Vecinos de la Villa el Sol de Maipú llevan años viviendo con incertidumbre debido al mal estado de sus casas, las cuales compraron pensando que sería el hogar de sus sueños. Malas terminaciones, enormes fisuras, materiales de baja calidad y hasta un socavón han sido parte de los problemas que durante años han tenido, sin tener una solución clara por parte de la empresa Constructora Metropolitana, responsable de las viviendas.
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Johanna Aguilera, de 39 años, vive en la Villa el Sol, en el pasaje Paso de los Patos. Llegó en 2013 con la esperanza de haber encontrado su hogar definitivo, situación que con el paso del tiempo fue cambiando drásticamente. A los dos años de haber comprado la casa comenzaron los problemas estructurales, principalmente en el frontis del domicilio, donde ha tenido que poner cintas para que el frío no entre a su vivienda.
En 2017 un enorme socavón se produjo en su hogar, lo cual llevó a que Johanna llamara a la Constructora Metropolitana de inmediato, además de pedir ayuda a la municipalidad, Carabineros y vecinos quienes comenzaron a contactar distintos canales en medio de la desesperación que les produjo la situación.
Hasta que finalmente, la constructora procedió a arreglar el problema del socavón, mientras Johanna y su familia debieron salir de su hogar por 6 meses, tiempo que duraba la reparación, dejando el domicilio desde abril hasta el mes de septiembre de ese año. Cumplido el plazo, con la esperanza de ver su problema resuelto, Johanna esperaba tener su hogar arreglado, pero lo que encontró no era lo que esperaba.
“Hicieron lo que quisieron, supuestamente lo primero que iban a hacer es un estudio de suelo, que lo hicieron en la mitad de mi comedor, hicieron un hoyo de alrededor de 2 metros y medios donde no se terminaron los estudios porque se dieron cuenta que el terreno no era óptimo y taparon el hoyo con cemento”.
Johanna acusa que desde la constructora no realizaron los estudios de suelo, además que el problema del socavón no fue solucionado con el debido trabajo que requería, afirmando que solo parcharon su casa. Debido a esto, se negaron a volver a su domicilio hasta certificar que estuviera en buenas condiciones y le hayan quitado el título de inhabitable, condición en la que se encontraba debido al socavón.
El lugar provisorio en el que se encontraban mientras arreglaban su casa era costeado por la empresa, y ahí tuvieron otro problema, porque la constructora no estuvo dispuesta a seguir con los procedimientos. “Llegó Carabineros y nos echaron de esa casa y tuvimos que venirnos obligados a cómo estuviera la nuestra”.
La vecina tomó cartas en el asunto y llegó hasta la justicia con una demanda contra la constructora, el cual, hasta el día de hoy, no termina.
Cindy Vásquez, de 32 años, está en una situación similar. Compró la casa de al lado hace 8 años, y si bien no ha llegado a tener un socavón en su casa, si ha presentado problemas estructurales, los cuales ha tenido que ir arreglando desde su propio bolsillo.
Descuadres en las ventanas, murallas trizadas y mala calidad en los materiales han llevado a que Cindy tome la vocería, en 2019, para reclamar a la constructora las deficiencias que ella, su vecina y otras personas más de la Villa el Sol han presentado.
“Encontré que en Padre Hurtado que también tienen daños estructurales con esta constructora”, afirma Cindy agregando que esos hogares presentan problemas similares como mala conexión eléctrica, paredes curvas y mala calidad de materiales”.
Detalles del juicio
«Incumplimiento de obligaciones contractuales con indemnización de perjuicios» es la razón de la demanda puesta por Oscar Leonardo Berna, pareja de Johanna. Según detalla el documento, los problemas comenzaron en diciembre del 2013, cuando el alcantarillado de la vivienda y el medidor comenzaron a hundirse de forma bastante dañina producto de un socavón que había afectado el lado derecho de la propiedad.
En 2015 se presentaron profesionales de la empresa señalando que el problema deriva de una modificación menor al inmueble (una ampliación en la entrada, retirando la puerta de acceso). El 24 de marzo del 2017 al abrir la puerta de la vivienda se produjo un socavón y el 27 del mismo mes se le informó a la familia que se harían reparaciones que consistían en una acción de relleno.
La parte demandada afirma que el socavón se produjo por un problema de alcantarillado, del cual es responsabilidad Aguas Andinas S.A. y asimismo señalan que la obra realizada por el propietario (ampliación) generó modificaciones estructurales favoreciendo el hecho de que el terreno no tuviera la misma estabilidad del inicio.
A modo de reparación, el 3 de abril del 2017 recibieron la notificación de la Dirección de Obras Municipales (DOM), quienes realizaban observaciones de las reparaciones que, desde la constructora, fueron haciendo.
Pese a la reparación Johanna y su familia no quedaron conformes con el trabajo, señalando que no se hicieron los estudios de suelo correspondientes, además de presentar otras fallas, las cuales aún no han sido reparadas.
Respecto al arreglo del socavón, Cindy, su vecina dice: “La constructora rellenó a la mala y con materiales que no eran los adecuados, y la casa se sigue cayendo […]“Todo lo que está sufriendo la casa de la vecina, mi casa lo está sujetando y está sufriendo los daños, esa casa está inhabilitada”.
La situación actual
Hoy Johanna se encuentra esperando la resolución del juicio, el cual se ha postergando durante meses debido a la pandemia. El último contacto que Johanna y Cindy han tenido de la constructora ha sido una visita hace solo unos días, donde se buscaba reparar las imperfecciones que tenían sus domicilios.
En el detalle se señala que consta de una limpieza completa de las canterías entre los ladrillos involucrados, reconstrucción de canterías mediante mortero y limpieza de excesos de mezcla, para dar una buena terminación. También se añade pintura por fuera de la fachada y repintar el primer piso de la casa.
Ambas vecinas de la Villa el Sol afirman que no quieren recibir estas reparaciones “parches”, ya que no solucionan el problema estructural que tienen sus hogares. Además por parte de Johanna siente que más que reparaciones son “manitos de gato” de cara a la resolución del juicio.
De esta forma las vecinas siguen esperando que desde la constructora entreguen respuestas concretas a los problemas que ellas presentan y que sus hogares puedan brindarle la tranquilidad y seguridad que creyeron tener al momento de adquirirlas.
Nota: Desde La Voz de Maipú se intentó obtener la versión de la constructora, sin tener respuesta.
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