El pasado 6 de diciembre, Susana Etcheverry sufrió un trágico accidente automovilístico mientras visitaba la ciudad de Mendoza. La vecina de Maipú había viajado por el día a dicha ciudad con el hermano de su pareja y su cuñado.
Por causas que se investigan, a eso de las 13:30 horas, en la Ruta 7, en el puente Ranquillos de Uspallata, quien conducía perdió el control del vehículo y este desbarrancó, cayendo 30 metros por un acantilado.
Testigos del hecho llamaron al 911 -el número de emergencia trasandino- y rápidamente llegó una ambulancia del Servicio Emergencia Coordinado para brindar la debida asistencia.
Mientras los dos hombres, de 44 y 47 años, fueron diagnosticados con politraumatismos leves y derivados al Hospital de Uspallata, el caso de Susana Etcheverry fue más grave: resultó bastante más afectada y debió ser trasladada en helicóptero hasta el Hospital Central.
Muerte en Argentina
Sobre ese día nos cuenta su familia en Maipú: «Mi mamá llegó al hospital con heridas graves, fractura de cráneo, fractura de columna, pulmón perforado y variadas lesiones en su cuerpo. Quedó intubada y con coma inducido, debimos pagar operaciones, insumos, alojamiento para estar con ella, y nadie nos brindó ayuda desde nuestro país».
Un mes después, es decir, hace 5 días, Susana falleció. Junto a la pena de sus dos hijos y su hija por perder a su madre, comenzó un calvario.
«No hemos podido trasladarla hasta chile, nos retienen en aduana, dicen que faltan papeles, necesitamos ayuda estamos desesperados, llevan moviendo el ataúd de mi madre desde el día lunes estamos a jueves y no hemos podido darle un velorio digno», indicaron.
Al día de hoy, no han recibido ningún tipo de ayuda de algún organismo chileno y están desesperados. «La funeraria argentina ha tenido muchas negligencias. En este momento el cuerpo de mi madre viene en descomposición porque se les pagó por embalsamado y no lo hicieron», acusan.
La familia Riquelme Etcheverry en Maipú esperan ser ayudados. El menor de los hijos de Susana tiene 10 años y necesitan darle sepultura, para salir de la pesadilla y comenzar a hacer su duelo.