En marzo de este año, un último catastro realizado por TECHO-Chile constató que los campamentos en Maipú aumentaron un 57% desde 2019, lo que se traduce actualmente a 11 asentamientos habitados por más de 1.300 familias.
A través de los años, los factores relacionados a este escenario no han cambiado mucho, y es que se habla de una crisis habitacional donde los precios abusivos de los arriendos, el aumento de los valores en la venta de viviendas, créditos hipotecarios cada vez más inalcanzables y sueldos que no alcanzan han generado que muchas familias se vean obligadas a optar por vivir en un campamento.
A esta vulneración del derecho al acceso a la vivienda se suman los diversos conflictos que se generan entre los vecinos, principalmente con villas aledañas a estos asentamientos, como es el caso de lo que ocurre con el campamento Vicente Reyes.
En un reportaje de Chilevisión Noticias, parte de la comunidad denunció diversas situaciones relacionadas a la convivencia, como fiestas con música fuerte durante todo el fin de semana, cuentas de casa comerciales que llegan a sus domicilios, problemas con el servicio eléctrico y hasta peleas con disparos.
«Desde que llegó el campamento, prácticamente dejamos de vivir tranquilos por balaceras, la bulla, la música», señaló una de las denunciantes.
Sin embargo, Diego González, impulsor del proyecto Amar Migrar, una instancia que se enfoca principalmente en los niños y niñas haciendo clases de reforzamiento y actividades recreativas, apunta a que las familias están de forma temporal.
«Yo creo que se puede vivir en conjunto, y está relacionado con el trabajo que hacemos con la niñez. Generar una sociedad más integradora. A nadie le gusta vivir en campamento».
El joven indicó que si bien hay algunos focos de violencia al interior del lugar, hizo un llamado a no estigmatizar. «No creo que sea bueno relacionar un foco de delincuencia a este campamento en sí. Hay gente trabajadora, gente que se levanta temprano y vuelve muy tarde a su casa», dijo en ese sentido.
Según fuentes del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, se encuentran trabajando con familias de este campamento y con el Municipio para concretar un proyecto de vivienda social, a lo que se suma el trabajo de la propia fundación Techo.
En esa línea, los vecinos denunciantes aseguran que efectivamente entienden el problema y no buscan que se erradique el campamento, pero que sí se regularice por el bien de la comunidad en su conjunto.