Cuando el virus Covid-19 irrumpe violentamente en las vidas de todos los chilenos y, también, a nivel mundial, la catástrofe sanitaria nacional se muestra tal como es y cómo ha sido durante las cuatro últimas décadas, disminuida al punto de no lograr acoger a una población que aumenta y envejece.
Simplemente, este virus letal ha mostrado la fragilidad de la salud pública y, también, el abandono de las autoridades a los pacientes más pobres.
El viernes 12 de junio a las 21:28 hrs, falleció en el Hospital El Carmen de Maipú, don Leonardo Moraga Valdivia. Hombre de 81 años, quien trabajaba en la Universidad de Santiago (USACH) como junior, sin embargo, después de acceder a la jubilación decidió continuar como fotógrafo dentro de esta misma casa de estudios. En febrero pasado inició el confinamiento en la casa que compartía con sus hijos y nietos, para evitar la exposición y contagio de Covid-19. Dos de sus hijos trabajan en el sector salud y su disciplina y cuidados no fueron suficientes para evitar que el virus llegara a su casa y los tomara desprevenido dentro del mismo hogar.
Don Leonardo comenzó a sentirse mal y decidieron llevarlo al HEC para ser atendido, lo llevaron contra su voluntad pues le rogaba a su hijo Antonio que no lo llevara alegando que “Ahí (en el hospital) me matarán o van a querer experimentar conmigo” dice con tristeza su nieto Ignacio Moraga.
“Nosotros sabemos que en estas condiciones de pandemia todos tenemos la posibilidad de no resistir, más aún cuando es una persona mayor, de la tercera edad, pero mi tata tenía 81 años, tenía hipertensión arterial controlada, diabetes controlada como enfermedades base, pero, lo que reclamamos como familia, es que nos mintieron con los informes diarios que nos entregaban”, enfatiza Ignacio.
“Mi tata tenía razón, ahí murió”, agrega.
Ignacio advierte que estaban conscientes que una persona mayor de edad tiene pocas posibilidades de resistir un virus como este.
Lo que consideran salvaje es que nadie tenga la deferencia de hablar con la verdad. “Es como que tratan de naturalizar la desinformación y la familia asume el costo de no estar con él, de no poder despedirnos y lo doloroso que resulta no poder asistir al funeral de nuestro abuelo”
«Me pregunto cuántas personas más ya habrán pasado por esta situación, cuántas más pasarán por lo mismo. ¿A cuántos más les habrán dicho que su familiar se encontraba en lista de espera o que supieran que su paciente estaba consignado como paciente fugado?«, nos confiesa.
Esas respuestas nunca las tendremos, asegura.
Las primeras grandes denuncias
Desde que comenzaron a presentarse masivamente los contagios por Covid-19 en Chile, la Región Metropolitana fue la primera en tener cifras de gran magnitud. La preocupación fue acompañada de temor y tristeza, porque aún sabiendo que las estadísticas no cuadraban (y aún no calzan), la población coincidía en la falta de espacios en recintos hospitalarios para asumir la demanda de atención.
La CONFUSAM fue el primer organismo de salud que denunció la falta de insumos básicos de equipos de protección personal (EPP) y, junto con ello, las pésimas condiciones de los hospitales públicos que debían prestar asistencia a los pacientes y la falta de espacios adecuados para ello.
A la vez, comenzaron a surgir las mismas demandas desde los gremios de profesionales médicos con sus equipos y diversos gremios. Los consejos consultivos de usuarios hicieron lo propio.
Y, aunque en la cuenta diaria de la situación que entregaba el ex ministro de salud, Jaime Mañalich, acompañado del Subsecretario de Redes Asistenciales e ingeniero comercial, Arturo Zúñiga, se dedicaba a contar la disponibilidad de ventiladores mecánicos, lo que no hacía sentido es que, teniendo al menos 300 ventiladores diarios a disposición de los hospitales, no entregaba información concreta de dónde serían distribuidos.
Dentro de las mayores falencias que se ha detectado en el servicio de salud pública es la falta de camas y la falta de ventiladores, ambas cuestiones que podrían ser solucionables. Sin embargo, es necesario preguntarse y evaluar dónde los instalarán.
Si las camas clínicas se instalan dentro del recinto en diferentes unidades del servicio, reconvirtiendo otros servicios, podrían existir otros sectores que no cuenten con las válvulas para conexión de oxígeno.
En ese escenario, las camas clínicas no cumplirían la función para atención de pacientes críticos.
Por otra parte, la falta de potencia eléctrica podría también ser un problema para sumar más equipos de ventilación pues podría provocar un corte de circuito y dejaría a muchos pacientes sin ventilación, pudiendo causar un mayor daño.
Desdén del subsecretario de Redes Asistenciales
Esta situación es otro de los factores relevantes que ha hecho colapsar al servicio público de salud chileno, el más apto, el mejor de la galaxia, el que se llevaba aplausos y felicitaciones internacionales.
Con tanto éxito que muchos pacientes no logran ser atendidos e incluso se ha llegado a tal extremo que los médicos, jefes de turno, han debido tomar decisiones que marcarán sus vidas profesionales por el impacto emocional que esta situación provoca.
Ellos han tenido que comenzar a decidir qué paciente tiene posibilidades de resistir vivo el contagio, lo que deja fuera a personas principalmente de tercera edad, pacientes con enfermedades de base, hipertensión arterial, diabetes, obesidad.
Es decir, han debido llegar a utilizar un criterio de discriminación frente a la necesidad de destinar recursos clínicos y médicos a pacientes que “probablemente” podrían salir airosos de un contagio tan agresivo como es el del Coronavirus.
Sin embargo, existen otros espacios aptos que podrían asumir la sobre exigencia de camas clínicas con todos los implementos necesarios para la atención requerida. Ejemplo de ello, los Centros de Referencia de Salud (CRS) y que está bajo la administración del subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga.
CRS Maipú no ha sido considerado
El Centro de Referencia de Salud de Maipú es un establecimiento de salud pública, y trabaja integrado a la red del Servicio de Salud Metropolitano Central.
En términos administrativos, se trata de un establecimiento de carácter experimental y asistencial-docente, dotado de personalidad jurídica, patrimonio propio y funcionalmente descentralizado. Dentro de su ámbito de competencia, el CRS Maipú otorga las prestaciones de salud que las leyes N°18.469 y N° 16.744 establece y que sean de competencia de los servicios de salud.
Su atención es preferencial para los beneficiarios FONASA de las comunas de Maipú y Cerrillos. Cuenta con 4.500 metros cuadrados y con infraestructura moderna, adecuada para recibir a pacientes Covid y, de esta manera descongestionar al Hospital El Carmen.
Asimismo, se encuentra al costado del hospital, por lo tanto, el traslado o llegada directa de pacientes no sería complejo. La capacidad de camas clínicas supera las 30 y el presupuesto anual inyectado al CRS para este año supera los 9 mil millones de pesos para la gestión que deben realizar.
Sin embargo, el subsecretario Zúñiga, hasta hoy no ha considerado este recinto como una posibilidad de recepción de pacientes. Han pasado más de 3 meses y el CRS tiene 8 pacientes en recuperación no Covid junto con la toma de PCR.
Un funcionario de este centro nos señala, a solicitud de resguardo de identidad, que “este CRS no ha sido considerado para trabajar con pacientes Covid teniendo todo para recibir pacientes. Lo que hay que hacer y que no demoraría mucho es que instalen los implementos necesarios para los ventiladores, pero, eso no demora tanto tiempo”.
“No ha habido voluntad política para adaptar el CRS a la contingencia, no se debe olvidar que, si bien es un centro de salud pública, actúa como privado, puesto que tiene asignación presupuestaria independiente del hospital y los funcionarios ganan 40% más que los funcionarios de la misma especialidad que trabajan en un hospital. Pienso que el señor Arturo Zúñiga no está concentrado en resolver rápidamente las condiciones de nuestra comunidad, ¿Qué saca con contar todos los días los ventiladores disponibles si no hay dónde instalarlos?”, señala otra fuente para LVDVM.
El Proyecto fallido de Cathy Barriga
El 24 de abril pasado, la alcaldesa de Maipú, cathy Barriga, presentó su proyecto “Hospital de Campaña” de Maipú en instalaciones del centro polideportivo Martín Vargas Fuentes con pompas, colores y mucha challa.
Para la ocasión invitó al director del HEC, Juan Kher Soto y a la directora del Servicio de Salud Metropolitano Central (SSMC), Patricia Méndez del Campo. Las tres autoridades realizaron un recorrido por los 1.500 mts2 de instalaciones del centro polideportivo. Mientras tanto, Barriga iba mencionando todo lo que tenían pensado realizar en este espacio para ayudar descongestionar el principal centro asistencial de la comuna ante un inminente escenario de complejidad en materia sanitaria y dotar de mayor capacidad al Hospital El Carmen con 80 camas básicas o agudas.
Todo esto significaría un aporte a la evacuación para la salida de pacientes Covid-19 desde el hospital a este recinto.
En la ocasión, la autoridad municipal mostró hasta los planos de lo que sería el hospital de campaña y detalló que este espacio contaría con cuatro grupos de 20 camas, las que serían subdivididas en dos grupos de 10.
Igualmente, se dispondrán de tres estaciones de trabajo para los profesionales de la salud y cuatro puntos de áreas limpias y sucias. Luego posaron para las fotos oficiales y que se encuentran alojadas en la página web de la municipalidad, todos sonrientes, muy complacientes.
Pero desde esa fecha hasta hoy no hay avances.
En la oportunidad, la directora del SSMC, Patricia Méndez, elogió el proyecto:
“Me parece un buen proyecto, lo vamos a estudiar con la gente del servicio. Lo tienen bastante avanzado. Han pensado en casi todo, de hecho, tienen ya parte de la instrumentación y es algo muy bueno, atractivo”.
Lo cierto es que no alcanzó a ver ni el destello de una luz que indicara que este proyecto sería llevado adelante, pues, independientemente que tuvieran los planos y un proyecto completo, en el papel la división de los espacios y el número de pacientes que podrían ingresar a este hospital de emergencia quedó en nada.
La Voz intentó infructuosamente obtener una respuesta de la alcaldesa, pero la periodista de la edil hasta el cierre de esta edición no respondió los llamados ni mensajes de WhatsApp.
Desde el Consejo Consultivo de usuarios del HEC enviaron una carta con fecha 1 de junio y con carácter de urgente a la directora del SSMC, proponiendo que se instalara un hospital de campaña o modular dentro de la mismo recinto del hospital El Carmen, espacio conocido como “Franja de Gaza”, perteneciente a la Municipalidad de Maipú.
Sugieren que, dada la relevancia de otras patologías que la comunidad presenta cotidianamente, se considere e instruya el levantamiento transitorio de un centro de tratamiento para otras enfermedades no asociadas a Covid.
Desde el primer día de junio que el Consejo Consultivo no ha recibido respuesta por parte de la directora del SSMC, por lo que decidieron enviar, a través de WhatsApp, al jefe de relaciones laborales de Méndez, Ignacio Peña, una reunión para resolver de una buena vez la difícil situación que vive la población que se atiende y/o llega a urgencia por contagio.
Y aunque Peña respondió de inmediato asegurando que sería agendada una reunión con Méndez, lo cierto es que hasta el 15 de junio, no han recibido respuesta a ninguna de las peticiones.
Nuestro medio se contactó con el jefe de comunicaciones del SSMC para aclarar esta situación. A continuación, compartimos su respuesta.
Para la foto
Para don Víctor Moreno, tesorero del Consejo Consultivo, esto fue sólo un show y aparecieron las autoridades para la foto.
“Esto fue otra burla, una más de todo lo que tenemos que vivir. No es posible que nadie haya hecho la observación en ese instante a la alcaldesa que el polideportivo, no cuenta con la infraestructura necesaria”, señala.
Efectivamente, este recinto podría ser utilizado para tales efectos si hubiesen invertido y trabajado antes de abril para acondicionarlo con todo lo necesario. Por ejemplo, instalando un cielo falso para poder calefaccionar la instalación junto cañerías y válvulas para oxígeno, aumentando la capacidad de suministro de electricidad, entre otras cosas.
En la misma ocasión, la alcaldesa anunció la compra de 80 camas clínicas. Al no tener dónde instalarlas, entregó 40 de ellas al HEC el día en que asistió a este hospital a cantar villancicos a los pacientes.
De las 40 camas, afirma un funcionario del HEC, que pide reserva de identidad, agrega otro dato:
“Hay al menos 12 que se encuentran en el piso -1 perdiéndose, porque no hay más espacio donde instalarlas, esto es un desorden que en estos momentos críticos no se entiende”.
Una fuente del SSMC señala es que es efectivo que la directora de este servicio no tiene ninguna relación con los proyectos de la alcaldesa Cathy Barriga. Situación que es mucho más compleja al verificar que desde la municipalidad no han realizado ningún otro trámite ante la Subsecretaría de Salud para obtener los permisos correspondientes que requiere un proyecto como el que ella presentó.
¿Fue todo un proyecto solo para la foto, un error de planificación o negligencia? Lo cierto es que ahora más que nunca urge un lugar donde atender pacientes, poder instalar ventiladores y disponer de camas.
Un lugar donde podría haber sido atendido don Leonardo, pero que hoy no es más que un gran espacio subtilizado a pocos metros de donde falleció.
