Contexto: Miércoles 30 de septiembre de 2020, día límite para la inscripción de Primarias ante el SERVEL para la elección de Gobernadores Regionales y Alcaldes, que se realizará en Abril de 2021.
Situación: Partidos de oposición reunidos, desde la Democracia Cristiana hasta los conglomerados del Frente Amplio, gestando contrarreloj un acuerdo que los llevaría en lista única a la elección de gobernadores.
Sentarse a la mesa y el pre-acuerdo
Por la misma prensa nos enteramos del inicio de conversaciones formales en pos de llegar a un acuerdo amplio en la oposición, como coletazo de una Declaración del Frente Amplio y las declaraciones que el diputado de nuestro distrito, Pablo Vidal (Revolución Democrática), había dado a El Mercurio, donde señalaba que ir a primarias no implicaba apoyar al candidato electo, explicando que era necesario establecer pisos mínimos programáticos para hacerlo.
Sobre esto, se fueron aceitando las piezas y comenzó a moverse la máquina para la tan codiciada «unidad» en la oposición.
Con esas premisas, el día martes 29 de septiembre, todos los conglomerados se habían retirado de las negociaciones con un pre-acuerdo avanzado: primarias en todas las regiones, evaluando cuál sería la situación de Coquimbo, y mínimos éticos, es decir, no iría ningún candidato involucrado en casos de corrupción.
Los plazos legales y el quiebre de la mesa
Debido a la pandemia, el SERVEL había publicado un instructivo para inscribir las candidaturas presencialmente, que señalaba la necesidad de agendar una cita en el organismo, con tope las 17:00 horas para la formalización de pactos y las 21:00 horas, la formalización de las candidaturas. Pero, la ley indicaba que ese plazo era a las 23:59.
Con esas inconsistencias, a eso de las 13:00 horas se reiniciaron las conversaciones de la oposición en la sede del Partido Socialista, en calle París, con el objetivo de zanjar el pre-acuerdo y encaminarse a la firma del pacto que unificaría a toda la centro-izquierda en las elecciones de Gobernadores Regionales a nivel país.
No obstante, el buque no llegó a puerto. No hubo acuerdo.
Los dimes y diretes van de lado a lado: la Convergencia Progresista (PS-PPD-PR) acusa a la Unidad por el Cambio (PC-PRO-FRVS) y al Frente Amplio (RD-CS-Comunes-Fuerza Común) de pedir blindaje en 6 regiones; Unidad por el Cambio y el Frente Amplio acusan a la Convergencia Progresista haber puesto blindajes como piso para las negociaciones y no estar dispuestos ni a igualar esas condiciones a la contraparte, ni a romperlas.
Lo cierto es que hubo partidos que pedían proteger ciertas candidaturas en algunos lugares, mientras otros se oponían. Ahí se quebró la mesa. Convergencia Progresista se habría retirado, mientras Unidad por el Cambio y el Frente Amplio se habrían quedado esperando que recapacitaran. En tanto, el tiempo corría y el plazo se cumplía, o eso creían.
A las 16:15, Jorge Ramírez, presidente de Comunes, se retira de la sede del Partido Socialista en dirección al SERVEL, con la noción de inscribir sus primarias municipales, lo que jamás estuvo en discusión en la mesa. Si se llegaba a acuerdo en la oposición, era sólo para gobernadores.
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Se comenta que el retiro del Frente Amplio de la mesa habría sido a escondidas, traicionando a quienes permanecían adentro. Juan Avendaño lo hace público, señalando que lo vio y nadie se lo contó; lo que no cuenta Juan es que él es Jefe de Prensa del Partido Radical.
O sea, todo, menos una opinión objetiva que, por lo demás, es desmentida absolutamente con las imágenes de Jorge Ramírez dando declaraciones a la prensa a su salida de la sede del Partido Socialista, donde enfatiza que siguen miembros del Frente Amplio negociando y que aún queda media hora (pensando en el límite de las 17 horas impuesto por el SERVEL).
Así, se cae la versión de una inscripción de primarias en secreto y una traición -al menos, por ahora-. Sin embargo, el Frente Amplio llegó a las 16:40 a la sede del SERVEL, ubicada en Santo Domingo con San Antonio, frente al Parque Forestal, con la noción de un plazo por vencer que nunca fue.
A las 16:48, Carlos Maldonado, presidente del Partido Radical, da por fracasadas y finalizadas las negociaciones con la oposición, y con esa información, los representantes del Frente Amplio en la mesa le comunican a quienes ya estaban en el SERVEL que no habría primarias amplias, por lo tanto, el Frente Amplio procede a inscribir su pacto, tanto en municipales como gobernadores.
Traición y Concertación 2.0
Habiéndose firmado la inscripción del pacto frenteamplista, comenzó a trascender que se permitirían las inscripciones hasta la hora legal: 23:59, pese al instructivo del SERVEL. ¿Se apuró el Frente Amplio? Al parecer sí, porque esta situación abrió la puerta para que el resto de fuerzas de la oposición siguieran las negociaciones.
Se comenta que Convergencia Progresista habría instado a cerrar un acuerdo con el Partido Comunista en horas anteriores, que esta colectividad desechó, porque dejaba de lado al Frente Amplio. Sin embargo, ese espíritu no fue compartido por todos.
A las 20:00 horas ya era un hecho que Ciudadanos, la tienda de Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda de Michelle Bachelet, pactaba con Convergencia Progresista y la Democracia Cristiana, al igual que el Partido Progresista, que abandonaba al Partido Comunista y decidía volver a la cuna de la que salió con profundas críticas.
De esta forma, entre gallos y medianoche, nacía Unidad Constituyente, reeditando la alianza electoral más estable que recuerde Chile: la Concertación. Así, al menos, lo celebra la DC.
Mientras tanto, el Partido Comunista decidía mantenerse en la coalición Unidad por el Cambio con la Federación Regionalista Verde Social y continuar conversaciones con el Frente Amplio para avanzar en la construcción de un nuevo polo de izquierda en la política nacional, con mínimos programáticos compartidos y acuerdos por omisión en las venideras elecciones municipales y de gobernaciones regionales.
