El 2018 nació la iniciativa de crear un taller de mosaicos para mujeres en Maipú. Esto se gestionó a través de «Quiero mi barrio«, un programa de recuperación de barrios que depende del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, impulsado por el primer gobierno de Michelle Bachelet.
El taller de mosaicos ha funcionado bastante bien para las siete integrantes, quienes no han abandonado el proyecto desde su creación. Sin embargo, hoy se enfrentan a una problemática económica: no tienen cómo seguir costeando los gastos para continuar con sus intenciones de ornamentar sus barrios.
María Angélica Allende participa de este taller de mosaicos y cuenta que «cuando partió todo esto, nuestra profesora Natalia Ruminot tenía contrato y un sueldo. Ahora ya no, y ella sigue yendo de repente pero entendemos que no puede seguir por siempre haciendo esto por amor al arte». Hasta ahora han hecho cinco intervenciones en distintas plazas o murales de su comuna.
El Estallido Social y la pandemia han complicado el escenario, pero la motivación que comparten han mantenido al grupo unido. «Durante la pandemia dejamos de juntarnos, pero siempre en contacto. Ahora de a poco estamos volviendo porque es algo muy terapéutico para nosotras, cuando llegamos al taller se nos olvidan todos los problemas«.
Casi todas las integrantes pertenecen a la tercera edad y, según cuentan, es algo que les sirve mucho para distraerse. Angélica señaló que «Hay una integrante que hace algunos años tuvo un accidente gravísimo, pudo haber muerto, pero agarró fuerzas porque tenía muchas ganas de volver con nosotras al taller». Si bien ahora ella está recuperada, estuvo un tiempo en silla de ruedas, y así llegaba de todas formas al taller de mosaico y a las distintas intervenciones que hacían como grupo.
El poder costear un sueldo para su profesora no es el único problema: también están complicadas con todos los materiales que se necesitan. Han hecho distintas actividades para recaudar fondos, de hecho Angélica dice que hace un tiempo «hicimos una rifa con los vecinos acá, recolectamos fondos y ahí compramos las cosas que básicas que necesitábamos, pero ahora se acabaron, se acabaron todos los materiales».
Hace un tiempo ganaron un concurso de mujeres y liderazgo, invirtieron ese dinero en el taller pero también se hizo insuficiente. Hoy, nuevamente están gestionando una rifa para seguir haciendo con su taller de mosaicos lo que tanto les gusta: juntarse a trabajar para mejorar y embellecer el sector en donde viven. «Todo tipo de ayuda nos sirve», dice Angélica, que está abierta a cualquier aporte: donación de premios, donación de dinero o comprar un número de la rifa que tiene un valor de $1.000 pesos.
Angélica dice que en caso de querer donar dinero o premios, pueden contactarse directamente con ella +569 6557 1693, o depositar en su cuenta rut: 15.465.276-0.
Mientras recaudan el dinero que necesitan, las mujeres continúan muy motivadas con este taller de mosaicos, y su próxima meta es convertirse oficialmente en una agrupación. Por ahora no pueden recibir más integrantes, «como no se le paga a la profesora ella va cuando puede, entonces no podemos asegurar ningún cupo porque es algo intermitente». Pero está muy abierta a recibir a más personas en un futuro.
Este 29 de agosto celebrarán el aniversario de este colectivo que está próximo a convertirse en la agrupación cultural y social por la educación y las artes «El Vivero». El evento se realizará en la plaza ubicada en la intercepción de Vesubio con Los Andes.