«Estallé por la rabia histórica de este sistema tan brutal»: Roberto Campos, profesor que estuvo preso por patear torniquete de Metro

A solo un día del aniversario del Estallido Social, en La Voz destacamos la entrevista realizada en nuestro programa «Voces en Casa» a Roberto Campos, académico que llegó a estar 56 días preso tras el conocido incidente en metro San Joaquín.

Era un día como hoy, 17 de octubre, pero de 2019, cuando en medio de las movilizaciones de evasión motivadas por los estudiantes secundarios, el profesor de matemáticas decidió sumarse a la protesta y pateó uno de los torniquetes que estaba siendo destruido por varias más personas mientras era grabado.

Días más tarde se convertiría en la primera persona detenida por el concepto de causar daños a Metro en el marco de lo que estaba pasando a nivel nacional, siendo formalizado por Ley de Seguridad del Estado.

«Me he convertido en un símbolo, en un punto de referencia entre la justicia o la injusticia chilena. Mi pateadura fue simbólica porque yo también he sido víctima de este sistema, de este capitalismo brutal», partió comentando el entrevistado.

¿Cómo fue que llegaste a esto?

Soy hijo de colegio público, colegio con número. Tuve que lidiar con la PSU, también con Prueba de Aptitud Académica, luego me enfrenté a una universidad clasista [UC] y el hecho de haber estado ahí, de endeudarme en un crédito de 15 millones, un crédito que no he pagado y que no pagaré tampoco…

De profesión soy estadístico, pero me hice profe por la necesidad de pagar parte del arancel y decidí seguir mi vocación de la educación. A veces me contrataban universidades, generalmente por ramos, nunca por contrato, y el hecho de ser profes nos vulnera porque no tenemos ciertas garantías y ese 17 de octubre ya había un ambiente tenso que se lo debemos a los y las estudiantes que fueron quienes nos despertaron.

Estallé por rabia acumulada, por esta rabia histórica de este sistema tan brutal que resulta ser estudiar o vivir o ser y existir en este país y me manifesté y le pegué a un torniquete. A los 12 días me capturan y tengo un juicio político que me arrojó a la cárcel y me convirtió en el primer preso político de esta revuelta social.

¿Crees que si tu caso no hubiese sido tan visible, como lo es en el caso de otras personas, seguirías preso?

Yo seguiría en prisión, es lo más probable. Lo que a mí me ayudó a salir fue la presión social. El hecho de ser profe, de ser docente universitario me ayudó mucho a empatizar, a llegar a la gente.

Yo salí en libertad el 23 de diciembre y fue el 20 de diciembre ese día en que dos zorrillos atropellan a un chico que se llama Oscar y el paco que lo atropelló quedó con firma semanal. Yo seguía en prisión y al otro día era mi octava audiencia ante el Tribunal de Apelaciones y fue esa presión social de lo que había sucedido el día anterior que yo obtuve la libertad.

Pero igual yo sigo siendo un preso político. Ahora en un rato más, a las 10:00 [p.m.] empieza mi arresto nocturno, no puedo salir del país, tengo firma semanal, no puedo usar el metro…

¿Ha sido un castigo desmedido?

Fue una estrategia política que usaron conmigo y con cientos de personas de invocar una ley maldita que fue la Ley de Seguridad Interior, que es como un ancla que te hunde a la cárcel. En cualquier otro contexto, por ejemplo, si yo voy y pateo un torniquete el 17 de septiembre, a lo más hubiese estado un día arrestado y al otro día para la casa con multa o con lo que sea, pero como fui el primer caso… y me encontraron porque no tengo nada que ocultar.

¿Has sabido de otra familia que tenga a algún preso político?

Sí, yo pertenezco a una agrupación de familiares y amigos de presas y presos políticos donde se tocan estos temas. Generalmente son las madres y conozco el dolor desgarrador que siente una madre que se seca de tanto llorar, lo vi también en la mía. Es terrible esta situación.

Hay gente que está en juicios orales donde probablemente los van a condenar a 25, 26 años, los chicos por incendio. Esa es la realidad hoy de los tribunales de justicia que alargan procesos o niegan evidencias, montajes que ya todos sabemos.

¿Qué te parece el Acuerdo por la Paz? Cuando se anunció, ¿sentiste que estar preso no era en vano?

Yo estaba en la cárcel cuando eso ocurrió. Fue como, ‘ya, no fue en vano’, pensé. ‘Esta cárcel no es en vano’. Me lo tomé bien, pero igual pienso que no podemos empezar a escribir una nueva Constitución si hay presos políticos todavía, pero esto necesita una salida política.

Ahí el mensaje, la reflexión es que todo esto no es por nada. Hoy estamos discutiendo escribir una nueva Constitución, una Carta Magna escrita por el pueblo y eso es muy simbólico. Si lo pensamos, es un empoderamiento del pueblo contra una elite opresora que ha tenido el poder desde la colonia o tiempos de antes de la colonia y se está dando vuelta la tortilla. Como sociedad estamos preparados.

Roberto, ¿serías constituyente?

Sí. Aunque hoy ese tema está en discusión porque hay que entrar por fuerza por un partido político, se está discutiendo si existe o no independencia. La verdad me gustaría ser independiente porque el aferrarse a la existencia de un partido político es lo que generó este Estallido Social. No me gustaría perpetuar esa lógica de partido.

Si hay movilización en esta conmemoración, ¿tú participarías?

Yo voy a casi todas las cosas que suceden en Plaza Dignidad. Cada vez que escucho una sirena o algo yo voy a darme una vuelta en bicicleta porque me gusta participar, me gusta estar ahí. Como estoy consciente de que estoy siendo visto por el ojo de Fiscalía, tampoco puedo hacer muchas cosas, pero estoy.

La clave es la unión entre todos. De esa forma vamos a seguir remando en el mismo sentido y vamos a luchar contra el enemigo que es la elite todopoderosa con la que hay que acabar.

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Javier Castro

Javier Castro. (Maipú, Stgo de Chile), Comunicador & Gestor cultural.
A veces grabo vídeo clips y cocino chorrillanas veg para compartir, me gustan las expresiones artísticas, el activismo, el debate y el café filtrado.

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