Riesgo de socavón en Maipú: Vecinos de El Descanso denuncian hundimientos de sus casas debido a edificaciones

En la villa Los Claveles III, sector El Descanso, alrededor de 22 casas han experimentado daños estructurales, como hundimientos y separaciones de sus pisos, despegues entre techos y murallas y fallas en los baños producto de la humead. Estos hechos coinciden con los proyectos inmobiliarios que se han desarrollado en los últimos años justo detrás de sus casas, sobre todo desde el 2020 con el proyecto denominado “Edificio El Descanso” y se teme un socavón.

El 25 de enero del 2021 ingresó ante la Dirección de Obras Municipales de Maipú una denuncia a nombre de Flor Jara. En el documento, se expuso una serie de conflictos que afectaban a vecinos que viven en Ministro Antonio Varas con Avenida El Descanso. Apertura y agrietamiento de murallas, desprendimientos de tejados, ruidos molestos y polución fueron las principales causas de las denuncias.

Estos hechos han coincidido con las edificaciones que se han levantado en los últimos años el sector, pero sobre todo desde octubre del 2020, donde comenzó a operar un nuevo proyecto de edificación, denominado “Edificio El Descanso”.

Más de un año después, el 10 de marzo de este año, la Dirección de Obras Municipales atendió la denuncia indicando que el proyecto cuenta con permiso de edificación, otorgado el 15 de junio del 2015, y que la DOM no tiene facultades para arbitrar ni exigir medidas compensatorias, lo que debería resolverse mediante un litigio.

El abogado Nolberto Salinas, especialista en legislación urbanística y de la construcción, lleva varios meses trabajando en conjunto con las familias afectadas para resolver este problema.

Las grúas pluma trasladan objetos contundentes sobre las casas

Ante la respuesta de la DOM, Nolberto dice que “la dirección de obras se excusa de que no tiene facultades legales para actuar, ni en materia de arbitraje, ni en materia de facultades compensatorias. Nadie le está pidiendo eso. Lo que se está pidiendo, es que funcionarios de la dirección de obras, funcionarios técnicos que encomiende la dirección de obras, se hagan presente, vean los daños que se están produciendo y tomen oportunamente las medidas para evitar un riesgo mayor el día de mañana”.

Luego de un tiempo trabajando con las familias afectadas, Nolberto llevó hasta el lugar a un Constructor Civil de la Universidad Católica, cuya identidad se ha solicitado mantener en reserva, para ejecutar un informe de inspección visual y posible diagnóstico frente a los daños estructurales de las casas.

En el informe se observa que el sector sobre el cual se está edificando, solía ser un sitio eriazo de uso agrícola, donde corría un canal y había plantaciones. Sobre eso, aparentemente, se hizo un dren de aguas lluvias, utilizando cubos dren plástico. El documento concluye que presuntamente estos drenes, mal hechos, serían los responsables del hundimiento de los suelos de 22 casas en el sector.

“Con esto se puede concluir que justamente, las excavaciones, el aumento de humedades por efecto del dren produjeron una socavación de los terrenos y el asentamiento del sector, lo que por las dimensiones de este asentamiento ha producido daños mayores en todas las viviendas del sector, ya que el descenso del terreno en algunos casos ha afectado a la vivienda original, al igual que el exceso de vibraciones, por la materialidad de estas viviendas trae consigo un deterioro de la calidad y habitabilidad de la misma.

Además, en general las obras de construcción de este condominio no han tenido ninguna medida de control ambiental, menoscabando seriamente la calidad de vida de los moradores y la plusvalía de cada vivienda, al parecer incumpliendo la legislación vigente al no haber una inspección de la autoridad”, dice el documento.

Las familias afectadas

Erica Villa tiene 56 años y vive hace 22 en la misma casa. Su hogar ha sido uno de los más afectados en términos estructurales desde que comenzó la edificación. Desde que falleció su esposo, hace aproximadamente un año, Erica ha comenzado a trabajar junto a su hijo en la cola de la feria.

“¿Cómo ellos no se van a dar cuenta que se está yendo todo para allá? Porque mire como está. Esta cuestión estaba pegada acá, mire cómo se está yendo. Usted tira una bolita y llega allá, si está todo caído, yo a veces me mareo acá atrás cuando estoy lavando. Y qué podemos hacer, nada. Vamos a tener que esperar nomás que nos ayuden, que vengan de la muni y que vean el problema que estamos pasando”, dice Erica, de pie sobre un suelo notoriamente desnivelado.

Erica teme que en cualquier momento la muralla posterior de su casa termine por ceder y se derrumbe.

El techo de la casa de Erica Villa se despega cada vez más

“Aquí hay como tres casas que han gastado harta plata arreglándolas. Yo si tuviera plata también lo haría, pero no tengo”, se lamenta.

Nancy Martínez es una de las vecinas que periódicamente debe destinar grandes sumas de dinero en arreglos para su casa.

“Todos los meses gasto plata en algo que aparece. Mira, para arreglar los baños ahora los puros materiales, los más básicos, me salieron 400 lucas en el Sodimac. Ahora que me llegó el 10% tuve que sacarlo y ocuparlo. Todos los meses me pasa algo, me aparece una cosa. Se quebró la cerámica afuera por la mitad, empezó a quebrarse, cambiamos afuera. Se me empezaron a quebrar las tejas, cambiamos las tejas. Ahí invertí harto, en las vacaciones, y la mano de obra que es cara. Yo ahora estoy sin trabajo, porque yo trabajo en Falabella, y cuando se cierra el mall, se cierra”, comenta.

La habitación de Nancy Martínez da directamente hacia la obra

En el mismo pasaje, Alejandra Oteiza ha debido construir una muralla reforzada desde cero, producto del deterioro del material.

“En diciembre que empezaron esta etapa de la construcción, se empezaron a abrir más las murallas, se empezaron a hacer grietas en las murallas, el ruido y el movimiento constante, porque usan las máquinas, y esto es como que hubiera un terremoto, de verdad es así. Y miedo de que se pueda caer la muralla, que haya un accidente y todo eso. Nosotros no pasamos acá atrás por lo mismo, porque puede haber un accidente”, indica.

“Este problema surgió cuando empezaron las primeras constructoras, la primera inmobiliaria, y se les dijo que no fuera a afectar a las casas, porque como acá atrás había un canal, este terreno estaba blando. Dijeron que no. Entonces fueron y dejaron el espacio libre (sobre el cual ahora se está edificando el proyecto “Edificio El Descanso”).

Los suelos se abren en las casas afectadas en EL Descanso

Entonces todos pensamos, y nos decían, que iban a hacer estacionamientos, que no iban a construir, así que estábamos tranquilos. Pero ahora llegó la inmobiliaria, se instaló y nunca avisaron a nadie que iban a construir ahí y a qué distancia”, menciona Margarita Sáez, mujer de 69 años que vive hace 22 años en la casa que ahora está afectada.

Hay separaciones y desniveles en el suelo en la casa de Margarita Sáez

Debido a las circunstancias de pandemia y cuarentena que enfrenta Chile y el mundo, muchas personas han debido trasladar su lugar de trabajo a sus propios hogares, por lo que los ruidos molestos provenientes de la obra se han transformado en un verdadero daño moral para los vecinos de Ministro Antonio Varas, según el abogado Nolberto Salinas.

Valeria Corvalán es profesora de matemáticas de enseñanza básica. Ha debido adaptarse a la modalidad online para desarrollar sus clases. Sin embargo, últimamente, sus condiciones de trabajo se han dificultado enormemente debido a los constantes ruidos y vibraciones que surgen desde la obra, lo que le ha generado profundo estrés y tensión.

“Ya la semana pasada fue extremo, porque yo estaba acá en clases y retumbó toda la casa. Así que con mi pareja fuimos para allá, hablamos con el encargado, y claramente nos dijo que no estaba al tanto de los problemas que teníamos como vecinos. Así que yo no sé si están omitiendo o se están haciendo los lesos, pero no dan respuesta. Fueron disculpas super banales”.

“El espacio que hay desde mi casa y todas las casas, hasta la construcción, hasta los departamentos, no debe ser más de cinco metros, es como el antejardín. Y ahí, en ese espacio, tenían escombros, fierros, maderas, y lo que estaban haciendo ahí, era achicar, porque era mucho escombro, estaban achicando el escombro con las máquinas, lo estaban aplastando para reducirlo. Entonces eso era lo que generaba el movimiento en las casas”, dice Valeria.

Las autoridades no se hacen cargo

Ante la invisible presencia de las autoridades y de la inmobiliaria, Jacqueline Aránguiz, una vecina del sector, quien no está afectada por la obra ni pertenece al mismo barrio que las casas perjudicadas, ha tomado la responsabilidad de buscar soluciones en conjunto con las familias y el abogado Nolberto Salinas, quien ha prestado sus servicios ad honorem.

La fase de construcción en la que se encuentra el proyecto “Edificio El Descanso” avanza velozmente, por lo que los vecinos temen que una vez que se entreguen los departamentos no exista a quién responsabilizar por estos hechos y sus daños no sean reparados.

Los muros se están despegando y se trizan

Nolberto Salinas dice que “las eventuales compensaciones le corresponde resolverlas a un tribunal. Aquí nadie anda detrás de compensaciones de ningún tipo, lo único que quiere la gente es vivir tranquilos, vivir en paz, y esta construcción no le está permitiendo, está siendo invasiva, y no les está permitiendo vivir en paz, sino que simplemente en una situación de constante peligro ante un eventual socavón o ante un eventual derrumbe”.

Y agrega que “acá no se ha presentado ninguna autoridad. Ninguna. No se presentaron en enero cuando se hicieron las denuncias. Sé que vino una concejala, Alejandra Salinas, pero este no es un tema del concejo municipal, no es atribución del concejo municipal. Lo único que quisiésemos es que, ya sea el departamento de inspección, o la dirección de obras, se presente, aquí tienen las puertas abiertas en cada uno de los domicilios para que puedan ver los daños que está provocando la construcción que se está haciendo inmediatamente a un costado de los vecinos.

Para el abogado, la falta de prácticas de buena vecindad está entorpeciendo cuestiones que podrían ser fácilmente remediables, como la coordinación horaria según la cual podrían hacerse los trabajos más bulliciosos en momentos que no interfieran con los trabajos online, por ejemplo.

Además, espera que el asunto pueda resolverse dialogando con las autoridades y la inmobiliaria y no tener que judicializarlo, aunque si la situación sigue como está, deberán tomarse medidas.

“Es una falta de respeto, porque, lo voy a decir yo: si las casas acá fueran de 10 mil, 15 mil UF, sin duda que acá no habría ningún ruido y los trabajos se habrían hecho correctamente sin haber pasado a llevar a los vecinos. Entonces aquí hay un aprovechamiento de la vulnerabilidad, pero acá los vecinos se han organizado. Es eso. Claro, estas son viviendas económicas y las pasan a llevar sin problemas. Esa es la realidad. Entonces vamos a hacer todo lo que en estricto derecho corresponda para solicitar la paralización de las obras. Vamos a hacer todo aquello en que nos ampare la ley para solicitar la paralización de las obras”, concluye Nolberto.

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Martín Espinoza Buzeta
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