuestro país. Una transformación provocada por la corriente migratoria, que se da por los cambios que tienen los países en distintos aspectos, como los económicos y políticos.

Maipú no ha estado ajeno a este cambio. Hoy en las calles ya se pueden ver diversidad de rasgos nuevos, de nuevos ritmos, nuevos sabores y colores que han dado otro tono a la comuna.

Si bien, Maipú ha recibido a estos nuevos vecinos desde hace menos tiempo que otras comunas más céntricas de la Región Metropolitana, hoy ya es un hecho que la ola migratoria llegó a nuestras calles, creando nuevos lazos culturales.

Según la Oficina de la Diversidad de la Municipalidad de Maipú, encargada de la Oficina de Migrantes, en el año 2016 el 1,1 % de la población maipucina era migrante, lo que se traduce en 6.048 personas. Solo en el año 2016 hubo un total de 2.559 solicitudes de visas de personas con residencia en Maipú.

Con estos datos, nuestra comuna se posiciona en el puesto número 11 a nivel de Región Metropolitana -de un total de 52 comunas- respecto a la cantidad de extranjeros.

La encrucijada del trabajo

William Arredondo y Leonardo Cardona se vinieron juntos desde Colombia y solo llevan un mes en Chile. “Nos venimos porque estábamos amenazados de muerte. Allá nosotros teníamos negocios: una peluquería, una sala de internet, una papelería. Nos tocó dejar todo tirado. Nos robaron varias veces y como comenzamos a meter bulla nos amenazaron de muerte. Nos venimos casi con lo puesto”.

Una prima los recibió en su casa en Maipú, “ella vive un departamento muy estrecho. Nosotros queremos trabajar. Llega uno a pedir trabajo y te piden papeles. No le dan la oportunidad a uno. ¿Cómo vamos a tener papeles si no tenemos contrato? Estamos bloqueados con eso”, nos comenta Leonardo.

Muchos extranjeros se encuentran en la encrucijada de que para obtener la residencia temporal necesitas un contrato de trabajo, sin embargo, para la mayoría de los trabajos se les exige tener regularizada su situación migratoria. Por ese motivo muchos migrantes aceptan trabajos precarios, los cuales vulneran sus derechos.

“Yo soy peluquero, soy estilista, también hago masajes, cuido a personas mayores. Pero si me toca hacer aseo, cualquier cosa, con tal que nos den el permiso” me dice en un tono con mayor angustia William.

Según los datos facilitados por la Oficina de la Diversidad, son 2.510 los registrados en la Unidad de Migrantes, de ellos el 58.5% se acercó con el objetivo de encontrar trabajo. 

Salud y vivienda ¿derechos humanos?

Miryam Guerrero llegó desde Ecuador hace ya varios años, vive cerca del Templo y es parte activa del trabajo social de la comuna. Es parte del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil (COSOC) del Hospital El Carmen (HEC). Trabaja activamente en el Templo, también, es parte de la primera comunidad extranjera con personalidad jurídica, entre otras actividades. Guerrero de profesión es Licenciada en historia y profesora de segundo ciclo.

Como parte activa de nuestra comuna sabe reconocer con claridad los principales problemas de los extranjeros. “La vivienda y la salud son dos derechos adquiridos por naturaleza”, me dice con severidad.

“Tiene que existir un derecho propio, que si yo tengo mi dinerito, que lo trabajé honradamente, puedo acceder a un espacio donde vivir. Ese es el problema de Maipú, no así Estación Central, no así Quilicura. Es solo Maipú que tiene ese racismo pegado en confiar. Cuando va un inmigrante a solicitar un arriendo tienen que darle un trato digno. No pedirle cuenta gold, cuenta corriente, 12 cheques ¿de dónde se va a sacar? No les importa que la persona esté trabajando, que tenga contrato de trabajo indefinido, con buen sueldo; solo por ser extranjero, no le permiten arrendar”, sentencia Miryam.

Por otro lado, ve la salud muy de cerca. Nos dice orgullosa que logró que en HEC tenga un traductor, pero que ahora está dando la pelea para que haya durante los 3 turnos. Sabe de historias escalofriantes, de personas que por no poder comunicarse, no han recibido atención, incluso, llegando a la muerte.

Según la Dirección de Salud Municipal (DISAM), a través del piloto de Salud “Programa Acceso a la Atención de Salud a Personas Inmigrantes”, del universo de los 8 Centros de Salud Familiar (CESFAM) correspondientes a Maipú, se han registrado un total de 3.599 usuarios extranjeros, correspondientes a 32 nacionalidades distintas, siendo la con más presencia la peruana.

A pesar de las malas experiencias en salud, William Arredondo en sus pocos días en Chile ya tuvo que asistir a un centro de salud pública, el CESFAM Ahues. “Nos atendieron muy bien, solo con el pasaporte. Ya me están entregando los remedios. Nos tocó venir a Chile por tierra, 6 días viajando. El país me parece muy bueno, con una economía muy buena, barato, formales, no tenemos nada malo que decir, porque me siento muy acogido, dice esperanzado William.

Ser negro en Maipú

Phanio Saintelus llegó hace 2 años y algunos meses desde Haití, al comienzo como turista, pero vio que había posibilidades de trabajo -lo que no hay en su país- por lo que decidió quedarse. “Cuando llegué estaba viviendo en una pieza pequeña, con 4 personas y una cama de una plaza. Comencé a trabajar en un restaurant chino lavando loza, 6 veces a la semana, de las 11.30 de la mañana a las 11.30 de la noche, me pagaban 10 mil pesos al día”.

Así relata Phanio sus primeros meses en Chile, que asegura que es una historia que se repite todos los días. “Tengo muchos amigos haitianos que están viviendo situaciones muy precarias. Mi historia es algo que se repite frecuentemente, todos los días”, nos asegura Phanio.

Al paso de algunos meses, Phanio se acercó a una iglesia bautista quienes le facilitaron la llegada a Maipú, a una casa de mayores dimensiones, que de igual forma comparte con más personas. Hoy se desempeña como profesor de castellano en la Universidad Central.

A pesar de su mejora sustancial en su nivel de vida, asegura que el racismo en el Chile es notorio. “En las micros y metro nos tratan totalmente diferente, he escuchado a chilenos que dice «no nos acerquemos a esos negritos». Por el color nos tratan super mal. Cuando llegas a una empresa dicen que si empiezas a trabajar con un haitiano, va invitar a más personas a trabajar. Acá en Maipú es más complicado para nosotros los haitianos, porque si yo saludo a una persona no me contestan, si pasan al lado, pasan más lejos» relata Phanio su experiencia, rematando con una devastadora: «El racismo en Maipú está más evidenciado con las personas de color».

«Medio Guayaquil es chileno, que llegaron a pie en la época de Pinochet. Pero aquí no entienden eso, se les olvidó”. – Miryam Guerrero – Migrante ecuatoriana.

El nuevo voto migrante

Con expectación ven las elecciones los extranjeros en Chile. Si bien solo los extranjeros que lleven más de 5 años pueden votar, todos tienen su opinión sobre la política nacional.

“Sebastián Piñera, va a ser un el Trump latinoamericano” así de tajante fue Miryam, que hace un llamado a todos los inmigrantes que tienen la posibilidad de votar, de hacerlo.

“El migrante no va a votar por Piñera, porque nos van a cerrar la puerta, cerrando fronteras, porque es una derecha radical y extremista. Pero somos un granito de arena en el desierto. Ustedes mismos, que son chilenos, están cerrados, cuadrados y van a votar por Piñera”, dice Miryam.

Oficina Migrantes Maipú

A fines del año 2014 nace dentro de la Oficina de la Diversidad de Maipú, una línea de trabajo enfocada a la población extranjera residente en la comuna: Unidad Migrantes. Hoy, se erige la Oficina Migrantes, cuyo principal objetivo es promover la no discriminación, la inclusión, así como la promoción y garantía de derechos de los nuevos vecinos que llegan a residir en nuestra comuna. 

Para lograr ese objetivo se prestan diversos servicios a la comunidad como: Entrega información sobre derechos y deberes, y el funcionamiento de instituciones tanto a nivel local como nacional; asesoría y acompañamiento en procesos de regularización; mediación en casos de vulneración de derechos; apoyo en la inclusión laboral; cursos de español para personas no hispanoparlantes; y charlas de sensibilización y capacitaciones técnicas en temática migrante.

Si bien, la oficina se enfoca al trabajo local, como las personas extranjeras tienden a ser una población que migra constantemente dentro de las comunas de la Región Metropolitana, por lo que no es un requisito residir en la comuna.

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Marlene Valladares

Maipucina desde la cuna, de El Abrazo, para ser precisa. Feminista, hija, hermana, amiga y tía. También, periodista de historias sencillas, del cotidiano y la calle, pero sin sacar el ojo en la élite de la comuna y del país. Con sana afición a la fotografía, al diseño y mucho amor a las comunicaciones.

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