Masiva llegada de motociclistas a la Quebrada de la Plata destruye y pone en riesgo su biodiversidad

Luego de varios años de lucha para expulsar la actividad minera ilegal de la Quebrada de la Plata, la Organización Ambientalista Defensa de la Quebrada de la Plata ha debido reunirse nuevamente para enfrentar a motoristas que cada fin de semana llegan en masa hasta sus cerros. El ruido y tracción de las motos, están afectando el suelo, la flora y fauna de uno de los pocos pulmones verdes de la Región Metropolitana, que está protegido por ser un Santuario de la Naturaleza. El desarrollo de esta actividad perjudica un patrimonio de la naturaleza que ha sido considerado como “uno de los 34 lugares en el mundo en poseer un uno por ciento de biodiversidad del planeta”.

La Quebrada de la Plata fue declarada Santuario de la Naturaleza el año 2016. Foto por Ariel Moreira


Luego del incendio, María Muga estaba agachada plantando árboles en la Quebrada de la Plata, como parte del plan de reforestación que se inició en conjunto con la Universidad de Chile, tras las devastadoras llamaradas que afectaron más de la mitad del lugar. El incidente, se dio el mismo día en que la Quebrada fue declarada Santuario de la Naturaleza por parte del Consejo de Monumentos Nacionales, el año 2016.

Entre los prematuros Quillay, Espinos y Maitenes que el equipo estaba reforestando, María observó con indignación un grupo de ruidosos motociclistas que pasaban cerro arriba a gran velocidad. Se levantó decidida a interceptar al que se aproximaba para detenerlo. El motorista frenó y empezó a conversar con ella. “Sabes tú que era tipo rubio, de ojos azules, un tipo de plata, venía de Lo Barnechea”. Le pregunté ¿y de allá? Sí, me dijo, siempre hemos venido. Entran por Lo Aguirre, la Ciudad de los Valles”, recuerda María, ahora desde su casa.


La discusión se fue poniendo más tensa, hasta que una compañera de María la detuvo. “Después me llamaron, María déjalo, porque ya me empecé a alterar con él. Le dije: ¿Usted sabe cuánto nos ha costado defender este lugar? ¿Cuánto luchamos, para que vengan ustedes a destruirlo?”


Como presidenta de la Organización Ambientalista Defensa de la Quebrada de la Plata, María Muga había luchado durante años junto a su equipo para lograr la expulsión de faenas mineras ilegales que operaban en la Quebrada. Una investigación de Ciper publicada el 2015, reveló los nombres y actividades de las mineras que operaban ilegalmente destruyendo la Quebrada, cuya única salvaguarda fue la inscripción, aun vigente, de parte del perímetro del subsuelo a nombre de las empresas. Con el pasar de los años, sería un proyecto de línea de alta tensión y la práctica irregular del motociclismo, los nuevos enemigos de la Quebrada.

La presidenta de la Organización Ambientalista Defensa de la Quebrada de la Plata, María Muga, en su casa. Foto por Elisa Oviedo


Masiva irrupción de las motos enduro en la Quebrada


Si bien María dice que la actividad de motoristas en la Quebrada de la Plata se ha dado durante años, ahora se mira como un problema prioritario, pues ha incrementado abruptamente las visitas de motos enduro.


De hecho, luego de un tiempo sin realizar actividades formales junto a la mesa de trabajo que se conformó con la Universidad de Chile, propietaria de la Quebrada desde 1933, ahora la Organización decidió retomar actividades en terreno, obligada por el riesgo que presenta la actividad motorista.

Los motoristas llegan en grandes grupos a la Quebrada de la Plata. Registro de Ariel Moreira


Esta reincorporación de la Organización a sus actividades, está suscitando la aparición de nuevas personas interesadas en la defensa de la Quebrada. Uno de ellos es Ariel Moreira, ciclista de 39 años. Dice haber conocido la Quebrada cuando tenía 17 años, y que desde entonces visita el lugar todos los domingos. “Conozco tan bien el lugar, que sé hasta la rama que cortaron, la piedra que movieron, el camino nuevo que abrieron. La conozco tan bien, como, podríamos decir, la palma de mi mano”, asegura.


Ariel, que se incorporó a la Organización hace aproximadamente cuatro meses, es testigo del incremento exponencial de la actividad motorista en la Quebrada. “Si tú me preguntas cuándo fue el aumento explosivo de los motoristas, ya aproximadamente hace un año y medio, dos años, pero así explosivo. Y este último semestre…De repente entras y te encuentras con grupos de 15, 20 motos enduro, así de una”, observa.

Motoristas en la Quebrada de la Plata, registro de Ariel Moreira


Según la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, en una publicación del DarioUChile del 2016, La Quebrada es un lugar “reconocido por poseer uno de los 34 lugares del mundo que tiene un uno por ciento de biodiversidad del planeta. En la Quebrada de la Plata existen más de 1.500 especies de flora y fauna”.


El texto sigue con una cita del vicedecano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Carlos Muñoz, quien dice que “Aquí se conserva una rica biodiversidad, y es uno de los pocos lugares que quedan en la Región Metropolitana donde existe el tipo de vegetación que existe en la Quebrada. Ahí hay, aunque mucha gente no se imagina, un bosque de peumos que es de los más antiguos y de los últimos bosques de peumos que existen en la Región Metropolitana. El resto se ha explotado o se ha quemado, y aquí entonces existe una rica biodiversidad en cuanto a ese bosque en particular”.


Alejandra Salinas, concejala recientemente electa, advierte que los motoristas están dañando el bosque “…Hay un bosque de peumos que también ha sido atacado por las motos. De hecho, vimos hasta grupos de niños. Es tanta esta situación, ha llegado a tal punto, de que hay pequeñas escuelas donde se les enseña a los chicos este deporte y ocupan la Quebrada sin pedir permiso, sin ningún respeto”, denuncia.


Además, en sus exploraciones, los motociclistas hacen nuevos senderos y están echando por la borda el trabajo de reforestación impulsado por distintas organizaciones en conjunto con la Universidad de Chile. “Hay sectores que están siendo reforestados con flora nativa y ni siquiera eso respetan. Cuando hacen la reforestación, les ponen unos capuchones plásticos a todas las especies, porque ese capuchón cumple una función de juntar humedad. Y tú te das cuenta, porque pasas de repente por áreas que fueron reforestadas y ves una huella de moto y ves los capuchones esparcidos por todos lados”, lamenta Ariel.


El perfil de los motoristas


La principal entrada que ocupan los motoristas para practicar enduro en los cerros de la Quebrada, es por la Ciudad de los Valles. Desde ahí, facilitados por un cierre perimetral muy deficiente, ingresan en grupos bien equipados. Una de las agrupaciones es la Comunidad de Enduro de Ciudad de los Valles. En Facebook, puede observarse que su ruta principal, son los cerros de la Quebrada de la Plata.

Foto extraída del Facebook oficial de la Comunidad Enduro Ciudad de los Valles


Otra agrupación que frecuenta la Quebrada de la Plata, se denomina en Instagram como Desert_Travels. Se trata de una escuela de entrenamiento para enseñar a ocupar las motocicletas y que recorren distintos lugares para esto, entre ellos, la Quebrada de la Plata. En la publicación se puede ver que, además, hay veces que concluyen las clases celebrando con asados.

Imagen extraída del Instagram de Desert_Travels en que celebran un asado luego de las clases de motocicleta


En una rápida búsqueda por redes sociales, es posible encontrar perfiles individuales de personas que publican sus entrenamientos en moto enduro en la Quebrada de la Plata, cuestión que podría facilitar la restricción de estas actividades en el Santuario de la Naturaleza, pero que se ve impedida por la ausencia en la fiscalización de las autoridades y por el carácter agresivo de los motoristas.


“Es que son super agresivos, por lo que me ha comentado Juan Zúñiga, que es el encargado de seguridad del fundo que colinda con la Quebrada. Me ha contado que los compadres le han echado la moto encima, no respetan, lo han insultado”, dice Ariel.


Misma opinión guarda María Muga, quien dice que no es posible dialogar con los motoristas, porque aceleran la moto y se van rápido por al lado. Además, cuenta que José Luis Kramer, quien vive en el Fundo San Francisco, contiguo a la Quebrada, hace una semana, les informó de una agresión a un trabajador de la tercera edad, quien quería evitar el ingreso al fundo a un grupo de motoristas.


“Kramer contaba que hay una persona que trabaja en el Fundo San Francisco, una persona de la tercera edad, que, por querer corretear a las motos, sacarlos, le sacaron la cresta. Los motoristas lo dejaron pal gato”, cuenta Ariel Moreira.


No es un espacio público, ni un parque, es un Santuario de la Naturaleza


El Ministerio de Medio Ambiente califica la figura de Santuario de la Naturaleza como “Sitios terrestres o marinos que ofrecen posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuya conservación sea de interés para la ciencia o para el Estado”.


En este sentido, el ingreso libre a la Quebrada de la Plata está prohibido, pues además es un terreno privado perteneciente a la Universidad de Chile para la investigación y exploración agronómica.


La vida recreativa en la Quebrada, tiene efectos destructivos para la flora y fauna. Conviven ahí especies amenazadas, como el Sapo de Rulo, cuyo peligro de extinción se ve fuertemente amenazado por la situación de sequía y por la irrupción de las motos.


“Hay personas que van de manera irregular, y por lo tanto se meten por lugares donde no deben transitar. Y la plantita, el animalito, el bichito que está creciendo allá, se ve drásticamente afectado por las pisadas, los perros, el olor a esfínter, las motos que son lo más nefasto, el ruido. Hay un llamado también de lo que es el cambio climático, el calentamiento global. La Quebrada es una especie de generador de oxígeno para el cambio climático”, dice Pedro Lazo, fundador de la Organización Ambientalista Defensa de la Quebrada de la Plata, junto con María Muga.

Quebrada de la Plata antes de la masiva llegada de motoristas, foto por Ariel Moreira


Pedro observa que “En la Quebrada hay todo un contenido de biodiversidad originaria, tenemos especies descubiertas ahí, como la mariposa del chagual. Eso es super importante también como valor de identidad maipucina”.

Pedro cree que hay una falla de las autoridades encargadas de la Quebrada, cuya responsabilidad es de la Universidad de Chile, el Ministerio de Medio Ambiente, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y otras instituciones del Estado. “Se está alterando la flora y fauna y ya se transforma en un conflicto un poco más delicado. Porque estas personas (los motoristas) tampoco tienen consciencia y no las podemos culpar. La responsabilidad es del Estado que debe encargarse de velar por la educación ambiental y las medidas de seguridad acorde al lugar”, reflexiona Pedro.


Alejandra Salinas dice que “Está restringida la entrada, porque en general no es de entrada pública. Yo conozco otros Santuarios de la Naturaleza donde hay casetas de la CONAF, donde tú te inscribes, dejas tu número de carnet, tu nombre, te explican las restricciones del lugar. En este caso no hay un cierre perimetral claro por el lado de Pudahuel, de la Ciudad de los Valles. Allá tienen una entrada que no es autorizada y pasan. Han roto donde estaban estos cercos y se meten nomas”.


Algo similar piensa Ariel Moreira, quien denuncia que “Para empezar no un hay una señalética clara. Que tu te pares de frente y que lo nombre, Santuario de la Naturaleza. Prohibido el Ingreso. Protegido bajo la Ley de Monumentos. Nada de eso. Porque todo eso igual te entra. Te sensibiliza un poco».

Quebrada de la Plata después de la masiva llegada de motoristas, foto por Ariel Moreira

«Falta mucha voluntad. Guardias en el punto de acceso, donde hay un cierre así bien penca, como de campo. Si yo vengo para acá, y veo que hay una cerca de esas de campo, donde está enganchada un palo con un alambre y si la suelto se cae, pasas. Va a ser muy distinto, que por lo menos hagan algo que imponga un poco más de respeto, por ejemplo, una reja de madera, pero con bisagra, algo que haga decir, no, sabes que hay un portón allá”, concluye Ariel.



















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Martín Espinoza Buzeta
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